Pregúntele a una enfermera escolar: ¿Cómo mantenemos las escuelas abiertas?

La vacunación y tener información de fuentes confiables ayudan a que los niños se queden en las aulas

Los niños de 5 años a más ya pueden recibir la vacuna contra el covid-19./ foto: Getty.

Los niños de 5 años a más ya pueden recibir la vacuna contra el covid-19./ foto: Getty.  Crédito: Getty Images

Las escuelas están abiertas y muchos de nosotros estamos pensando en la gran pregunta: ¿cómo podemos asegurarnos de que permanezcan abiertas? Hemos visto una serie de medidas que nos mantendrán abiertos, incluyendo las pruebas, las mascarillas y, quizás lo más importante, las vacunas.

Como enfermera escolar, sé que muchas familias nos ven, a mí y a mis colegas, como una fuente confiable de información médica. Y a veces su única fuente de información.

La Asociación Nacional de Enfermeras Escolares (NASN, por sus siglas en inglés) se compromete a garantizar la salud y la seguridad de todos nosotros y tiene claro ese compromiso: “las inmunizaciones son esenciales para la prevención primaria de enfermedades desde la infancia hasta la edad adulta y las vacunas infantiles son una forma efectiva de prevenir enfermedades infantiles graves”. Esto incluye la vacuna contra el COVID-19.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ya aprobaron las vacunas para niños de 5 a 11 años y mientras el Estado de California implementa su requisito de vacunas contra el COVID-19 para estudiantes, sé que mi trabajo también es ayudar a los padres a sentirse cómodos vacunando a sus hijos. 

Pero para ser efectivos, necesitamos entender las razones por las que muchas familias se sienten indecisas, ya que muchas sienten que carecen de información verídica de fuentes confiables.

Aquí en la Oficina de Educación del Condado de Los Ángeles (LACOE) supervisamos 80 distritos escolares y 2 millones de estudiantes. Hemos estado contactando a las familias para obtener más información sobre sus preocupaciones en torno a las vacunas. Y mientras muchos padres aprovechan la oportunidad de proteger a sus hijos, también escuchamos varias de las preocupaciones en varias comunidades de Los Ángeles.

  1. Hemos escuchado de los padres que esta vacuna es demasiado nueva; sus efectos secundarios no han sido evaluados adecuadamente y desconocemos sus impactos a largo plazo.

Las familias deben encontrar tranquilidad en el hecho de que se han administrado cerca de 400 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 aquí en los Estados Unidos. Las vacunas contra el COVID-19 se evaluaron en decenas de miles de participantes en ensayos clínicos –  esto incluye a jóvenes y niños de 5 a 11 años. 

De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) informó recientemente que encontró cero muertes o “eventos adversos significativos” en los primeros ensayos de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer para niños. También vale la pena informar a los padres que la vacuna de Pfizer tiene una dosis mucho más baja para los niños pequeños: 10 microgramos para los niños de 5 a 11 años, en comparación con 30 microgramos para otros.

Los efectos secundarios leves como fiebre, dolor de cabeza o dolor en el sitio de las inyecciones se han reportado ampliamente para todas las edades. Los efectos secundarios graves son raros, aunque todos los efectos secundarios reportados están siendo rastreados y evaluados. Es seguro decir que los beneficios de las vacunas superan los riesgos causados por COVID-19.

En vacunas anteriores, los efectos secundarios a largo plazo también han sido extremadamente raros. El monitoreo de la vacuna ha demostrado históricamente que los efectos secundarios comienzan constantemente dentro de las seis semanas después de la administración de una dosis de vacuna, si es que hay alguna.

Por esta razón, la FDA requirió que cada una de las vacunas contra el COVID-19 que autorizaron se estudiara al menos de ocho semanas después de la dosis final durante los ensayos clínicos. Y la CDC continúa monitoreando de cerca las vacunas contra el COVID-19 después de que sean autorizadas y aprobadas por la FDA. Este monitoreo continuo, que empezó cuando comenzamos a vacunar a los trabajadores de la salud hace casi un año, refuerza nuestra confianza en que no están surgiendo efectos secundarios graves adicionales.

Todas las vacunas contra el COVID-19 funcionan de manera similar a otras vacunas. Enseñan a nuestras células inmunes cómo hacer copias de las proteínas de pico. Nuestro sistema inmunológico ve la proteína de pico y sabe que no pertenece allí. Luego produce anticuerpos que pueden detectar el COVID-19 y preparar nuestro sistema inmunológico, protegiéndonos del virus en el futuro.

Las vacunas contra el COVID-19 disponibles difieren en la forma en que enseñan a nuestras células a hacer la proteína pico. Se pueden encontrar más detalles sobre las vacunas en el sitio web de la CDC Información para entender cómo actúan las vacunas contra el COVID-19.

Finalmente, aunque las vacunas contra el COVID-19 son nuevas, la ciencia detrás de ellas no lo es. Las vacunas contra la COVID-19 se basan en las vacunas existentes de tipo ARNm SARS COV. Las pruebas de esas vacunas en realidad comenzaron en 2003, y esas pruebas son basadas en 50 años de investigación científica existente sobre las vacunas de ARNm.

2. Las familias me han dicho que debido a que ellos y sus hijos están sanos, no necesitan preocuparse por enfermarse demasiado si contraen COVID-19. Muchos incluso ya lo han tenido y sienten que sobrevivieron sin problemas.

Es estupendo que las personas sanas probablemente sobrevivan al COVID-19 si lo contraen. Lo mismo puede decirse del sarampión o la varicela, pero obtenemos esas vacunas para proteger a nuestra comunidad. Para proteger a los que no pueden ser vacunados y para protegernos a sí mismos por si acaso.

Por ejemplo, podemos ser buenos conductores. Pero aun así nos ponemos los cinturones de seguridad cuando nos metemos al automóvil, y en además seguimos las reglas de manejo que nos mantienen a todos seguros. Las vacunas contra el COVID-19 deben verse de la misma manera.

También vale la pena señalar que, aunque es probable que sobreviva la infección del COVID-19 en su forma actual, ya sabemos que las variantes se comportan de manera distinta. Con Delta, hemos visto a más personas más jóvenes y saludables hospitalizadas y fallecidas. ¿Qué podría traernos la próxima variante?

Además, incluso las personas que han tenido COVID-19 deben vacunarse porque su inmunidad natural es posible no durar lo suficiente o ser lo suficientemente fuerte, y podrían infectarse nuevamente, con resultados diferentes.

3.  Hemos escuchado preocupaciones de que debido a que ahora hay necesidad de vacunas de refuerzo, quiere decir que las vacunas no funcionan.

Esto no es cierto. Las vacunas funcionan extremadamente bien. Las tres vacunas reducen en gran medida el riesgo de enfermarse de COVID-19, incluyendo la variante Delta, y son altamente efectivas para prevenir enfermedades graves, hospitalización y muerte.

No inesperadamente, a medida que la ciencia y el virus evolucionan, también lo hacen las recomendaciones de vacunas. Las dosis de refuerzo son comunes para muchas otras vacunas. Los científicos y expertos médicos continúan observando de cerca los signos de disminución de la inmunidad en personas de diferentes edades y con diferentes factores de riesgo. También analizan qué tan bien protegen las vacunas contra las nuevas variantes del virus. Este monitoreo continuo debería fortalecer nuestra confianza en las vacunas y el sistema que las supervisa, no debilitarlas.

4.  Finalmente, también hemos escuchado que los padres creen que las vacunas deben ser su elección.

Como profesional de la salud, estoy de acuerdo. Pero su elección no solo afecta a su familia, sino a todas nuestras familias. Sabemos que cuantas más personas se vacunen, menos probable es que se propague el COVID-19 o que se desarrollen nuevas variantes. 

Si necesita más información, hay mucha disponible. Visite fuentes de salud de buena reputación, como la de Salud Pública del Condado de Los Ángeles Departamento de la Salud Publica del Condado de Los Ángeles y hable con su médico y su pediatra. Por favor, sepa que las enfermeras de su escuela, como yo, están listas para responder a sus preguntas y abordar sus inquietudes. Trabajemos juntos para mantener a nuestros hijos aprendiendo y mantener a nuestros hijos seguros

Elegir vacunarse y vacunar a sus hijos nos llevará hacia el final de esta pandemia. Esa elección es suya, y será una de las decisiones más importantes que usted haga. Podría salvar a su familia y también podría salvar a la mía. Por favor, ayúdanos a todos a mantenernos saludables.

(*) Susan Chaides es la directora de proyectos de LACOE, la unidad de Salud Comunitaria y Escuelas Seguras. Ha recibido el Premio a la Excelencia en la Administración de Enfermería Escolar de la Sección Sur de la Organización de Enfermeras Escolares de California. Chaides proporciona servicios de consulta de salud y enfermería a los 80 distritos escolares del condado

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