La caza y extracción de trufas en Italia se convierte en Patrimonio Intangible de la Humanidad

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), sumó la búsqueda y extracción de las trufas en Italia a su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Trufa es el nombre común que designa los cuerpos fructíferos de los hongos, en el género Tuber. Son un alimento muy valorado por la alta cocina, por su sabor y aroma únicos. Los chefs llegan a pagar decenas de miles de dólares por trufas blancas.

El ciclo de vida completo de las trufas tiene lugar en la tierra (de manera subterránea). Viven relaciones simbióticas con ciertos árboles. Los tamaños son variables. La Feria Nacional de la Trufa Blanca de Alba explica que las trufas son un hongo espontáneo: en la actualidad, no existen técnicas de cultivo. No se cultivan, se “cazan”.

“Un cazador de trufas junto con su perro se adentra en el bosque en busca de este valioso hongo, guiado solo por el olfato del animal y por la perspicacia adquirida a través de años de experiencia. Este es el momento más emocionante para un amante de las trufas”, publica la Feria Nacional de la Trufa Blanca de Alba.

Una vez encontrado el sitio donde está enterrada la trufa, los buscadores cavan en una segunda fase el suelo para extraerla con una azada especial, evitando cuidadosamente dañar el terreno y las raíces de los árboles.

Los buscadores de trufas (tartufai, en italiano) suelen ser habitantes de pequeños pueblos y zonas rurales. La UNESCO señala que la búsqueda y extracción de las trufas es una práctica que requiere un conjunto de conocimientos y prácticas que se transmiten de oralmente desde hace siglos y que es muy importante en la vida de muchas comunidades campesinas de la Italia peninsular,

La UNESCO destaca que se trata de una práctica que respeta el equilibrio del medio ambiente y la biodiversidad vegetal.

“La búsqueda y extracción de trufas requiere poseer conocimientos climáticos, medioambientales y botánicos, así como de técnicas que permiten salvaguardar los ecosistemas naturales y cultivar la relación entre los buscadores de trufas y sus perros”, comparte la UNESCO.

Se transmiten los conocimientos sobre la búsqueda y extracción de trufas acompañados de relatos, fábulas y anécdotas. Hay una identidad local y una solidaridad entre los buscadores, que suelen organizar festines para celebrar el principio y el fin de la temporada de extracción de la trufa.

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