Joven de 31 años muere porque retrasaron su tratamiento de quimioterapia por colpaso en el hospital
Muchos tratamientos urgentes se están posponiendo debido al coronavirus, resultando en consecuencias fatales para los enfermos
El coronavirus está afectando a muchas personas, no solo a aquellas que se enferman de COVID-19.
Una de las consecuencias más graves, además de la tremenda repercusión que está teniendo en la economía, es la incidencia que está teniendo en otros pacientes de enfermedades crónicas.
Kelly Smith llevaba tres años luchando contra un cáncer de intestino. Ya había empezado sus sesiones de quimioterapia cuando de repente recibió la noticia de que, debido a la pandemia del coronavirus, tenían que suspender el tratamiento durante unos meses.
Esto sucedió en marzo. Tristemente, falleció antes de poder reiniciar su tratamiento. La joven de 31 años, madre de un pequeño de seis, murió el pasado 13 de julio.
Los familiares de Smith, de Macclesfield, Reino Unido, luchan ahora para lograr firmas y solicitar al gobierno británico que no se paralicen estos tratamientos.
No es el único país en el que ciudadanos denuncian que, como a Smith, se sienten abandonados porque sus enfermedades y tratamientos han pasado a segundo plano, informa el Daily Mail.
Neil Matherson, de 36 años y originario de Londres, es otro paciente que fue diagnosticado con cáncer en estos tiempos tan difíciles. Padece un tumor cerebral. En mayo se enfrentó a la decisión de tener que continuar con el tratamiento, con el riesgo que tenía de contagio durante el pico más alto de la pandemia, o posponerlo a la espera de que la tasa de infección bajara. Al final, empezó la quimioterapia el pasado 7 de agosto, pero no consiguió frenar este cáncer cuyo diagnóstico es de seis meses de vida.
En España, dos mujeres, Sonia y Lidia fueron noticia por fallecer de cáncer después de intentar conseguir una cita presencial con su médico sin lograrlo. En el caso de de Sonia su familia asegura que “la trataron peor que a un perro”.
Se quejaba de un fuerte dolor en la ingle y perdió siete kilos en muy poco tiempo. Le diagnosticaron una tendinitis y luego una lumbalgia. Ella insistió en que le hicieran un análisis de sangre, pero cuando le dieron los resultados y la operaron ya era demasiado tarde.
A Lidia le diagnosticaron una gastroenteritis, sin embargo tenía dos tumores, uno de ovarios y otro en los conductos biliares. Falleció en julio.