Inmigrante fue deportado el día que Trump ganó las elecciones

Cinco años después, un artista haitiano regresa a Tijuana con la finalidad de conocer a su hijo que vive en Estados Unidos

Wilfranc Noradin, inmigrante haitiano.

Wilfranc Noradin, inmigrante haitiano. Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

Lo deportaron apenas unos días antes de que naciera su bebé, y le ha tomado más de cinco años volver a recorrer 12 países para llegar de nuevo a Tijuana, con la ilusión de cruzar la frontera para estar con su familia.

“Todos los días hablo con mi hijo en video llamada”, platicó a La Opinión el migrante haitiano Wilfranc Noradin.

Su hijo tiene ahora 5 años y como ha crecido en Miami, donde nació, y en las video llamadas a veces, como ayer, dice “daddy, I love you. I want to be with you”

Entonces, Wilfranc, que sabe lo que eso significa porque para vivir canta en cuatro idiomas, trata de contener las lágrimas y le dice “quiero estar contigo también”.

Wilfranc y su esposa llegaron a Tijuana en el 2016, como parte de una oleada de por lo menos 20,000 migrantes haitianos que vinieron a la frontera para cruzar a Estados Unidos.

En el 2010 un terremoto de más de 7 grados casi destruyó Haití. Barack Obama se compadeció y ofreció a los haitianos protección temporal ante deportaciones. Brasil les ofreció trabajo, en infraestructura, para prepararse para el mundial de futbol del 2014 y fue la oferta que muchos aceptaron.

En el 2016 en Brasil “ya no había trabajo en ninguna parte”, recuerda Wilfranc, quien junto con su esposa decidió llegar a Tijuana en busca de ayuda para cruzar a Estados Unidos para trabajar.

Cuando llegaron a Tijuana en mayo, la administración Obama había suspendido el apoyo a los haitianos, la pareja cruzó meses después y se fue a Miami, pero el gobierno estadunidense intensificó las deportaciones de haitianos en septiembre.

“Mi hijo nació el 27 de noviembre del 2016, y a mí me deportaron el 8 de noviembre del 2016”, dijo Wilfranc con un dejo de tristeza. Recuerda la fecha no solo porque lo expulsaron del país, sino porque fue el día que Donald Trump ganó las elecciones.

Dice que llegó a un Haití en crisis y desolador. “A mis papás los habían matado, y yo corría peligro si me quedara ahí”. Además, en Miami su esposa estaba sola con un recién nacido que tenía que cuidar mientras buscaba trabajos eventuales para sobrevivir.

Wilfranc, que había grabado un disco como intérprete en el 2015, comenzó a cantar en creole, francés, español e inglés para reunir dinero para volver a andar el mismo recorrido por el que un terremoto lo había lanzado hacía más de una década y media.

Le tomó un par de años, pero cantando y trabajando en lo que fuera llegó de nuevo a Brasil, y de ahí subió el subcontinente hasta llegar de nuevo a La Pequeña Haití en Tijuana, en el refugio Templo Caballeros de Jesús.

“Vieras qué bonito canta”, platicó a La Opinión el director del albergue, pastor Gustavo Banda, “el año nos recibió con la emergencia de unas tuberías reventadas. El 3 de enero estábamos trabajando cuando unos migrantes se acordaron que era mi cumpleaños, le dijeron a Wilfranc y no, hombre, todos cantando, bien bonito”.

Pero ahora necesita una guitarra, porque la que había en el templo, de 12 cuerdas, la robaron. El pastor Banda calcula que quien la sustrajo pudo haber ganado unos 1,000 pesos ($50 dólares) si encontró por internet quien la comprara sin hacer preguntas.

Ahora el templo no tiene música para el servicio religioso los domingos, y Wilfrac en ningún día de la semana tiene guitarra para seguir su saga para conocer a su hijo.

“En sí, su felicidad está en estar de nuevo con su esposa y por fin conocer a su hijo, abrazarlo, pero ahorita necesitamos que alguien por favor nos ayude a conseguir una guitarra y que escuche a Wilfranc, porque cuando lo escuchan le dan trabajo”, dijo Jean Valmyr, amigo y promotor de Wilfranc Noradin.

Valmyr envió por WhatsApp enlaces a varios conciertos e interpretaciones de Wilfrac y una foto, “Esta es la guitarra electroacústica que Wilfranc quisiera tocar”.

Es el mismo modelo Taylor con que ha cantado en video llamadas a su hijo en inglés y su esposa en creole y francés, con el que cruzó el mar de regreso a Brasil y anduvo medio continente hasta las puertas de Estados Unidos en Tijuana.

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