La contaminación por laboratorios de metanfetaminas amenaza a mexicanos

Los cárteles de la droga salpican las regiones fronterizas de todo México con laboratorios químicos de elaboración de metanfetaminas en una apuesta por multiplicar los volúmenes a Estados Unidos. Autoridades mexicanas reconocen el incremento en la demanda de metanfetamina en los últimos años.

Narcolaboratorios en México

Autoridades mexicanas reconocen el incremento de narcolaboratorios de metanfetaminas en el país. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- Un estudiante de química en la Universidad Autónoma de Baja California jugaba videojuegos con su hermano de 12 años cuando lo asesinaron a tiros en la sala de su casa. Juan Manuel Delgado Cárdenas, de 24 años, se había negado a trabajar en la elaboración de droga sintética —metanfetaminas— en Tijuana, Baja California.

Los cárteles de la droga salpican las regiones fronterizas de todo el país con laboratorios químicos elaboración de metanfetaminas en una apuesta por multiplicar los volúmenes y facilitar el cruce a Estados Unidos, informó la fiscalía del estado, el pasado 18 de julio, y reconoció la negativa de Juan Manuel como un móvil del ataque.

Autoridades mexicanas federales reconocen que el incremento en la demanda de metanfetamina en los últimos años ha desembocado en un boom de casas, bodegas, bosques, campos, jacales y sitios al aire libre que se dedican a la drogas de diseño encabezados o supervisados por profesionistas que utilizan precursores químicos.

Sosa cáustica, ácido fenil acético, cloruro de bencilo, sulfato de zinc, acetona, cianuro de sodio y ácido nítrico, entre otros, cuyo cuidado se centra en la elaboración pero no en el manejo adecuado para el medio ambiente.

La Marina Armada de México informó en 2019, después de desmantelar 31 laboratorios clandestinos en todo el país, que los cárteles de la droga desechaban los precursores  en ríos y cauces de agua como drenajes una vez que eran utilizados, “generando daños que afectan el ecosistema”.

Los militares que participan en el desmantelamiento de este tipo de laboratorios suelen destruir los precursores conforme a un protocolo de salud pública, pero el incremento del consumo de esta droga en los últimos años (EEUU reconoce que en algunas zonas hasta el 70%) revela que la mayoría de los desechos químicos van a los mantos acuíferos a contaminar.

Un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) detalló el pasado jueves que alrededor de 275 millones de personas consumieron drogas durante el último año a nivel global, un 22% más que en 2010, y el mayor incremento es de drogas sintéticas.

El daño

Once laboratorios de narcóticos fueron desmantelados durante el último año en México entre los meses de mayo de 2020 y 2021, presuntamente montados por el  Cártel de Sinaloa que encabeza Ismael “El Mayo” Zambada, y que en otra de sus facciones dirigen Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocidos como “Los Chapitos” y el Cartel Jalisco Nueva Generación.

Por razones estratégicas, los estados de Sinaloa, Durango, Michoacán, Jalisco y Baja California figuran entre los principales territorios en los que se fabrican drogas para el consumo del mercado negro y para su exportación a Estados Unidos por lo que ambientalistas y analistas de seguridad han puesto el dedo en el tema de mirar al problema también desde el punto de vista sanitario.

El 21 de junio, el secretario de la Defensa Nacional, General Luis Crescencio Sandoval González, dio a conocer que, en el periodo del 1 de enero al 20 de junio, el Ejército Mexicano ha asegurado 17 narcolaboratorios a lo largo del país, e incautó casi 29 toneladas de metanfetamina y una tonelada 33 kilogramos de fentanilo, lo que da una idea de la fabricación de las diversas sustancias ilícitas.

“En ese tipo laboratorios se manejan químicos tan peligrosos que Estados Unidos los considera pequeñas bomba radiactiva”, alertó Alberto Islas, director de la consultora Risk-Evaluation

“Hacer esas limpias no es algo trivial, se puede tardar 15 o 20 años para dejar una zona como estaba antes, dependiendo el tiempo que hayan trabajado allí”

Los daños generalmente no son inmediatos pero a largo plazo el contacto prolongado causa severos padecimientos de salud, según la DEA, y por ello cuando en EEUU desmantelan un laboratorio de metanfetaminas lo aíslan por completo, y en casos extremos, los edificios o casas donde se localizan se destruyen hasta los cimientos.

Sin embargo, lo que hace México en los decomisos es que se destruyen los precursores  o se resguarda durante algunos meses, y después suele quedar abandonado el lugar que posteriormente puede ser habitado por familias, además del contaminante que ya se vertió al drenaje.

En el caso de los laboratorios al aire libre la situación local es más compleja. Tan solo en la redada de 2019 cuando el ejército reportó el hallazgo de los 31 laboratorios, se informó de la confiscación de 49,300 litros de residuos precursores químicos que pudieron haberse vertido en cualquier parte para desecharlos.

El entonces subprocurador federal Guillermo Rodríguez, ingeniero bioquímico, explicó que lo que hacen los soldados es buscar soluciones in situ como incinerar los elementos confiscados si no representen un riesgo mayor al hacerlo; neutralizarlas con otros elementos para reducir al máximo su toxicidad o confinarlas en una fosas en contenedores especiales, cuando se cuenta con ellos.

“Los procedimientos dependen de la seguridad en el entorno donde militares destruyen los laboratorios”.

De los precursores que ya fueron vertidos al agua se sabe poco. No existen cifras oficiales al respecto ni cálculos extraoficiales, pero se calcula que el incremento en la demanda de metanfetaminas tarde o temprano traerá un alto costo a la salud de los mexicanos.

De acuerdo con el cuaderno informativo de sustancias peligrosas de la Organización de las Naciones Unidas, el ácido nítrico, por ejemplo, puede causar edema pulmonar  y erosión dental;  el sulfato de zinc, quemaduras en la piel y daño ocular; el cianuro de sodio, cáncer, riesgo para la reproducción, agrandamiento de la tiroides y daños al sistema nervioso.

Como ha ocurrido en las zonas mineras, las regiones donde hoy se montan los laboratorios clandestinos para la droga sintética son un riesgo de salud pero, por tratarse de una actividad cuya producción en masa es relativamente reciente y controlada por organizaciones violentas, no hay medición del impacto.

En la   Universidad Checa de Ciencias de la Vida en Praga midieron el impacto que puede tener y que se ha publicado en el Journal of Experimental Biology el aumento de metanfetaminas en el sistema fluvial y detectó así truchas “adictas” que presentaban abstinencia para comer y el apareamiento.

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