Hombres acusados de asesinar a niños y embarazada en “exorcismo” reciben 47 años de cárcel
Según narración de otras personas cautivas, a las víctimas las sometieron a un ritual para expulsar demonios en su interior y les golpearon con biblias, machetes y palos.
Los hombres fueron condenados por delitos de privación de libertad, feminicidio y homicidio doloso agravado. Crédito: LUIS ACOSTA | AFP / Getty Images
En enero de 2020, los cuerpos de siete personas fueron hallados enterrados en una zona indígena de Panamá controlada por una presunta secta religiosa. Las víctimas mortales eran una mujer embarazada, cinco de sus hijos y otra menor.
La masacre que conmocionó al mundo se originó por actos de una secta religiosa que realizó un exorcismo sobre las víctimas en la comarca de Ngäbe-Buglé, en el noroeste de Panamá.
A casi dos años de ese momento, Abdiel González y Jossafat González, participantes de ese multihomicidio, fueron condenados a 47 años de cárcel por la masacre.
El pasado 15 de noviembre, los acusados escucharon el veredicto para castigar sus delitos de privación de libertad, feminicidio y homicidio doloso agravado, luego de que ambos hombres aceptaran su responsabilidad en los hechos imputados.
Según el Ministerio Público, seis hombres y una mujer, detenidos por su presunta vinculación con el crimen múltiple, se sometieron a un juicio oral ante un tribunal de conciencia para que decidiera, luego de escuchar el caudal probatorio de las partes, si son culpables o no de lo que se les señala.
En su momento se informó que los acusados de la masacre eran miembros de una secta autóctona denominada “La Nueva Luz de Dios”, y que uno de los detenidos era el abuelo de los menores.
La Fiscalía panameña recordó que las víctimas de este caso fueron seis niños de entre 1 y 17 años de edad, así como la madre de cinco de ellos, una mujer de 32 años que estaba embarazada. “Murieron como consecuencia de los múltiples golpes que recibieron en el cuerpo propinados con biblias, machetes y palos, luego de haber sido sometidos a un ritual justificando que tenían demonios que les tenían que sacar”, indicó el Ministerio Público en un comunicado.
Tras la masacre, las fuerzas especiales que se desplazaron al lugar tras denuncias de los vecinos rescataron a 15 personas, de ellas al menos siete menores, que estaban secuestradas y siendo sometidas a los mismos ritos exorcistas.
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