Racismo contra minorías: ‘No es nada nuevo’
'El supremacismo blanco quiere perpetuar la pobreza en las comunidades de color de Estados Unidos', afirman defensores de derechos civiles
Para pensadores, activistas comunitarios, clérigos y defensores de derechos civiles, la insurrección de la turba de supremacistas blancos en el Capitolio de Washington con presunta colaboración de policías tiene como común denominador “odio, colusión e intentos por perpetuar la esclavitud” de afroamericanos y minorías raciales”.
Durante una rueda de prensa virtual, destacaron que, desde Skid Row, donde pululan miles de desamparados negros y latinos, hasta la agresión a Berlinda Nibo en el centro de Los Angeles y el asalto al Capitolio, “los supremacistas blancos continúan infligiendo violencia a nuestras comunidades de diversas maneras”.
“Como líderes religiosos, condenamos la falsa y peligrosa profecía de los autoproclamados “profetas” cristianos que afirmaron que Dios les dijo que Donald Trump ganaría un segundo mandato”, dijo el reverendo Cue Jn-Marie, fundador The Row LA – también llamada “La Iglesia sin Muros”. “El golpe en el Capitolio de la nación el miércoles 6 de enero de 2021 fue un intento de hacer realidad esta falsa profecía”.
La violencia en Washington causó la muerte de cinco personas, incluyendo al policía Brian Sicknick.
Este miércoles se informó del suicidio del oficial Howard Liebengood, de 51 años, quien había sido asignado a la División del Senado durante el intento de golpe de Estado por partidarios del presidente Donald Trump. Liebengood se quitó la vida el sábado, anunció Barry Pollack, abogado de la familia.
Al mismo tiempo que se procede a segundo voto de destitución de Trump por “incitación a la insurrección”, a menos de siete días para que asuma el nuevo presidente Joe Biden, la senadora Tammy Duckworth, demócrata de Illinois exigió al Pentágono que investigue las acusaciones de que las tropas y militares retirados desempeñaron un papel en el asalto del 6 de enero al Capitolio. También se sospecha de la participación de al menos un agente del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD) y de otras agencias.
Otros oficiales bajo investigación del FBI pertenecen a departamentos de policía de Nueva York, Filadelfia, Seattle, Virginia, Texas y Washington.
“Creo que el mensaje es claro cuando vemos la evidencia que un miembro del LAPD y otras fuerzas colaboraron y se coludieron”, dijo la doctora Tabatha Jones Jolivet, profesora asistente en el Departamento de Educación Superior de la Universidad Azusa Pacific. “No fue una sorpresa, sobre todo cuando te enseñan que nunca habrá reformas al sistema [de justicia penal] que le quita la vida a las personas”.
Hasta ahora, Michel Moore, jefe del LAPD, le ordenó a uno de sus oficiales que explique a los agentes del FBI sobre su asistencia a la manifestación a favor de Trump.
Por asuntos de esta naturaleza es que el movimiento Black Lives Matter (BLM) ha “demandado desfinanciar a la policía”, añadió la doctora Jones Jolivet.
“Prevención y no intervención en salud mental, vivienda y seguridad es lo que necesitan nuestras comunidades”, dijo. “Lo que vimos a nivel nacional es un sistema de colaboración y colusión con blancos supremacistas y por eso queremos desmantelarlos; queremos acabar con un estado militar por uno que proteja las vidas de afroamericanos y gente morena”
De hecho, el desfinanciamiento al LAPD comenzó en noviembre de 2020 cuando se anunció un recorte presupuestario de $150 millones que obligará al LAPD a trasladar a un total de 234 oficiales a patrullar, reducir las horas de oficina en sus estaciones, recortar despliegues especiales y dejar de dotar de personal a los equipos que cubren problemas de personas sin hogar.
“La colaboración de las autoridades del orden durante la insurrección no es nada nuevo para nosotros”, dijo Ingrid Villeda, miembro de la organización defensora de derechos civiles Unión del Barrio. “Ahora, ya hay evidencia de que los racistas están infiltrados por todas partes”.
Miguel Tinker Salas, profesor e historiador en Pomona College, comentó que para el liderazgo en Estados Unidos “era imposible pensar que el blanco anglosajón retaría al Estado, pero no sorprende, porque refleja la visión hegemónica de la raza blanca europea y nacida aquí como depositaria de la identidad [del país]”.
Dentro de esa perspectiva, abundó: “los republicanos cosecharon el odio que sembraron no solo con Donald Trump, sino desde los tiempos de [Richard] Nixon y los Bush, padre e hijo, con la estrategia de la mayoría silenciosa, donde se analiza a los afrodescendientes como seres criminales”.
En Twitter, el presidente Trump creía que él representaba a la “mayoría silenciosa” del país, “contra una minoría radical y peligrosa”. Durante su fallida campaña de reelección trató de atraer a esa “mayoría” con discursos adaptados a sus propios intereses por conservar el poder.
“Ese es el legado de una política donde se manipularon los temas de la raza y el privilegio blanco, con el fin de explotarlo políticamente”, dijo. “Ese ha sido el largo proyecto de manipulación de temas raciales”.
Por su parte, el reverendo James Thomas, recién electo presidente de la Asociación Nacional para el Adelanto de las Personas de Color (NAACP), en la rama del Valle de San Fernando y miembro de Black Lives Matter, dijo a La Opinión que es “tan espantoso el hecho de que en el verano nos golpearan a nosotros y la gente creyera que eso era justificable, mientras se normalizara el racismo y el odio en el país”.
De hecho, el reverendo Thomas denunció que, en seis lugares distintos de Sylmar, vándalos pintaron en paredes mensajes racistas contra afroamericanos, incidentes que la División Misión del LAPD ya investiga.
“Eso enseña lo que hay en el corazón de la gente”, dijo el reverendo Thomas.