Así se prevé la vida cuando México no venda petróleo
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador le apuesta al autoconsumo de combustible con la rehabilitación de seis refinerías de Pemex, la compra de Deer Park en Texas, y la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco
MEXICO.- El anuncio de que México no venderá más petróleo al extranjero a partir de 2023 dejó helado a Rafael Brito. Este abogado de Petróleos Mexicanos, la empresa paraestatal que controla el hidrocarburo del país, sabe que su puesto está en la mira.
“Quienes trabajamos en el gobierno somos los primeros que ponen en la piedra de los sacrificios cuando se trata de ahorrar”, observó en entrevista con este diario para la cual se cambió el nombre por miedo a represalias. “La amenaza de despido es una constante”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador echó de la nómina federal a poco más de 72,000 personas en los primeros dos años de gobierno, según las cifras oficiales. En todos los casos, el motivo de la reducción de la estructura organizacional fue la austeridad republicana que prometió el Ejecutivo desde su campaña a fin de evitar gastos por estas plazas.
Pero la disminución de ingresos por la cancelación de las exportaciones podría traducirse en más recortes de personal que significaría una desorganización al interior de las dependencias federales y una mala administración pública.
“Si el trabajo sigue llegando y no hay personal, se le carga a quienes quedamos en las plazas y no nos damos abasto. Hacemos lo que podemos pero el trabajo se va rezagando o lo sacamos con prisa, sin cuidado, mal hecho”, reconoce Brito.
Actualmente alrededor del 15% del gasto público que incluye la nómina de los burócratas, la financiación de estados y municipios, la infraestructura, la salud y la educación pública, entre otros sectores, depende del petróleo.
“Si no se hace bien podría haber un impacto muy fuerte en la calidad de estos servicios como ya ocurre al interior de Pemex”, comenta el funcionario.
Para José Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM, el que México deje de exportar crudo no es tan sencillo, pues dejarían de ingresar entre 15,000 y 20,000 millones de dólares al año.
“Se tendría que buscar de manera interna cuál sería el sector que sustituiría esta entrada de recursos que se dan a través de la venta de crudo”, advirtió.
El analista destaca que frenar esa fuente de divisas de México sería, además, un riesgo en la calificación para la inversión y mucha presión para la deuda externa, incluyendo la de Pemex, porque dejarán de entrar ingresos en dólaresy el 86% de la deuda es en dólares.
¿Hay plan B?
De acuerdo con análisis financieros, el cambio que prevé la paraestatal requeriría de un plan de negocios que contemplara las acciones para sustituir el ingreso y asegurar que el mercado nacional le otorgue un fuerte ingreso para no afectar su capitalización. Pero no hay tal. O al menos no se ha dado a conocer explícitamente.
El presiente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que el autoconsumo de combustible evitará el incremento abrupto de precios conocidos como “gasolinazos”. Para ello, Pemex rehabilitó seis refinerías, compró la planta Deer Park en Houston, Texas, y construye la refinería Dos Bocas en el sureste.
Con ello, el Gobierno dejará en 2024 el sistema de nacional refinación operando a un 86% de su capacidad, según sus cálculos. Sin embargo, no ha aclarado si esto se traducirá en dinero contante y sonante para las arcas públicas.
“Es un gran desafío. No veo cómo van a financiar el gasto público, sería necesaria otra reforma fiscal o que la economía crezca más, pero eso no está sucediendo”, advirtió Arturo Carranza, analista del sector energético.
El pasado 26 de octubre pasado, el Senado de la República avaló la Reforma Fiscal para el 2022 con el que pretende mejorar la recaudación.
Entre otras cosas, se obliga a todos los adultos mayores de 18 años a registrarse ante Hacienda; los contadores deberán reportar incumplimientos de las empresas que auditen; los bancos deberán informar al gobierno sobre los depósitos en efectivo y las compañías ya no podrán donar más del 7% de sus ganancias a obras altruistas.
Sin embargo, para muchos, el dinero por esos cambios no será significativo. Hasta el 2021 la recaudación de México era la más baja de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) e incluso menor que en el promedio en América Latina que es del 20%.
El Fondo Monetario Internacional sugiere que se incorpore al pago de impuestos a los vendedores ambulantes y que se reduzcan las exenciones de impuestos a alimentos y medicinas, acciones a los que se ha negado toda la clase política mexicana porque resta popularidad.
El caso es que tal como están las cosas, “no hay ningún indicador de la economía interna que sea fuerte por sí mismo y que pudiera sustituir el recurso procedente del petróleo”, obseva el analista Martínez. Por tanto, agrega, “es muy peligroso dejar la exportación del combustible y si no hay algo que lo sustituya habrá un impacto”.
Del total del dinero que el país recauda actualmente el 56% es para gastos obligatorios por Ley: el 30% para los estados; 19.06% pensiones y jubilaciones incluyendo las pensiones del Bienestar para Adultos Mayores, y para Personas con Discapacidad y 8.5% intereses por la deuda pública ya adquirida.
Como esos gastos son obligatorios, se prevé que el impacto podría ser entre los otros gastos no obligatorios que absorben parte importante del presupuesto de egredos, pero que pueden reducirse. Estos son los gastos para Pemex y la Comisión Federal de Electricidad o el gasto de las dependencias federales.
El sector energético es prioritario para el presente gobierno. De hecho, ya anunció que Pemex requerirá dos mega presupuestos más para terminar de reconstruir algunos otros proyectos.
Entre ellos, el campo Lakach, un yacimiento de gas en aguas profundas en el Golfo de México que fue suspendido en 2016 pese a que le habían invertido 1,390 millones de dólares así como mantener las reservas probadas de hidrocarburos en un promedio de 7,000 mil millones de barriles.
Así el recorte se prevé en la burocracia y otros servicios. De ahí el mal presentimiento de Rafael Brito y de más de un millón de trabajadores federales. “No se van a sacrificar a otros sectores que dan más popularidad”, advierte.
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