Madre que pierde a hija en carrera clandestina, dedica su vida a salvar a otros
Crea el programa de intervención de conducción imprudente para crear consciencia sobre los riesgos
A Jonathan, un hispano de 40 años, que pide no revelar su nombre completo, le decomisaron su auto por ‘quemar llanta’ y hacer otras arriesgadas piruetas durante un bloqueo de calle (takeover) en el centro de Los Ángeles.
“Esto ocurrió hace 4 meses, acababa de comprarme un carro deportivo Dodge Challenger 2020. Un amigo me invitó al takeover. La policía llegó y me decomisó mi carro”.
Además de quemar llanta, Jonathan estuvo haciendo’ donas’, un giro brusco del auto que se ejecuta al realizar una vuelta de 360 grados pisando fuerte el acelerador, lo que hace que las llantas traseras giren y empujen el carro en un círculo completo, empleando los neumáticos delanteros como puntos de pivote.
Quemar llanta es la práctica de darle vueltas a las llantas mientras el auto está estacionado. Esto hace que los neumáticos se calienten por la fricción y empiecen a echar humo.
Jonathan tuvo que esperar un mes para recuperar su auto y pagar una multa de $1,500. Fue además reportado al Departamento de Vehículos Motorizados (DMV), lo que afectó su historial de manejo.
“Yo tenía un récord limpio, ni una sola multa ni accidentes. Fue mala suerte, pero me arrepiento de haberlo hecho”.
Para recuperar su carro, la policía le pidió asistir al programa Intervención por Conducción Imprudente, en inglés Reckless Driving Intervention Program (SKR).
“Aprendí mucho sobre el manejo a alta velocidad. Nunca he tenido un problema por rebasar los límites, solo estaba quemando llanta e hice un par de donas cuando la policía llegó”.
Pero dice que lo más importante es que el curso lo ayudó a tomar una mayor conciencia de no involucrarse en nada relacionado con manejar de manera imprudente. “Es mucho lo que puedes perder, causar un accidente, matar a alguien o pasar tiempo en la prisión sin necesidad”.
Jonatán es padre de una adolescente de 17 años y un niño de 11 años. “Me sentí muy mal de lo que hice porque yo quiero ser un ejemplo a seguir para mis hijos. Por eso no voy a volver a ningún takeover. No vale la pena. Fue la primera y la última vez”.
Además dice que a sus 40 años, está muy viejo para andar en takeovers. “Manejar imprudentemente no es para nadie. No lo deben hacer ni jóvenes ni viejos”.
Conducción imprudente
En 2014, un año después de que Lili Trujillo Puckett perdiera a su hija Valentina D’Alessandro, en una carrera de carros que terminó en un choque, fundó SKR.
Valentina iba en un vehículo Mustang en el que le dieron un aventón a su casa después de su fiesta, cuando el conductor decidió involucrarse en una competencia clandestina, en el momento que otro amigo se le emparejó y lo invitó a correr.
“Empecé yendo a hablar a las escuelas”, recuerda Trujillo Puckett.
En 2016 convirtió el programa SKR en una organización sin fines de lucro en honor a su hija Valentina, quien falleció a los 16 años.
Este programa trabaja como un mentor para los individuos a quienes el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y la Patrulla de Caminos de California le han dado delitos mayores y menores.
“También trabajamos con abogados criminales para que cuando sus clientes van a corte a pagar su multa, los jueces vean que hicieron algún programa contra las carreras ilegales; y también estamos hablando con las cortes para que los fiscales del condado nos refieran a las personas que se han involucrado en el manejo imprudente”.
Trujillo Puckett aclara que no le mandan a nadie que le haya quitado la vida a alguien por conducción temeraria.
“Nuestra meta es crearles conciencia sobre los peligros de manejar imprudentemente para prevenir futuras colisiones y muertes en las calles”.
“El Chico Malo” como pide ser identificado un joven de 19 años, a quien los oficiales del LAPD le decomisaron su auto Camaro 2021 en marzo, dice que él nunca ha participado en carreras clandestinas y solo quemaba llanta en una calle paralela al Río Los Ángeles.
“Fue un viernes como a las 8 de la noche. Me invitó mi primo y dije, voy a ir un ratito mientras se calma el tráfico. Ya para venirme, los amigos me pusieron mucha presión para que quemara llanta. No la pensé; y me dejé llevar por la adrenalina del momento”.
El muchacho dice que el programa Reckless Driving Intervention Program (SKR), le sirvió mucho sobre todo cuando escuchó historias como la de Valentina, la hija de Lili Trujillo. “No está bien lo que hice. Mis padres me regañaron mucho. Gracias a este programa pude recuperar mi carro en 15 días y pagué como $1,000 de multa. La verdad ya no quiero meterme en líos”.
Se consideran como actos de manejo imprudente a las carreras clandestinas, manejar excediendo los límites de velocidad, conducir demasiado pegado al vehículo de adelante, zigzaguear en medio del tráfico, quemar llanta, bloqueos de calles para efectuar hazañas riesgosas con los carros, manejar bajo el influjo de las drogas e ignorar las señales de tránsito.
El programa consiste en un curso de una hora y media que se imparte por Zoom debido a la pandemia.
“Los participantes tienen que tomarlo desde su casa. Participan como oradores Lori Argumedo quien perdió a su sobrina Bethany Holguín en una carrera clandestina en Compton, un oficial del LAPD o CHP, y un detective de LASD motorsports, una organización de policías jubilados que corren autos de manera legal en la pista de la ciudad de Irwindale”.
Trujillo Pickett dice que además de concientizarlos, quieren darles alternativas de pistas para correr sin que pongan en peligro la vida de otros y la suya propia.
“Al final los hacemos firmar una promesa de que no volverán a participar en carreras ilegales, hacer donas y quemar llanta en las calles. Y se les entrega un certificado de que completaron el curso”.
Lo que esta madre les dice a los participantes es que está consciente de que en lugar de estar tomando el curso, podrían estar pasándola mejor, haciendo algo que les guste.
Sin embargo, estar presente en el programa es una bendición porque si están ahí es porque no mataron a nadie o no les pasó nada a ellos.
“Yo observo mucho sus caras y están muy serios. Unos dicen que ellos no estaban haciendo carreras ilegales, solo tomando fotos. Luego argumentan que no sabían que manejar de manera temeraria o ir a los takeovers fuera un problema y que muriera gente”.
Trujillo Puckett dice que su mensaje es que manejen como quisieran que condujera la persona que más aman. “¿Te gustaría que arriesgara su vida? Tú tienes el poder de que no te pase nada a ti y a otras personas cuando tocas el volante. Ve con cuidado para que puedan regresar a tu casa a cenar con tu familia y a ver tu serie de televisión preferida”.
Y les hace ver que no quieren que sus madres acaben en una organización no lucrativa creando conciencia contra las carreras ilegales. “A veces, he estado en la corte, y me he sentido más mal por la madre y la hermanita que lloran deshechas porque a su hijo y hermano, le están poniendo las esposas tras condenarlo a una larga sentencia por matar a alguien en una carrera clandestina”.
Recuerda que le tocó ver que a un muchacho de 18 años, ser condenaron a 24 años de prisión por matar a alguien al conducir temerariamente.
Si bien, dice que para los muchachos puede ser muy cool y un acto de rebeldía participar en carreras clandestinas o darle vueltas al carro, lo único que reflejan es la inmadurez. “Es una llamada de atención equivocada. No tienen conocimiento del valor de la vida”.
Trujillo Puckett dice que 7 años después de crear SKR, se siente satisfecha. “Es una manera de tener a mi hija Valentina cerca de mí y de sentir que me acerco más a ella”.
Puedes contactar a SKR en el 310-303-0164, en www.streetracingkills.org o escribe a: info@streetracingkills.org.