Cambio climático: lo que dijeron y no dijeron algunos de los protagonistas de la cumbre sobre el clima
Hasta 40 líderes mundiales participan de la cumbre virtual, en la que EE.UU. busca situarse de nuevo a la cabeza de la lucha contra el cambio climático
Un zoom multitudinario y de alto perfil para tratar una de nuestras crisis más acuciantes: el clima de nuestro planeta y, por ende, el futuro de nuestra especie.
La llamada Cumbre de Líderes sobre el Clima, una conferencia virtual organizada por la Casa Blanca con la participación de 40 dirigentes internacionales, arrancó este jueves con las intervenciones de los presidentes Joe Biden, Xi Jinping, Vladímir Putin o Andrés Manuel López Obrador, entre otros.
La lucha contra el cambio climático fue el centro de sus discursos, pero cada uno de los líderes lo abordó de manera distinta: algunos con nuevos y ambiciosos objetivos, como fue el caso de EE.UU. que se comprometió a recortar las emisiones de efecto invernadero un 52% para 2030, y otros defendiendo su plan ya fijado y las diferencias entre países, como China.
Pero además de lo que se dijo, aquí te contamos algunas cosas relevantes que no se dijeron en la primera jornada de esta importante cita internacional, que no estuvo exenta de los problemas técnicos que de alguna manera todos hemos experimentado durante la pandemia.
Biden: nuevo y difícil objetivo
El presidente de Estados Unidos comenzó la cumbre con un nuevo y ambicioso objetivo: recortar “a la mitad” las emisiones de efecto invernadero del país para 2030 con respecto a los niveles de 2005.
Se trata de un objetivo que casi dobla el que asumió EE.UU. bajo el Acuerdo de París, al que Biden se volvió a sumar en su primer día en la Casa Blanca tras la retirada de su antecesor, Donald Trump.
El objetivo último es alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono para 2050, dijo el mandatario.
Biden describió la lucha por el clima como un “imperativo moral” y “económico” y añadió que “realmente no hay otra opción” que sumarse a ella.
No obstante, lo que no dijo es que, para cumplir con su objetivo, se requiere un consenso en el paísque no está garantizado.
“La respuesta al cambio climático se basa en fijar objetivos a largo plazo, pero, dado el panorama político en EE.UU., en constante cambio, adherirse a una política consistente en el largo plazo es complicado”, subraya Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Washington.
“Barack Obama firmó el Acuerdo de París. Donald Trump sacó a EE.UU. del mismo. Biden se volvió a sumar. Obama promulgó regulaciones medioambientales, que Trump trabajó para rescindir y que Biden espera restablecer. Todo ello es suficiente para que los activistas liberales que escuchan las palabras de Biden se sientan un poco hastiados”.
Para conseguir un progreso sustancial en este ámbito, uno que un presidente conservador en 2024 o 2028 no pueda echar atrás, se requiere legislación que sea aprobada por el Congreso.
“Por eso el plan de infraestructuras propuesto por Biden -con inversión masiva para proyectos de energía limpia- es fundamental para su éxito”.
El proyecto está siendo negociado por los legisladores y su aprobación “es un gran interrogante”, señala Zurcher.
Xi Jinping: responsabilidades “comunes pero diferenciadas”
El presidente de China, Xi Jinping, llamó a la unidad internacional durante su discurso, asegurando que “China desea trabajar con la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, para impulsar conjuntamente la gobernanza medioambiental a nivel global”.
Los expertos estaban muy atentos a lo que China, el mayor emisor de gases contaminantes del mundo, pudiera anunciar, pero Xi no ofreció promesas nuevas.
China ya se había propuesto alcanzar en 2030 el pico de emisiones de carbono y en 2060 la neutralidad de emisiones, y el mandatario reiteró esos compromisos.
Xi habló de responsabilidades “comunes pero diferenciadas”, remarcando los “esfuerzos extraordinariamente duros” que la nación que dirige deberá llevar a cabo para conseguir pasar del pico de emisiones de carbono a la neutralidad de emisiones en un “período mucho más corto de lo que le llevaría a muchos países desarrollados”.
Y es que, pese a que China se sitúa actualmente como el primer país del mundo en emisiones de CO2 y el segundo, Estados Unidos, representa menos del 15% del total mundial, históricamente EE.UU. ha emitido más que cualquier otro país hasta la fecha, más del doble que China.
Lo que Xi tampoco dijo es que el carbón, clave del calentamiento global, sigue siendo “el rey”en el país, recalcaba el periodista de la BBC especializado en medio ambiente Matt McGrath. Es, de lejos, su principal fuente de energía.
La producción de carbón incrementó un 4% en 2019 y “China será responsable de alrededor de la mitad de crecimiento de carbón en el mundo este año”, señaló McGrath.
No obstante, Xi sugirió que el carbón tendría un papel limitado en el futuro.
“Limitaremos de forma estricta el aumento en el consumo de carbón durante el periodo del XIV plan quinquenal (2021-2025) y lo reduciremos para el periodo del XV plan quinquenal”, a partir de 2026, manifestó.
Bolsonaro: cambio de tono
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, intervino en la cumbre del clima con un tono más moderado sobre este ámbito que el que ha mostrado durante su presidencia.
El político anunció que su país buscará alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, diez años antes del anterior compromiso medioambiental del país.
También se comprometió a avanzar para eliminar la deforestación ilegal en Brasil para 2030 y remarcó que la nación, la principal económica de Latinoamérica, es solo responsable de menos del 3% de los gases de efecto invernadero del mundo al año.
Lo que no mencionó es que para alcanzar su nueva meta de carbononeutralidad harían falta US$10.000 millones, según calcularon autoridades de Brasil, recoge la Agencia EFE desde Brasilia.
Tampoco hizo mención a algunas de las controvertidas políticas que ha impulsado en este sector, especialmente en la Amazonía: desde reducir las multas ambientales, interrumpir las demarcaciones de tierras indígenas o promover los intereses de los productores rurales.
López Obrador: visados a cambio de plantar árboles
Como había adelantado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dedicó parte de su intervención a la situación migratoria en la región y las consecuencias de ésta.
Dirigiéndose directamente a su homólogo estadounidense, el mandatario propuso a Washington cooperar en el programa mexicano de reforestación “Sembrando Vida” con el objetivo de frenar la ola migratoria en sus fronteras.
“Que juntos ampliemos dicho programa en el sureste de México y en Centroamérica para sembrar 3.000 millones de arboles adicionales y así generar 1,2 millones de empleos”, indicó a Biden.
El mandatario mexicano sugirió que EE.UU. “podría financiar” la ampliación del programa a Guatemala, Honduras y El Salvador, y propuso además que la Casa Blanca impulsara una especie de visado climático.
“Agrego una propuesta complementaria, con todo respeto. El gobierno de EE.UU. podría ofrecer a quienes participen en este programa que después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos tendrían posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal y, luego de otros tres o cuatros años, podrían obtener hasta la residencia en Estados Unidos o su doble nacionalidad”, señaló.
Durante su discurso, además, López Obrador aseguró que el país busca generar energía “limpia y barata” a través de hidroeléctricas, aunque defendió el uso del petróleo para el mercado interno.
“Aunque hemos descubierto tres grandes yacimientos de hidrocarburos, el petróleo que estamos descubriendo se destinará básicamente a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno y se acabará con la práctica de exportar crudo”, dijo.
También aseguró que se están modernizado las plantas hidroeléctricas para reducir el uso del fuel y el carbón para producir energía.
Lo que quedó fuera de su discurso fueron nuevos compromisos concretos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, entre críticas por su política en pro de las energías de combustibles fósiles.
Desde que tomó posesión del cargo en diciembre de 2018, López Obrador ha priorizado sanear la endeudada petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) (“la palanca del desarrollo nacional”, según sus propias palabras), frente a la energía solar y eólica.
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