Qué es el Mecanismo de Boston y por qué expertos denuncian que hay segregación en las asignaciones de escuelas en América Latina

En muchas ciudades de América Latina y España utilizan el llamado Mecanismo de Boston para asignar plazas escolares a los niños, aunque no es el único método. Sin embargo, existen críticas porque las asignaciones provocan segregación. ¿Por qué pasa esto?

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Crédito: Getty Images

Es probable que si vives en América Latina, Estados Unidos o en algún país de Europa sepas de un niño que recientemente empezó la escuela primaria.

Si es así, tal vez escuchaste que su familia debió inscribirlo en la autoridad educativa estatal local o en el colegio elegido para conseguir una vacante en el sistema de educación pública.

Y ese proceso y espera puede traer incertidumbre y dolores de cabeza.

Incluso algunas familias, en ciudades de EE.UU., Chile, México o España, por mencionar algunas, deciden mudarse de barrio para tener mayores posibilidades de ingreso a un buen colegio.

Esta estrategia, generalmente, la suelen aplicar familias con mejores recursos económicos. Y el sistema termina generando desigualdad.

¿Cómo funciona la selección escolar en el sistema público en América Latina? ¿Qué criterios se utilizan? Y ¿por qué varios expertos dicen que algunos de los métodos son segregadores?

Mecanismo de Boston

Existen varios mecanismos o métodos que se utilizan en el mundo para la selección escolar. Sin embargo, dos son los predominantes.

Se trata de algoritmos que asignan a los estudiantes a los colegios según preferencias y criterios.

Foto panorámica de Boston.

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El más conocido y más cuestionado es el método de aceptación inmediata también conocido como Mecanismo de Boston.

No es porque se haya creado en esa ciudad estadounidense, sino porque allí es donde se empezó a estudiar en 2003.

“El análisis de este mecanismo empezó en Boston, pero su existencia es anterior. Por ejemplo, en España se usa desde 1985”, dice Caterina Calsamiglia, profesora e investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA, por sus siglas en catalán).

“En casi todos los sitios donde se permite a las familias elegir la escuela pública de los niños se empieza con el Mecanismo de Boston porque así se hizo desde un principio, cuando no existían ni computadoras, ni algoritmos”, añade a BBC Mundo.

El mecanismo funciona así: las familias entregan una lista con las posibles escuelas que quieren para sus hijos.

En cada colegio, los candidatos que lo hayan señalado como primera opción son ordenados de acuerdo a criterios predeterminados por cada institución educativa.

Estos pueden incluir que el estudiante viva cerca, que tenga un hermano que ya estén cursando en esa escuela, mérito, etc. Incluso en algunos colegios la selección puede depender del azar.

Un padre de espaldas acompaña a un niño a la escuela.

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Y los alumnos son asignados a esa escuela en orden decreciente según su puntuación hasta que no haya más vacantes o más aspirantes.

En el siguiente paso se toman las segundas opciones de colegio entre quienes aún no tengan escuela asignada y se vuelve a realizar la misma operación. Así sucesivamente hasta agotar vacantes o alumnos.

Las fallas y las críticas

Pero el Mecanismo de Boston empezó a generar problemas y, en consecuencia, cuestionamientos.

La falla principal del método consiste en que quien no obtiene una vacante en la escuela quepuso primero en su lista, corre el riesgo de quedarse sin sitio en las otras instituciones educativas solicitadas ya que, en general, los colegios con más prestigio llenan su cupo de alumnos en la primera ronda de asignaciones.

Entonces este método “permite que haya mucha estrategia de los papás y eso significa que genera muchas desigualdades“, afirma Paula Jaramillo, profesora asociada en Economía de la Universidad de los Andes en Colombia e investigadora de los métodos de selección escolar.

“Porque los papás con mayores recursos pueden ir a consejeros a que los ayuden a rellenar las preferencias de qué colegios quieren para sus hijos y obviamente otros no”, describe a BBC Mundo.

Cartel de la ciudad de Boston, Estados Unidos.

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Este modelo fue preponderante a nivel internacional hasta comienzos del siglo XXI, cuando comenzó a ser sustituido por mecanismos de aceptación diferida.

Inclusive la misma ciudad de Boston decidió reemplazar su método en 2005.

Pero hay algunas ciudades y países donde todavía lo usan como en Barcelona, Bogotá y algunos distritos de México, etc., enumeran las especialistas consultadas.

Aceptación diferida

El mecanismo de aceptación diferida se transformó en el más usado en la actualidad en diferentes países como Estados Unidos, México, Perú, y Chile, por nombrar algunos.

Nació a partir de una teoría económica: el algoritmo Gale-Shapley.

Este algoritmo genera un reparto estable de posibilidades y fue diseñado por los matemáticos estadounidenses David Gale y Lloyd Shapley en 1962.

Este último fue ganador del Nobel de Economía junto al economista de EE.UU. Alvin Roth en 2012 por la teoría de juegos de “reparto estable y prácticas de diseño de mercado”.

El algoritmo se adaptó al sector educativo y se empezó a utilizar en muchas ciudades para admitir a alumnos en los colegios.

Dos niñas posan paa la foto en su graduación en 2020 en Monterrey, México.

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Comienza igual que el Mecanismo de Boston: las familias presentan sus colegios preferidos.

Las escuelas aplican criterios de prioridad que no son uniformes. Incluso en algunas, con una demanda mayor que cupos disponibles, los postulantes pueden ser elegidos aleatoriamente para garantizar la no discriminación.

Para asegurar que cada alumno quede en el colegio de su mayor preferencia con plazas disponibles, el algoritmo de aceptación diferida simula que cada estudiante es aceptado tentativamente en su escuela preferida si es que hay cupo y rechazado en caso contrario.

Los alumnos que son rechazados postulan al segundo colegio en la lista y nuevamente la escuela reevalúa a todos sus candidatos, los que ya había aceptado en la primera ronda y los nuevos, aplicando los criterios de prioridad.

El algoritmo repite este proceso hasta que todos los estudiantes son asignados a algún colegio.

Si queda algún alumno sin escuela es porque no hay espacio en las instituciones de su lista de preferencias. A estos últimos se les asignará el colegio que tenga cupos disponibles más cercano a su casa.

"El mecanismo de Boston permite que haya mucha estrategia de los papás y eso significa que genera muchas desigualdades"", Source: Paula Jaramillo, Source description: Profesora asociada en Economía de la Universidad de los Andes en Colombia, Image: Ilustración de una familia y un niño.

Este método lo aplican en ciudades de Estados Unidos, Perú, Chile; en algunas zonas y niveles educativos de México y en Brasil usan una combinación de mecanismos, señalan las especialistas consultadas.

¿Métodos segregadores?

Los métodos de aceptación inmediata (Mecanismo de Boston) y de aceptación diferida, o una combinación y adaptación de ellos, son los más usados en el mundo.

Un lápiz negro separado de otros cuatro.

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En Estados Unidos y en Inglaterra y en casi todos los sitios donde los padres podían elegir la escuela de sus hijos había una versión del Mecanismo de Boston, el de la aceptación inmediata, y hubo una transición al de aceptación diferida.

Mientras que en otros, como en Chile, no había una elección de los padres y se implementó directamente el de aceptación diferida, describen las expertas.

Pero ambos métodos están lejos de ser perfectos.

“La crítica es contra el Mecanismo de Boston porque se sigue aplicando, pero también es contra el método de aceptación diferida porque está generando segregación a nivel de barrio”, sostiene Caterina Calsamiglia, una referente en la investigación de estos métodos.

La especialista hace referencia a que un estudiante obtiene más puntos por su cercanía a la escuela preferida, por lo tanto tiene más posibilidades de ser admitido en ella.

Esto genera una de las principales estrategias sea la de mudarse de barrio, decisión que solo pueden llevar adelante familias con recursos medios a altos, generando desigualdad.

“Y al final, el valor de la educación lo cobran los pisos (dueños de departamentos) en lugar del colegio”, añade.

Un niño sostiene un cartel con la frase en inglés: "I need school" (necesito escuela)

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La calidad de las escuelas está en el centro de los cuestionamientos.

“No podemos hablar de elección de colegios sin preocuparnos de qué hacemos con las escuelas a las que nadie quiere ir. El método de selección no va a resolver nada”, analiza Calsamiglia.

Además, si no hay políticas para mejorar la disparidad entre los niveles educativos de las escuelas públicas, se genera también un éxodo de familias al sector privado, como ocurrió en Barcelona y algunos sitios de México, explica la experta.

“Entonces se facilita la segregación”, remarca Calsamiglia.

"La crítica es contra el mecanismo de Boston porque se sigue aplicando y también contra el método de aceptación diferida porque está generando segregación a nivel de barrio"", Source: Caterina Calsamiglia, Source description: Profesora e investigadora de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA). , Image:

Poca transparencia

Otra de las críticas es la falta de información sobre este tema tan crucial para el futuro educativo de los niños.

En muchos sitios de América Latina ni siquiera está regulado el método de selección, y donde sí lo está, son poco transparentes con los padres en comunicar los métodos.

“Sabemos mucho de lo que se hace por ciudades en Estados Unidos, en Europa, en Asia, no sabemos tanto de América Latina”, sostiene Paula Jaramillo.

Dibujo de una escuela y niños.

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Muchas ciudades o distritos de la región cuentan con centralización, eso significa que los padres dan sus preferencias de colegios al distrito escolar y no a las escuelas

Esto sucede en Perú, Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina, enumera Jaramillo.

“En Estados Unidos y Europa esto es abierto. Pero en Latinoamérica no. En Bogotá, por ejemplo, los papás no saben cómo están asignando a sus hijos, muchos creen que hay una lotería”, señala la economista colombiana.

“En general se ve que en Latinoamérica somos poco transparentes”, dice.

En conclusión, las expertas opinan que no hay un método mágico que se pueda aplicar de manera uniforme en los países de la región para evitar la segregación y la desigualdad en la selección escolar.

Coinciden que el método de aceptación diferida es el “más justo” pero no perfecto. Muchos son los factores a tener en cuenta desde la calidad de las escuelas, hasta la ubicación de las mismas.

Todavía hay mucho camino por recorrer para mejorar las oportunidades educativas de los niños de acuerdo a las necesidades de cada sitio.


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