“Seguiremos trabajando juntos, pase lo que pase”: embajador de EEUU en México

Christopher Landau se convirtió en el promotor más sofisticado de la cultura mexicana en tiempos de Trump y a pesar de la polémica por su papel

Christopher Landau, Embajador de los Estados Unidos ante México

Christopher Landau, Embajador de los Estados Unidos ante México Crédito: Agencia Reforma

Llegó a México en representación de un gobierno que había ofendido a los mexicanos, después de que el republicano Donald Trump generalizó a toda la gente del otro lado de la frontera sur como violadores y narcotraficantes. Pero el embajador Christopher Landau no se amedrentó. Mucho menos siguió el juego de su jefe ni se escondió detrás de la discreción.

Landau tomó el toro por los cuernos: capitalizó su español aprendido en un temprano peregrinaje por España (donde nació) y Latinoamérica (donde su padre fue diplomático), y se volcó a twittear con un castellano fluido. Loas y admiraciones a la cultura mexicana. “Amo este país”, escribió.

Y fue para adelante con un celular en las manos y el ánimo de conocer en los pies desde el primer día que aterrizó en México como embajador en agosto de 2019. Ahora presume de haber recorrido lejanos rincones de 16 estados con una breve pausa por la pandemia para volver a la carga en septiembre pasado “con todas las precauciones”.

Así, mientras Trump embestía con sus discursos para acelarar la contrucción del muro en contra de la migración; Landau se presentaba a inaugurar una renovada garita de San Ysidro, por donde diariamente cruzan 741millones de dólares y reconocía los avances de la relación México- Estados Unidos desde los años 80.

Recordaba que cuando él cursaba Estudios Latinoamericanos como una primera carrera universitaria el principal libro sobre la relación México- EEUU era “Vecinos distantes” de Alan Riding; ahora, el libro que realmente más se conoce sobre la relación se llama Vanishing Frontiers (Las fronteras que desaparecen).

“Creo de todo corazón que la verdadera fortaleza de nuestra relación bilateral radica en las relaciones personales, en ese tejido social que se ha formado por décadas entre nuestros pueblos, y que genera lazos humanos sólidos y duraderos”.

Así que el  “embajador influencer”, como le llaman en algunos medios, se dedica a acercarse a la gente. El último fin de semana estuvo en Taxco, Guerrero. Ni pensó en que el estado es una de las “zonas calientes” por la falta de control del gobierno con las organizaciones criminales. Ni lo mencionó.

Posó su rostró frente al letrero que da fe del sitio y en la Catedral que es una de las más hermosas del país. Fijo su atención en el desfile del Día de Muertos y en las gigantescas calaveras de papel maché y tomó todas las fotografías que pudo para después compartirlas en redes como un promotor turístico de lujo y… ¡dale con twitter!

Días antes, hizo algo similar en Oaxaca entre tlayudas, jitomates y alebrijes en San Martín Tulcajete; en el Festival de Cine en Morelia, Michoacán; desde la región maya de Edzná, Campeche; desde el Mercado de Jamaica, su “lugar favorito” por se uno de los más populares, famoso por sus pescaderías en la Ciudad de México y desde Durango tomando mezcal con un alacrán al fondo de la botella.

Para Agustín Barrios Goméz, presidente de la Fundación Imagen de México, Landau es uno de los embajadores que mejor ha comprendido la esencia de la relación de los dos países como una región integrada, como Norteamérica.

“Es un personaje único, abogado exitoso que estudió en Harvard, que no necesita un trabajo así y, sin embargo, ha tomado el reto de representar a un gobierno polémico y conjuntar su enorme empatía e interés por México con una catarata de post positivos como si fuera mexicano”, detalla.

“Yo soy hijo de diplomático y sé la manera de representar a un país es tan variada como las personas, pero nunca había visto algo así… Landau es un personaje adecuado para este momento”.

EL CAMBIO DE GOBIERNO

Durante los últimos conteos de los votos en Estados Unidos, poco antes de que Joe Biden alcanzara los 270 delegados para hacerse de la victoria como presidente, el embajador Landau dijo durante uno de sus discursos que independientemente de quien ganara “México y Estados Unidos seguirán trabajando juntos”.

La victoria de Joe Biden puso en la mira la relación binacional. El ex embajador Jeffrey Davidow (1998-2002) dijo que si bien México se verá beneficiado por el nuevo presidente, también promoverá más desafíos en temas de derechos laborales, ambientales y energía. “Forzará a Andrés Manuel López Obrador a enfrentar retos más complejos de los que probablemente espera”, advirtió.

De alguna manera, Chistopher Landau ha puesto el dedo en la llaga en algunos temas, según observan analistas de la relación regional como José Carreño, fundador del portal Norteamérica.mx ex corresponsal en Washington y editor internacional de El Heraldo de México.

“El embajador ha sabido aprovechar las redes —en los primeros días de su arribo a México se hizo de 100 mil seguidores—y le dio muchas simpatías, ahora lo invitan a comer y es un buen interlocutor, es cercano a la gente pero también aprovecha esa popularidad para exponer temas complicados y de alguna manera ser un contrapunto al gobierno mexicano”.

Por ejemplo, durante un Webinar con el instituto Wilson deploró las decisiones de la administración de AMLO de retroceder en proyectos aprobados y pactados en sexenios pasados —en materia energética o en la cervecera Constalation Brands—; resaltó que si bien México como país soberano puede poner restricciones “incluso en materia energética” le preocupa que cuando se pretende cambiar los términos de un contrato que se estableció en un pasado, se desestabiliza”.e

Y añadió: “los inversionistas necesitan estabilidad; si el gobierno mexicano quiere crecimiento de inversiones debe proveer certitud a los inversionistas, no creo que México o cualquier otro país pueda tener un crecimiento fuerte si no tiene una buena relación con empresas del sector privado y si no respeta los términos de las reglas”.

Después volvió a sus redes sociales que, según reconoce, maneja el mismo, sin intermediarios,  a promover el pozole y los escamoles; el ceviche con robalo y ajo porque sabe que eso le da puntos porque México porque este país está muy orgulloso de su gastronomía, sabe que si sube un tuit sobre algún acuerdo entre los países, a lo mejor recibe mil o dos mil likes; si sube su cena con comida mexicana, 25,000.

¿Quién sigue?

Después de cursar una segunda carrera en la Facultad de Derecho de Harvard, Landau laboró para los jueces ministros de la Suprema Corte de Estados Unidos Antonin Scalia y Clarence Thomas y litigó durante 30 años. Nunca había tenido un puesto diplomático y sorprendió a más de uno su nombramiento en México por su inexperiencia directa aunque no hubo dudas de su empatía.

El embajador tiene fama de empático. En una de las pocas entrevistas que ha dado en México para el portal “Sopitas” reconoció que siempre se esfuerza por tener canales de comunición como con su hijo Nathaniel, de 19 años (también tiene una hija de 13) quien es un fanático del futbol americano y por él se ha puesto a seguir a los equipos.

“Para tener una conversación” igual que monta su altar de muertos para tener un mismo lenguaje con los mexicanos. Igual que se sabe de memoria la canción de “Gavilán o paloma”, del Principe de la Canción pop, José José.

De la confianza sigue el optimismo. En los últimos meses, durante la inauguración virtual de Enphase México deslizó una máxima que si bien lo contrapone con las políticas del gobierno de AMLO que apuesta por los combustibles fósiles, también lo empuja hacia el futuro: “México es un país que tiene un enorme potencial en energías renovables”, dijo. “Los peores días de sol en este país, son mucho mejores a los que tienen en buena parte del mundo”.

En la apuesta del diplomático también está el federalismo, el libre albedrío de los estados por llevar sus propias políticas, algunas de las cuales, están en más sintonía con su país, el que también apuesta en la educación de México al que otorga hasta el 60% de las becas para jóvenes en educación superior.

¿Qué si va a dar cuentas de la participación de EEUU en la persecución de la delincuencia en México? Eso, dijo es asunto de dos países. Como casi todos los aspectos de la vida de la región integrada del norte de América.

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