Madre migrante dice que solicitar asilo desde su país sería un suicidio

Sandra, inmigrante hondureña, cumplió un mes de estar en el campamento en la frontera de Tijuana y no piensa dar un paso atrás

Refugiados marchan y oran en la frontera en busca de un asilo.

Refugiados marchan y oran en la frontera en busca de un asilo.  Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

La señora Sandra, madre de familia hondureña que cumplió un mes de estar en el campamento en la frontera de Tijuana, dijo a La Opinión que solicitar asilo desde San Pedro Sula “sería lo mismo que un suicidio”.

La señora vivía en la casa de un tío suyo desde que su ex esposo la abandonó y se unió a una pandilla. Hace tres años a su primo lo asesinaron para robarle, su tío supo quiénes fueron los asesinos pero al regresar de poner una denuncia ante la policía, también lo mataron, a manera de ejecución, como ejemplo para otros que se atrevieran a denunciar.

La plática con doña Sandra se basó en que el presidente de Estados Unidos Joe Biden dijo el domingo que la frontera está cerrada a las peticiones de refugio y que quienes quieran pedir asilo lo hagan desde sus lugares de origen.

“Estamos en proceso de asegurar que podamos restablecer que puedan quedarse en un lugar y realizar su solicitud desde sus países de origen”, dijo el presidente.

“Mire, con todo respeto, a mí me parece que el presidente Biden no conoce muy bien lo que pasa en nuestros países, no nada más en Honduras; allá las mismas autoridades, desde la policía, colaboran con los criminales”, dijo

Jóvenes inmigrantes reciben apoyo educativo de organizaciones no lucrativas en la frontera Tijuana-San Diego.

La señora Sandra dijo que en Honduras siempre tuvo miedo de presentar denuncias, sobre todo después de las muertes de su primo y de su tío.

Huyó con sus dos hijos pequeños, amenazada de muerte si se atrevía a denunciar. Con la ayuda de un pastor, presentó una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México en Tijuana.

“Ya con ese documento de denuncia ahora trato de entrevistarme con las personas de Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y con la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados)”, explicó la señora.

Es diferente haber denunciado en territorio mexicano, porque en Honduras, “allá, no quiero ni pensar en lo que nos podrían hacer a mis niños y a mí”, expresó.

La señora Sandra es uno de más de 1,500 migrantes, adultos y menores, que ya cumplieron un mes en el campamento en la explanada de la garita peatonal de El Chaparral, en Tijuana.

Luego de que tanto el presidente Biden como el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, insistieron el fin de semana en que la frontera está cerrada a los migrantes que buscan asilo, un contingente salió del campamento para manifestarse pacíficamente en la garita vehicular de San Ysidro.

Por lo menos 150 personas marcharon a la garita y ocuparon solo un par de carriles, donde decidieron orar y pedir al cielo que la administración del presidente Joe Biden les otorgue un proceso para solicitar asilo.

José Antonio, migrante de Guatemala, dijo que prefiere permanecer en el campamento, mientras las autoridades explican algún mecanismo con el que puedan solicitar asilo a Estados Unidos.

“Por lo menos yo, ya tengo más de un año en Tijuana, y antes no pude solicitar asilo porque debido a la pandemia cerraron las cortes y pararon el programa” conocido como permanecer en México”, dijo.

Espera que ahora que se aumenta el número de migrantes que llegan a la frontera, el tiempo que ha aguardado sirva para eventualmente ser atendido antes.

De acuerdo con autoridades mexicanas, desde que el presidente Biden asumió el cargo, cruzaron de Tijuana a San Diego alrededor de 600 migrantes. Ellos tenían casos abiertos y pendientes en el programa “permanecer en México” cuando se suspendió por la pandemia.

El delegado del Instituto Nacional de Migración, Manuel Marín, dijo que los últimos cruzaron el fin de semana.

Cada migrante que cruzó, recibió prueba de Covid 19, y luego fue puesto en cuarentena en un hotel del área de San Diego antes de continuar a reunirse con familiares y allegados.

Para el resto de los migrantes, la administración Biden ha cerrado las posibilidades de asilo y mantiene una medida con la que la administración Trump tampoco les permitió ingresar a entregarse a patrulleros fronterizos para pedir asilo.

El “Título 42”, impuesto con base en observaciones del Centro para el Control de las Enfermedades (CDC), autoriza a los patrulleros a expulsar hacia a México a migrantes que cruzan la frontera, presuntamente como medida sanitaria por la contingencia de la pandemia.

“Los –inmigrantes- regresan generalmente en unos cuantos minutos por el mismo punto de la frontera por el que cruzaron a Estados Unidos”, dijo el pastor Albert Rivera, del albergue Ágape.

“Con esa medida las familias migrantes se ponen tristes, porque los agentes no las dejan siquiera decir por qué es que buscan asilo, o de qué es de lo que huyen. Para mí es una medida un poco cruel, porque les pueden hacer la prueba y si no tienen Covid 19, pues que les den seguridad”, dijo el pastor.

Los migrantes han decidido permanecer en el campamento el tiempo que sea necesario, con la intención de pedir asilo.

Dicen que la administración Biden dejó pasar a miles de inmigrantes que estaban en “permanecer en México’, pero el mandatario dijo que Estados Unidos recibirá hasta 100,000 refugiados y ellos quieren estar entre los primeros.

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