Dreamer obtiene la residencia, pero sin su madre a quien covid-19 le arrebata la vida

'Era su gran ilusión que me hiciera residente de Estados Unidos'

Arturo Bello

Arturo Bello, quien estaba amparado con DACA , logra la residencia. (Cortesía Paulina Herrera) Crédito: Paulina Herrera | Cortesía

Arturo Bello no podía tener mejor Navidad que la del 2021, ya que apenas hace unos días recibió su residencia permanente. Sin embargo, su felicidad no es completa porque quien más anhelaba que se hiciera residente, su madre, murió de covid-19.

Me hubiera gustado tanto que ella estuviera con vida para que viera que por fin logré la residencia en Estados Unidos”, dice.

Su madre Guadalupe Mondragón Franco murió el 16 de enero, a los 54 años de edad, como consecuencia de covid-19 en un hospital de Los Ángeles, sin que su familia pudiera decirle adiós.

“Nomás te avisan que ya murió, y no te puedes despedir”.

Fue precisamente su progenitora quien trajo a Arturo a Los Ángeles.

“Yo nací en Acapulco. Llegué a los 11 años. Venimos a reunirnos con mi papá que ya estaba aquí trabajando”.

Desde niño, Arturo supo que era indocumentado, y cuando a los 18 años comenzó a trabajar como electricista se topó con problemas por no tener un seguro social.

El programa de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) le cambió la vida en 2012 porque alejó el fantasma de la deportación y le concedió un permiso de trabajo a renovar cada dos años.

“A partir de ahí, tuve más oportunidades para buscar empleo en el que pudiera recibir beneficios. Hace dos años me certifiqué como electricista”, dice.

Arturo Bello aún no puede creer que ya es residente de Estados Unidos. (Cortesía Paulina Herrera)

El viaje a Ciudad Juárez

Un año después de obtener DACA, en el 2013 conoció a su esposa, quien es nacida en EE UU.

“Nos juntamos en 2015 y en 2016 nos casamos. Como a su mamá la habían deportado y le dieron un castigo por 10 años, mi esposa fue quien me propuso ayudarme para obtener la residencia”.

Fue hasta finales del año 2017 cuando iniciaron todo el proceso de residencia con el abogado en migración Sergio Siderman.

“Por motivos económicos nos tardamos un poco en presentar la solicitud de residencia, y todo se atrasó por la pandemia”.

Un requisito inevitable para obtener la residencia es que Arturo debía viajar al Consulado de EE UU en Ciudad Juárez para sostener una entrevista con las autoridades de migración, previo a haber obtenido un perdón por su entrada sin documentos.

“No había regresado a México desde que salí a los 11 años. Todo era tan diferente”, dice.

El mes pasado llegó muy nervioso a su cita para la residencia a Ciudad Juárez.

Siempre tienes el temor de que cualquier cosa pueda pasar y dejar toda tu vida aquí. De por sí, cuando no tienes papeles siempre vives con el estrés de que todo se acabe en cualquier momento“. 

Cuenta que el abogado Siderman le dio mucha confianza, pero fue honesto al decirle que aunque todo estuviera bien, existía un 1% de probabilidades de que le negaran la residencia y no lo dejaran regresar.

Arturo no tenía antecedentes penales. Su vida es de trabajo, dedicado a su esposa y a sus dos hijos, un niño de 6 años y una niña de 3 años.

“Fueron como 5 preguntas las que me hicieron durante la entrevista, como en qué año había llegado al país, por dónde llegué. ¿Cuántos hijos tenía?”.

Cuando la oficial de migración le dijo que había aprobado la entrevista y que le darían la residencia, Arturo sintió muchas ganas de llorar.

“Eran muchas emociones encontradas sobre todo gran felicidad”.

Arturo Bello tuvo DACA durante 8 años. (Paulina Herrera/Cortesía)

Celebración agridulce

En cuanto regresó al hotel en Ciudad Juárez llamó a su esposa para darle la buena noticia y una semana después regresó a Los Ángeles.

“Todavía no lo puedo creer. Me hice residente 22 años después de venir a este país. Ahora tengo 33 años”.

Solo lamenta y le entristece que su madre ya no esté para celebrar juntos. “Ella nunca pudo arreglar su estatus migratorio; y era su ilusión verme como residente. Siempre me regañaba porque no apuraba los trámites, pero por lo de covid se detuvo todo. Tenía una cita en Ciudad Juárez en agosto del año pasado. Me la reprogramaron hasta el mes pasado”.

Ya como residente de EE UU, Arturo dice que quiere sacar su licencia para ser un contratista general de la construcción. “Ser residente te da muchas ventajas sobre todo tener buen trabajo”.

Pero además platica que por no tener la residencia, le negaron el préstamo para comprar casa.

“Mi sueño era comprarme mi casa para llevarme a mi mamá a vivir con nosotros”.

También quiere  cumplir su deseo de regresar a Acapulco para visitar a su familia. “Allá tengo a mi hermano mayor, sus hijos, mis primos, mis abuelitos”.

Así que su mayor ilusión es viajar a México para reencontrarse con sus abuelos maternos. 

“Quiero llevar los restos de mi mamá a sepultar a una capilla del pueblo de Guerrero de donde era ella. En vida siempre nos dijo que cuando muriera no quería que la cremaran, pero con la pandemia no pudimos cumplir su último deseo”.

Para los DACA que se casan con un ciudadano de EE UU es más fácil obtener la residencia, dice el abogado Sergio Siderman. (Getty Images) Crédito: Drew Angerer | Getty Images

Ser DACA facilita la residencia

El abogado Siderman explica que Bello obtuvo su residencia permanente a través de su esposa, Reyna Verónica, nacida en Estados Unidos.

“Como beneficiario de DACA, Arturo ya tenía un expediente en USCIS (Servicio de Migración y Ciudadanía) lo que facilitó el trámite de ajuste de estatus”.

Y señala que tuvo que ir a Ciudad Juárez porque su entrada al país no fue detectada cuando llegó a los 11 años de edad. Antes de salir tuvo que solicitar un perdón adelantado para poder asistir a su cita al Consulado de Estados Unidos.

 ¿Qué riesgos representa ir a Ciudad Juárez?

 “El riesgo principal es ir sin la preparación, información y documentos necesarios. Tienes que prepararte para tu cita para hacer frente a los gastos de transporte, estadía, alimentos, trámites importantes como exámenes médicos y una carta de no antecedentes penales en México“.

Y explica que esta época de pandemia, el tiempo de la entrevista en persona es más corto para evitar un contacto prolongado aún con sana distancia.

Precisó que para evitar riesgos, el inmigrante tiene que presentarse en dos ocasiones. 

“La primera vez para entregar documentos; y la segunda para la entrevista”.

“Si eres aprobado, tienes que esperar por tu visa de inmigrante algunos días y luego puedes volver a Estados Unidos de manera segura observando los protocolos de salubridad”.

  • Si hubiera tenido una entrada legal al país ya como DACA, ¿no habría tenido necesidad de ir a Ciudad Juárez?

“Correcto. Con una entrada legal al país y con el beneficio de DACA, la entrevista para el ajuste migratorio a través de su esposa, hubiera sido en una oficina de USCIS en Los Ángeles”.

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