La “maldición” de la demencia en el fútbol inglés, una historia estremecedora sobre el campeón de 1966

El padecimiento ha azotado al menos a cinco integrantes de aquel legendario equipo

El equipo inglés campeón de 1966 ahora es aquejado por una terrible enfermedad.

El equipo inglés campeón de 1966 ahora es aquejado por una terrible enfermedad. Crédito: Getty Images

Cuando uno piensa en la selección inglesa del Mundial de 1966, recuerda el gol de Geoff Hurst, en la polémica de la pelota que entró (o no), y en Bobby Moore levantado la copa Jules Rimet al lado de sus compañeros.

Pero hay una historia más oscura que está saliendo a la luz en los últimos años y que relaciona a aquel equipo o mejor dicho, a aquel fútbol, con una enfermedad tan destructiva como la demencia.

Hasta cinco jugadores que compusieron el único equipo inglés capaz de hacerse campeón del mundo han caído en las garras de esta dramática enfermedad.

El último de ellos, Bobby Charlton, al que hace apenas unos días le diagnosticaron el padecimiento degenerativo. Antes le precedieron su hermano Jack, que murió en julio, Ray Wilson, Martin Pieters y Nobby Stiles.

Ante el aumento de casos en los últimos años, el Reino Unido se ha aventurado a descifrar si el fútbol y, en especial golpear una pelota con la cabeza, puede aumentar el riesgo de padecer demencia.

La búsqueda comenzó en Escocia, cuando la muerte del exdelantero del West Bromwich Albion, Jeff Astle, llevó a su hija a investigar si los repetitivos entrenamientos de su padre habían tenido algo que ver en su fallecimiento por una enfermedad cerebral que habitualmente se relaciona con boxeadores.

“Cuando su padre (Jess Astle) jugaba al fútbol, había entrenamientos que los dedicaba únicamente a golpear la pelota con la cabeza. Cientos de veces al día”, asegura Michael Grey, profesor de la Universidad de East Anglia y responsable de un nuevo estudio que trata de resolver la ecuación entre el fútbol y la demencia.

“Es un tema del que apenas se ha hablado en Europa, pero que ya tiene recorrido en Estados Unidos y Canadá, por deportes de mucho contacto como el fútbol americano y el hockey sobre hielo”, comenta.

Esta nueva investigación, que contará con la participación de unos 30 exjugadores de la Premier League, comparará su salud cerebral, junto a la de futbolistas amateur, con la de personas que nunca han tocado una pelota, para comprobar si el cerebro ha envejecido mejor o peor.

“Cuando uno se hace mayor, su cerebro envejece. Es la vida. La pregunta que tenemos que hacernos es cuál es la edad cerebral de un jugador profesional de fútbol comparada con alguien que no ha jugado. Puede que sea mejor, por la actividad física que ha hecho, puede ser la misma o puede que sea peor por haber estado golpeando balones con la cabeza durante toda su vida”, apunta Grey.

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