Familias y amigos pelean y se distancian por Trump y Biden

La división y polarización que existe en el país también afecta a las familias y amigos

El ganador de las elecciones debe obtener 270 votos de colegios electorales o más.

El ganador de las elecciones debe obtener 270 votos de colegios electorales o más. Crédito: BRENDAN SMIALOWSKI,JIM WATSON | AFP / Getty Images

LOS ÁNGELES – Victoria Sánchez, seguidora del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, ha tenido pleitos a gritos y con lágrimas de por medio con su padre porque él votó por la reelección de Donald Trump.

Me duele muchísimo que mi propio padre, que es un inmigrante mexicano que ha sacrificado tanto por crear su propio negocio y ha alcanzado el sueño americano, apoye a un ser humano como Trump que no ha actuado con dignidad”, dice Victoria.

Comenta que él y su hermano hicieron un último intento antes de la elección por convencerlo de no votar por Trump, pero no lo consiguieron. “Él se siente muy representado por Trump”, dice. Incluso ha tratado de convencerla de que debe ser conservadora.

Desde que Trump comenzó su campaña por la presidencia de EE.UU. en 2016 y más aún cuando ganó la elección, muchas familias cuyos integrantes tienen con diferentes preferencias políticas comenzaron a discutir, cada cual tratando de imponer sus puntos de vista al otro. Muchos amigos también perdieron la amistad.

Mis hermanos y yo somos demócratas, pero mi papá es republicano por Trump. Mi mamá es conservadora, ProVida. No sabemos por quién vota. Cuando le preguntamos, dice que ella va a votar por quien quiera”, comparte Victoria.

Pero las discusiones en el hogar con su padre se han tornado tan agresivas que han generado hostilidad en el ambiente familiar.

“Mi madre de plano frena la conversación cuando comenzamos a hablar de política. ¿De qué vamos a hablar entonces? Estamos muy limitados en lo  que podemos platicar”, dice desilusionada.

Latinos de diferentes orígenes participaron en el evento.
Las preferencias políticas dividen a familias y amigos. (EFE)

Una pareja muy civilizada

En la casa de J. Benito García y su esposa María García prevalece un ambiente de civilidad, a pesar de que él es republicano Pro Trump; y ella es demócrata y apoya a Biden.

“Mi esposa y yo votamos diferente porque el voto es una decisión personal no de pareja”, dice Benito, un inmigrante mexicano que hace 6 años se naturalizó ciudadano estadounidense.

 “Ya van dos veces que voto por Trump. Mi esposa se convirtió en ciudadana hace un año y votó por Biden. Yo dije… está bien”, agrega.

Benito, gerente de una compañía dental en Los Ángeles, dice que no es que le guste Trump, sino que vota por él porque considera que ha mantenido la economía a flote. “A pesar de la pandemia, el precio de las propiedades no se ha caído; y la economía y la bolsa no se han colapsado”.

Pero en cuanto a las diferencias políticas con su esposa, dice que nunca han tenido el más mínimo pleito por ese motivo en 35 años de casados.

Las familias pelean por Trump y Biden. (Getty Images)

Pérdida de amigos

Christian Valiente dice que ya dejó de llevar la cuenta de cuántos amigos ha perdido en las redes sociales por apoyar a Trump. “Por lo menos 5 me han eliminado de Facebook. Yo nunca trato de levantar pleito. Solo publicaba mis opiniones en el grupo de amigos que estuvimos en el Ejército, pero desafortunadamente hay un ambiente tal que nos pintan como racistas, faltos de compasión y antiinmigrantes a quienes apoyamos a Trump”.

En su caso observa que él no es ningún antiinmigrante, pues no pierde oportunidad para apoyar a los dreamers y beneficiarios de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).

Dice que le dolió perder la amistad de un amigo de la infancia cuando le preguntó por quién iba a votar y le dijo que por Trump.

“Yo nunca he eliminado a nadie de mi redes sociales ni he terminado a un amigo por no pensar como yo. Pero desde 2016, muchos me comenzaron a bloquear”, revela Valiente.

Por esa razón, dice que decidió ya no hacer planteamientos políticos ni comentario alguno sobre Trump: “No tengo tiempo de estarme defendiendo. Debo trabajar. La gente se pone muy emocional con este tema y sacan todo su enojo y su ira en los comentarios online”.

Christian es nacido en Los Ángeles y es hijo de padres de Guatemala. Tiene 36 años y es dueño de un negocio de limpieza. Aunque su esposa también es republicana, tiene una hermana que no simpatiza con Trump. “Yo respeto su decisión. Trato de no tocar el tema con ella para no causar división en la familia. Al final es mi hermana”.

Y argumenta que él apoya a Trump porque ha cumplido sus promesas y está cansado del alto costo de vida en California y de pagar tantos impuestos.

Muchos latinos prefieren no decir públicamente que apoyan a Trump. (Getty Images)

Oculta sus preferencias

María Ramírez, es una inmigrante de Costa Rica, naturalizada ciudadana de EE.UU. quien está registrada como republicana y ha votado dos veces por Trump.

“Yo soy una persona conservadora y religiosa que vota por el Partido Republicano porque no estoy a favor de aborto”, dice.

Pero desde que hizo público en sus redes sociales que votó por Trump hace cuatro años, dice que tuvo que remover de WhatsApp a una amiga cuando empezó a mandarle mensajes con insultos por apoyar al republicano.

“También dejé de publicar mis opiniones políticas en los medios sociales para evitarme problemas. Y en mi trabajo con una organización no lucrativa muy progresista, no hago comentario alguno sobre Trump. Solo hablo de esos temas con mi círculo más cercano de amigos que sé que aunque no piensen como yo, no me van a juzgar y censurar”.

Algunos hijos han peleado con sus padres por apoyar a Trump. (Getty Images)

Riñas fuertes

Reyna Gutiérrez, quien es cristiana y siempre ha sido demócrata, dice que en su familia ha habido pleitos fuertes.

“Una sobrina le dijo a su mamá que no podía seguirlo siendo por haber votado por Trump y que nunca más iría a su casa. Se fue a ver los resultados de las elecciones conmigo. He visto a hermanos también pelearse”, dice.

Y platica que el pastor del templo al que asiste, no les ha impuesto que voten por algún candidato. “Nos ha dicho que el voto es privado y personal y que oremos porque sea lo que Dios quiera. Pero la propia Iglesia está dividida, hay pastores que se creen profetas”.

Reyna comenta que ella ha tratado de dialogar de una manera civilizada con algunos miembros de su familia que son seguidores de Trump sobre por qué Biden es mejor opción para presidente. “Pero me sacan de mis casillas. Ellos tienen derecho a opinar, pero no hablan con hechos ni investigan. Me parece que son como un culto. Nos tachan de izquierdistas y socialistas cuando no lo somos. Están en contra del aborto cuando nadie manda en el cuerpo de la mujer, pero no critican el abuso total de separar a las madres de sus hijos, y poner a los niños en jaulas. Eso es más grave”, dice.

Pero esta inmigrante de Nicaragua quien lleva 25 años votando demócrata, acepta que sin duda, los seguidores de Trump deben pensar muy mal de quienes como ella respaldan a Biden.

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