Los camiones que transportan nuestras órdenes también nos envenenan
La Regla de fuente indirecta de almacén (Warehouse Indirect Source Rule) considerada por el gobierno a través del AQMD (Distrito de Gestión de la Calidad del Aire en la Costa Sur), requeriría que los grandes almacenes reduzcan cada año las emisiones con medidas diversas, como el uso de camiones de cero emisiones o bien paguen una multa
Una de las consecuencias de este largo año de pandemia y encierro es el descomunal desarrollo de la industria de compras por internet y entrega a domicilio.
En cualquier lugar del sur de California, miles de camiones gigantescos recorren en estos días las carreteras en un hormigueo incontrolable e incesante entre los puertos de Los Ángeles y Long Beach y las gigantescas bodegas que siguen estableciéndose en el Inland Empire, región que incluye la mayor parte de los condados de San Bernardino y Riverside. Son bodegas que surgieron como si fuesen “hongos después de la lluvia”, durante el último año, impulsados por el encierro al que nos obligó la pandemia.
En su camino por los freeways, especialmente el 710, el 210, esparcen contaminación ambiental que causa una serie de graves enfermedades en la gente de nuestra comunidad. Es hora de que la verdad salga a la luz y que los gobiernos adopten medidas para controlarlo.
El daño se concentra notablemente en cinco áreas dentro del sur de California – área que incluye los condados de Los Angeles, Riverside, Orange y San Bernardino – delimitadas por una alta relación entre problemas de salud de los residentes y el auge del transporte de mercancías en vehículos contaminantes.
Estas son: Carson / Wilmington, Ontario, City of Industry, Anaheim y Los Ángeles / Vernon.
Ahí están también las comunidades de absoluta mayoría latina a lo largo del freeway y al este de la ciudad de Los Ángeles, como Bell y Bell Gardens, South Gate y Cudahy, Huntington Park, Vernon y Downey.
Y esto sucede como si no fuese suficiente con el hecho de que es precisamente esta región la más afectada por la polución atmosférica y la contaminación ambiental en todo el país.
Para confirmación, consulta este sitio de la Asociación Americana del Pulmón: https://www.lung.org/research/sota. Basta con escribir allí las cinco cifras de tu correo postal para enterarte que las enfermedades pulmonares nos acechan implacablemente. Solo por vivir aquí.
Entonces, el auge de los almacenes de Amazon ha sido vinculado a peligros para la salud en esta, la región más contaminada de Estados Unidos.
Y si bien son varias las fuentes que contribuyen a la contaminación, como los patios ferroviarios y el tránsito aéreo, es el transporte de mercaderías lo que lidera la tendencia. Sus consecuencias en la salud de nuestras familias y nuestros hijos podrían ser tan terribles que debemos tomar acción ya.
Debemos anunciar, peticionar y presionar a nuestros funcionarios electos para que encuentren las soluciones.
Porque no puede ser que mientras la empresa más grande del mundo sigue su gigantesco espiral de crecimiento desenfrenado y lucro prácticamente ilimitado, alimentado por las desgracias de la pandemia, la gente se enferme sin posibilidad de salir del círculo vicioso de pobreza y enfermedad.
Orígenes de los freeways
Sí, pobreza, porque no por casualidad, en nuestra zona hay un paralelismo geográfico entre barrios pobres y freeways congestionados. No es casualidad, porque los freeways se construyeron de manera tal que cruzan aquellos vecindarios donde los residentes no tienen ni poder político, ni económico, ni de convocatoria ni de influencia.
El ejemplo clásico, aquí nomás,, es la confluencia de las supercarreteras 101, 5, 710 y 110, que cortan por el Este de Los Ángeles, y lo que se llamaba el “Surcentro” hasta que las protestas de los años 90 le dieron al nombre mala fama.
O como lo formuló hace un año Matthew Fleischer, Editor digital Senior del Los Ángeles Times, “¿Quieres derribar monumentos al racismo y la segregación? Apoya la demolición de las autopistas de L.A.”.
Para construir las autopistas se destruyeron miles de viviendas en comunidades pobres y de gente de color. Pero ni se tocaron, por la oposición de sus poderosos residentes, comunidades afluentes y blancas como Sur Pasadena. Es por eso que el freeway 710 termina en la nada, sobre una calle, en lugar de desembocar en la 210. O como Beverly Hills, aislada de freeways. Como se recordará, durante décadas barajaron la idea de que el 710 continuase como un túnel subterráneo por debajo de los barrios ricos, idea infeliz si las hay y que fue finalmente abandonada recientemente por “mejoras en las vías existentes” que nunca se han presupuestado.
Fue por esa misma oposición de barrios caros que solo el 65% de las carreteras cuyos presupuestos ya estaban aprobados se construyeron.
Ahora, sobre esos caminos circulan camiones – especialmente diésel – cuyas emisiones de óxido de nitrógeno y monóxido de carbono entre otros, envenenan los pulmones.
“Nuestros gases de escape tóxicos alimentan una olla de racismo que se ha estado cocinando durante casi un siglo”, escribió Fleischer.
Este mes, el Colectivo de Personas por la Justicia Ambiental (PC4EJ) y estudiantes de la Universidad de Redlands produjeron un informe que analiza la relación entre esta industria y la salud en nuestras comunidades.
El estudio, escrito principalmente por Ivette Torres y Anthony Victoria, abarcó información sobre 3,321 bodegas con una superficie mayor a los 100,000 pies cuadrados.
La investigación mostró entre otros hallazgos que la Cuenca de la Costa Sur tiene cinco de las 10 principales comunidades con más almacenes y el percentil más alto de instalaciones tóxicas, incluidas Carson / Wilmington, Ontario, City of Industry, Anaheim y Los Ángeles / Vernon. Todas ellas también tienen un alto porcentaje de población de gente de color.
Es decir: cuanto más almacenes existen, mayor es la contaminación. No tanto por las bodegas en sí, sino por los medios de transporte que las nutren.
Y el estudio demuestra por otra parte que “las comunidades dominadas por los almacenes de Amazon tienen las tasas más bajas de ventas de Amazon por hogar”. Interesante conclusión.
El resultado: asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o COD, cáncer y muerte prematura en esas comunidades.
Es posible el cambio. Por ejemplo, la Regla de fuente indirecta de almacén (Warehouse Indirect Source Rule) considerada por el gobierno a través del AQMD (Distrito de Gestión de la Calidad del Aire en la Costa Sur), en detalles publicados esta mismo mes, requeriría que los grandes almacenes reduzcan cada año las emisiones con medidas diversas, como el uso de camiones de cero emisiones o bien paguen una multa.
Y si bien existen aún debates y la industria trata de remover la obligatoriedad del cambio, esta agencia tomará seguramente una decisión sobre la aplicación de la regla a principios de mayo.
Si así fuere, las bodegas se construirán y operarán de manera tal que lleven a la eliminación de las emisiones de los camiones. Gradualmente.
Pero los cambios, que llevarían muchos años en concretarse, ni siquiera iniciarán si no existe una amplia conciencia del daño que la contaminación vehicular causa a nuestra gente.
Y qué mejor que despertar esa conciencia en estos días que celebramos a la Tierra.