‘Tengo que hervir agua para poder bañar a mis hijos’
Inquilinos de un complejo de apartamentos en Compton se quejan de cucarachas en sus hogares y de la falta de mantenimiento al lugar
Lourdes Villegas, de 39 años de edad, nació y creció en el mismo apartamento de Compton ya que su madre se mudó a ese lugar estilo estudio hace más de 43 años.
Sin embargo, cuenta que al paso de los años el apartamento, localizado en la cuadra 15519 de la avenida Atlantic, se fue deteriorando y los dueños han prestado cada vez menos atención a los problemas.
Indica que hace más de 10 años, la dueña en turno hacía reparaciones mínimas a las cinco unidades pero desde que la propiedad cambió al nuevo dueño, a quien identificó como Ramón Rochel, no se han hecho arreglos.
A causa del deterioro de su apartamento, la madre de Villegas se vio obligada a mudarse a otro lugar. No obstante, ella y sus dos hijos de 12 y 8 años no pudieron acompañarla por falta de espacio. Ahora, dice que su familia se enfrentan a un apartamento plagado de peligros para la salud.
“No tenemos agua caliente desde hace tres años. Yo tengo que hervir agua para bañar a mis hijos”, expresó en entrevista con La Opinión. “No tengo microondas ni licuadora porque se le meten las cucarachas… El dueño dijo que esas las traigo cuando voy a comprar a Costco”.
Villegas dijo que la situación ya es caótica, sobre todo para su hija de 8 años quien tiene la condición de dermatomiositis juvenil.
“Es distrofia muscular, como en la etapa tres, que es más severa y rara en los niños, por lo que acude a terapia recreativa, acuática, ocupacional y fisioterapia”.
La madre de familia cuestionó si de verdad están a salvo dentro de su apartamento, lugar que tuviera que ser su santuario.
Contó que en la noche ella y su hija deben hacerse una trenza para dormir porque de otro modo las cucarachas se enredan en su cabello. Y alega que en junio de 2020, mientras estaba en casa, una araña negra le picó a su hijo en el pie por lo que el menor tuvo que tomar antobióticos y andar en muletas por dos semanas.
Intento de desalojo en plena pandemia
La mujer dijo que desafortunadamente no se puede mudar a otro lugar porque su hija debe estar aislada de otras personas y ella no puede pagar precios más altos de alquiler.
El apartamento lo rentaba hasta hace dos años por $1,000 pero que su alquiler subió $200. Cuenta que en octubre de 2020, el dueño intentó desalojarla de su vivienda ya que no tenía dinero para pagar el alquiler completo ya que por la moratoria que otorgó el condado, solo estaba pagando $300 por mes de renta.
“El dueño conoce nuestra situación y no le importa”, dijo Villegas. “No nos está tocando con sus manos pero está infringiendo daño a los niños”.
Los inquilinos aseguran que las cinco unidades en dicha la propiedad están plagadas de chinches, ratas y cucarachas, fugas de agua y otros peligros.
Cansados de años de negligencia y reparaciones diferidas, los inquilinos con la ayuda de Compton Tenants Union —la organización comunitaria Strategic Actions for a Just Economy (SAJE) y los defensores de la ayuda legal comunitaria Los Angeles Center for Community Law and Action (LACCLA)— presentaron un demanda contra Ramón Rochel, el dueño de la propiedad, de quien alegan no ha cumplido con las peticiones para arreglar los apartamentos.
Los inquilinos dijeron que ya no se sienten seguros en sus hogares debido al daño estructural y la falta de limpieza y arreglos por parte del propietario.
Oscar Zárate, organizador con SAJE, dijo que lo que los inquilinos enfren es terrible ya que aunque la estructura no se esté cayendo en pedazos, está afectando a la salud de los inquilinos.
“La gente se está muriendo lentamente con el plomo, problemas de asma, los roedores por toda la propiedad y la falta de agua caliente”, dijo el organizador. “Hay una peste masiva, así como problemas estructurales y de moho”.
Agregó que los inquilinos han archivado reclamos con el condado, con el dueño, con la policía y hasta con servicios públicos y el departamento de salud pero que hasta el momento nadie los escucha.
“Vemos esto muy a menudo y por eso la gente no se queja porque el sistema no sirve y no responsabiliza a los culpables”, indicó Zárate. “¿Cómo podemos vivir en una sociedad que permite esto?”
A mediados de junio los inquilinos presentaron una demanda en el condado de Los Ángeles pidiendo las reparaciones necesarias.
La Opinión intentó obtener una declaración de parte de Rochel pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
Los inquilinos y activistas tienen planeada una protesta el miércoles 14 de julio para hacer pública la negligencia de su arrendatario.
Aseguran que la lucha de los inquilinos por la justicia en esta propiedad es el primer paso para evitar que los propietarios de barrios marginales destruyan las comunidades de Los Ángeles.
La protesta se llevará a cabo frente a la propiedad en la 15519 de la avenida Atlantic el área no incorporada de Compton.