El abuso sexual en el hogar, un crimen del que no se habla
Mujeres latinas que fueron violadas de niñas, dolorosamente volvieron a vivir la experiencia con sus hijos; ahora buscan justicia y comparten su historia
La vida de “Angelina Reséndiz” se ha convertido en un literal calvario desde que una segunda pareja llegó a su vida.
Su nombre es ficticio para proteger la identidad de Angelina, quien narra que un hijo suyo que sufre de autismo y esquizofrenia trató de abusar de su media hermana; el padre de la niña sin su consentimiento, decidió llevarse a la pequeña de 10 años, y a su segundo hijo de dos años y medio.
Su tragedia apenas comienza.
Angelina se enteró que un tío [hermano del padre] de su hija la manoseó en sus partes privadas.
“El hermano de mi esposo le invitó una paleta y la subió a su camioneta”, contó Angelina. “Fue allí donde abusó de mi hija, pero mi esposo dice que no diga nada, que la niña dice puras pen…jadas”.
La mirada de Angelina se pierde en el vacío. Tiene miedo de denunciar al adulto agresor de su niña.
“Yo le dije que deberíamos llevar a la niña para que reciba ayuda psicológica, pero él siempre se ha negado, a nuestra hija la tiene amenazada y le ha dicho que no le cuente nada a nadie”, añadió. “Cada vez que yo hablaba del tema, [mi pareja] solamente gritaba y me insultaba”.
Abuso infantil
Abril es el Mes Nacional de Concientización sobre la Prevención del Abuso Infantil y la Agresión Sexual. Durante este mes, los programas de agresión sexual en California y la nación intensifican sus esfuerzos para promover la conciencia pública sobre los problemas de agresión sexual, de abuso infantil y la violación.
De acuerdo con la organización Kidsdata.org se estima que uno de cada cuatro niños experimenta abuso o negligencia en Estados Unidos, incluyendo violación sexual.
Además del maltrato infantil – que también ocurrió con los hijos de Angelina-, los adultos pueden causarles lesiones físicas graves e incluso la muerte; problemas, físicos de por vida, emocionales y de comportamiento, que pueden dar lugar a impactos intergeneracionales, indica el informe de Kidsdata.org.
“A mi hijo, aparte de que sufre depresión, autismo y esquizofrenia lo tuvimos que llevar con muchos terapistas porque a veces también se pone violento”, dijo Angelina, de 35 años, quien vive en la ciudad de Anaheim, en el condado de Orange.
“Esa fue la excusa que mi esposo utilizó para llevarse a los dos hijos que tuve con él”, refirió. “Y, como se quiere quedar con ellos, interpuso una restricción contra mi hijo enfermo para que no se acerque a sus hermanos, pero no ha querido denunciar a la policía a su hermano [tío de la víctima] por el ataque sexual que cometió contra nuestra hija”.
Latinos en tercer lugar
Según KidsData.org los reportes por abuso de todo tipo o negligencia en California, por raza o etnicidad, los niños afroamericanos representan 124.3 casos por cada 1,000, seguidos por 127.0 casos de niños de familias nativo-americanas o nativos de Alaska.
En tercer lugar, aparecen los menores de edad latinos, con 49.8 casos por cada 1,000; mientras que los caucásicos alcanzan un 43.4 en el número de casos. En menor tasa se encuentran los pequeños asiáticos o de las islas del Pacífico.
En el 2018, de 486,634 alegaciones de abuso y negligencia contra los niños de 0 a 17 años, el 5% fueron casos donde se cometió violación, es decir, 243,317 niños fueron ultrajados y los victimarios pudieron haber sido las personas más cercanas al núcleo familiar: un hermano, primo, tío, amigo o conocido de la familia, etc.
El tío abusó de su hija
“Mi niña le dijo a mi tía que su tío la había abusado y ella me comentó a mí que la había tocado indebidamente en sus partes privadas. Yo sí le creí, pero su papá le ha metido miedo a mi hija para que no diga nada”, expresó Angelina a La Opinión.
“Él dice que ella no necesita ayuda de nadie; que esas son puras ‘pen…jadas’, que es una estupidez y eso de ir al psicólogo es solo para locos, pero yo, como madre sé que tarde o temprano eso le va a afectar, porque yo también fui víctima de abuso sexual… A mí me atacó el esposo de una amiga de mi mamá, allá en Aguascalientes”.
Angelina está recibiendo terapia emocional por parte de Virginia Isaías, presidente de la Fundación de Sobrevivientes de Tráfico Humano (FSTH), quien ayuda a mujeres como Angelina a superar el trauma del abuso sexual.
“Como toda madre que ama a sus hijos, Angelina solamente quiere recuperar a sus hijos”, dijo Virginia Isaías.
Y aunque es grande el miedo de Angelina, al parecer pronto denunciará al hombre que la sometió, no mediante violencia física, sino psicológica y emocional.
De hecho, Virginia Isaías la estaba motivando para que diera ese paso y acusara de secuestro de sus hijos al esposo y que presentará una denuncia por violencia doméstica.
El abuelo, presunto abusador
“María Gómez” es otra mujer latina que se atrevió a contar la pesadilla que ha vivido en sus 48 años de vida: en 2004 y 2009 fue violada en su hogar de Garden Grove, primero por su exesposo, y presumiblemente después por “amigos” de su expareja.
“Mi vida ha sido un infierno porque mi expareja, con quien comparto la custodia de mi hijo lo llevó a dormir a la casa de su abuelo y allí le tocó su parte privada, fue de una manera tan brutal que el día siguiente mi niño se desmayó en la escuela y sangraba”, expuso María, quien también recibe ayuda psicológica en la FSTH.
“Yo quiero justicia”, declaró María Gómez. “La primera vez que me violó el papá de mi niña me golpeó tan fuerte que quedé inconsciente y hasta me quebró las muelas; yo desperté desnuda y tirada en el piso hasta que llegó mi hermano a la casa”.
En la segunda ocasión, -afirmó- su nueva pareja, presuntamente entró por el balcón trasero de su departamento, junto con otras personas y alguien la golpeó a la nuca y se desmayó.
“Fue en 2008; yo solamente alcanzaba a escuchar la risa de quien me atacó, pero nunca supe quien fue”, contó a La Opinión. “Lo único que me acuerdo es que aquel día estaba lloviznando y cuando me ataco aquella persona por la espalda, me puso una toalla en la boca y nariz y caí al piso”.
En la actualidad, María se está preparando para presentar una denuncia criminal en contra del abuelo de su niño, ahora de 13 años.
“Generalmente, los latinos se avergüenzan de denunciar este tipo de abusos, se culpan a sí mismos por la agresión sufrida o piensan que terminarán en la cárcel”, declaró María Suárez, directora ejecutiva de María Suarez Foundation, una organización que se dedica a auxiliar a víctimas de tráfico sexual y humano.
“El caso que más me ha impactado es el de una niña cuyo padre quedo viudo, y como ella era la mayor de los hermanos, él la tomó como su esposa y tuvo un hijo con ella”, dijo. “Fue algo aberrante”.