Trabajadores agrícolas tienen las más bajas tasas de vacunación de covid-19
Apenas el 50% se han vacunado ya que persiste la desinformación, los mitos y las barreras para acceder a la inmunización
El sondeo American Community Survey puso al descubierto que en 10 meses de la era de las vacunas, los trabajadores agrícolas mantienen las tasas más bajas de vacunación de cualquier grupo de trabajadores esenciales en todo el país. Pero también arrojó que a mayor inseguridad alimentaria y riesgo de desalojo de la vivienda, los niveles de vacunación disminuyen.
Durante la videoconferencia: “Los trabajadores agrícolas y procesadores de alimentos del condado de Kern siguen en riesgo: la pandemia alcanza un punto decisivo”, organizada por Ethnic Media Services, se mencionó que este condado se encuentra en un punto decisivo frente a la pandemia, ya que si bien el acceso a las vacunas está generalizado, todavía hay desconfianza y desinformación entre los trabajadores de los campos agrícolas y las plantas procesadoras de alimentos.
Antes que por la covid-19, la gente se preocupa por pagar las facturas de luz, del supermercado y el temor a ser desalojada.
Edward Flores, profesor asistente de sociología y codirector del Centro del Trabajo y Comunidad de la Universidad de California en Merced, dijo que no es noticia que el Valle Central fue un hervidero de covid en 2020 y que los trabajadores del campo experimentaron tasas más altas de muerte comparado con otros trabajadores.
Lo que sí sorprende que a que a lo largo del país, los trabajadores agrícolas todavía tengan las tasas más bajas de vacunación.
“Pero esto no es necesariamente el problema, sino el síntoma de una situación más grave, porque el sondeo nos arrojó que las tasas de vacunación son menores entre aquellos que no tienen acceso a la salud, y que experimentan inseguridad en la vivienda y la comida”.
El académico hizo ver que el Valle Central tuvo los niveles más altos de muerte por la pandemia. “Entre Los Ángeles, el Inland Empire y el Valle Central se registraron el mayor número de muertes por covid-19”.
Y mencionó que al hacer un análisis por condado, encontraron que los 12 condados con más tasas de covid están en el Valle Central. “Entre marzo y diciembre, se presentaron 1,230 muertes relacionadas con la pandemia”.
Indicó que un cuarto de las muertes por covid-19 en California, 12,500 de 45,000, correspondieron a trabajadores agrícolas. Es decir, que los campesinos tuvieron la segunda tasa más alta de muertes relacionadas con la pandemia.
“En el condado de Kern, los trabajadores de las 10 industrias de mayor riesgo experimentaron un aumento del 37% por muerte en 2020. Estos trabajadores tendían a ser inmigrantes pobres, no ciudadanos, con salarios bajos, habitaban en hogares de alquiler con niños”.
Subrayó que más del 67% de los trabajadores agrícolas no son ciudadanos, ganan alrededor de $40,000 al año, viven en hogares sobrepoblados y viven por debajo del nivel de pobreza. Y aquellos que habitan en campamentos de trabajadores, están en mayor desventaja.
Según el Buró del Censo, solo el 50% de los trabajadores del campo han sido vacunados, una cifra mucho más baja que cualquier otro grupo de trabajadores.
“Descubrimos que las tasas de vacunación varían según la suficiencia alimentaria del hogar. Personas que viven en hogares con suficiente comida, tenían tasas de vacunación del 88%, contra el 56% de aquellos que a menudo no disponen de lo suficiente para comer”.
También encontraron que las personas que viven en hogares que carecen de seguro médico y tienen el nivel más alto de inseguridad alimentaria, se vacunaron en tasas de solo el 39%.
“Descubrieron además que las personas que creían que era muy probable que fueran a ser desalojados en los próximos dos meses, presentaron tasas de vacunación de 35%”.
En conclusión, esta investigación sugiere que se tienen que mejorar los niveles de vacunación y reducir la propagación de covid.
“Necesitan ampliar la red de seguridad como el pago por enfermedad y emergencia para los trabajadores indocumentados, y mejorar la distribución de la asistencia para la renta a los inquilinos en riesgo de desalojo”.
Desinformación y mitos
Juana Montoya, organizadora comunitaria de Líderes Campesinas en el condado de Kern, trabajadora del campo como sus padres, dijo que uno de los grandes desafíos por los que muchas mujeres trabajadores del campo no se han vacunado tiene que ver con la desinformación y los mitos que circulan en las comunidades y en las redes sociales sobre las vacunas”.
Dijo que la gente piensa que con la vacuna, les van a poner un chip para seguirlos, que se afectará su capacidad para embarazarse o que su estatus migratorio y su información personal se va a compartir al gobierno.
“También muchos no tienen acceso al Internet, o no están familiarizados con navegar online; y tienen barreras por no saber inglés o no disponen de transporte”.
Comentó que muchos creen que morirán después de recibir la vacuna; otros quieren esperar a ver qué pasa con el vecino que recibió la vacuna o con un miembro de la familia que está vacunado. Piensan que no hay suficiente investigación sobre la vacuna y se preguntan cómo es posible que exista en poco tiempo. Tienen miedo”.
Montoya dijo que ha trabajado junto con proveedores de salud para contestar las preguntas de los trabajadores agrícolas con relación a la vacuna para que tomen decisiones informadas sobre todo porque Kern ha sido de los condados más golpeados por covid.
“Estamos trabajando para cambiar las desigualdades y acabar con las barreras que impiden a los trabajadores acceder a la asistencia e información del gobierno que tanto necesitan”.
Campesinos indígenas
Margarita Ramirez, trabajadora comunitaria del Centro Binacional Mixtec, dijo que lo que realmente limita el acceso de los campesinos indígenas a la vacuna de covid-19, es el idioma, porque cuando se hacen traducciones, se utilizan términos que no existen en sus comunidades.
“Para muchos campesinos indígenas, el español es su segunda lengua, pero la gran mayoría son monolingües en su idioma indígena”.
Hizo ver que como pasó en otras comunidades, la covid-19 exacerbó las desigualdades que sufren los trabajadores agrícolas indígenas como la pérdida de ingresos.
“Ha sido imposible para esta comunidad obtener asistencia para la comida y prevenir desalojos porque las instituciones no están equipadas para servirlos en su idioma”.
Procesadoras de alimentos
Deep Singh del Jakara Movement que aboga por la comunidad Punjabi de la India, la cual trabaja mayormente en plantas procesadoras agrícolas del condado de Kern, dijo que en algunas plantas grandes, los empleadores sí han vacunado a los trabajadores por miedo a la escasez de mano de obra.
“En algunas de las empresas procesadoras de alimentos más pequeñas no se ha tenido la vacuna disponible ni les da el tiempo para vacunarse”.
Por esa razón, estimó que tendría que ser obligatorio para todos los empleadores dar el acceso a la vacuna para garantizar la salud y el bienestar de las comunidades.
“Eso tiene que ir en conjunto con la educación y la divulgación lingüística”.