‘Ya es hora de darles un camino a la ciudadanía’
Legisladores proponen priorizar la ayuda migratoria para los trabajadores esenciales indocumentados, que están en primera línea ante la pandemia
El senador entrante de California, Alex Padilla, y el congresista demócrata por Texas, Joaquín Castro, propusieron este viernes que unos cinco millones de trabajadores esenciales indocumentados y sus familias sean los primeros en tener un camino a la ciudadanía estadounidense durante la administración del presidente electo Joe Biden.
Ambos dijeron, en sus respectivas versiones, que la regularización de los 11 millones de indocumentados debe comenzar por los trabajadores esenciales, para protegerlos a ellos y a sus familias ante la pandemia.
“Debemos encontrar protección permanente para los once millones de indocumentados que viven, trabajan y contribuyen a nuestro país”, dijo Padilla, quien desde la próximo semana ocupará el cargo en el senado federal de la ahora vicepresidenta electa Kamala Harris.
“Debemos mantener a nuestros trabajadores [indocumentados] seguros, por su papel de mantenernos ellos a nosotros seguros a través de la pandemia. Muchos de ellos son esenciales y tenemos la obligación de tratarlos como esenciales”, dijo.
“Eso significa que los trabajadores indocumentados que han servido como esenciales a lo largo de la pandemia merecen no solo protección ante el COVID-19 y apoyo laboral, sino también la seguridad de un camino a la ciudadanía”, declaró el senador entrante.
Padilla habló ayer en una teleconferencia y en su participación recordó que sus padres, inmigrantes mexicanos, llegaron a California en la década de los años 70 y, como muchos trabajadores inmigrantes, desconocían lo que era un día de descanso, pues tenían que ganarse la vida día a día.
Por su parte el congresista Joaquín Castro anunció que ya elabora una iniciativa para proporcionar un camino a la ciudadanía para los trabajadores indocumentados esenciales.
“Nuestra nación solo puede recuperarse completamente si se incluye a todos los trabajadores; es por esto que trabajo en una iniciativa que proporcionará protección inmediata ante deportaciones mediante un proceso expedito de ciudadanía para los trabajadores esenciales en Estados Unidos”, declaró el congresista por Texas.
Urge tener protección
Al preguntársele sobre esa propuesta, Luis Magaña — dirigente y defensor de los derechos de los trabajadores del campo en el Valle de San Joaquín— opinó que la medida llegaría justo cuando más se necesita.
“Lo bueno es que piensan en dar el camino a la ciudadanía para los once millones de indocumentados que se estima que hay en el país, sin embargo ahora ya no es solo justo, sino urgente que los trabajadores del campo tengan todo tipo de protección, y eso solo se va a conseguir con la regularización” de su situación migratoria, comentó Magaña.
“Yo digo que den la oportunidad de tener la ciudadanía en el orden en que aplican las vacunas contra el COVID-19… Primero para los que son más vulnerables y están más expuestos, que son los empleados esenciales, como los trabajadores del campo, los de las tiendas y luego otros hasta completar los once millones”, expresó.
“También es fundamental que la oportunidad de tener la ciudadanía no solo sea para el trabajador indocumentado esencial, sino también para sus familias, porque de otra forma qué caso tiene que uno esté bien y los demás no; así no se van a terminar las preocupaciones”, indicó Magaña.
Irma, una agricultora indocumentada y madre soltera, comentó por telefóno a La Opinión que “ojalá y Dios quiera y sí nos ayuden de esa forma, porque es muy necesario”.
Ella trabaja en el campo en jornadas temporales del área de Stockton desde hace 10 años y dijo que “lo bueno es que no me enfermo mucho… No sé qué podría hacer si me da el COVID-19”, indica ya que debido a su estatus no cuenta con protección alguna y tampoco puede acceder a la ayuda de dinero federal.
Dijo que si la administración Biden le otorgara la ciudadanía estadounidense, buscaría mejorar la calidad de vida para ella y sus hijos.
De acuerdo con Magaña, de la organización Justicia para Trabajadores Agrícolas Inmigrantes, los campesinos, aún cuando son esenciales, han enfrentado dificultades para conseguir apoyo para continuar en su trabajo.
“Hasta para hacerse la prueba para detectar el COVID 19, no se las quieren hacer con su matrícula consular… [Las autoridades] no se ponen a pensar que hacerles la prueba a los campesinos cuando la necesitan conviene a todos, porque producen los alimentos”, dijo Magaña.
En una sucursal de una conocida cadena de ferretería y tienda de materiales de construcción, Saúl —un inmigrante mexicano, dijo que “si nos dejan arreglar [la situación migratoria] es algo que va a convenir a todos, porque vamos a poder trabajar más abiertamente”.
Saúl trabaja como jornalero como asistente de plomería y también en medio tiempo en una bodega de venta de productos alimenticios al mayoreo.
“Me parece justo que los trabajadores esenciales tengan primero esa clase de ayuda, porque nosotros somos los que de verdad tenemos que enfrentar a la pandemia… Si no trabajamos, pues no nos alcanza, y si no somos nosotros, pues ¿quién se va a animar?” cuestionó.
“Somos esenciales, tanto que ni podemos enfermarnos del COVID-19 ni de nada. Somos los que tenemos que estar el pie del cañón cuando a los demás los han mandado a quedarse en su casa”, expresó.