Iglesia Católica pierde millones de fieles en América Latina ante los pentecostales
Seis de cada 10 encuestados por el Pew Center dijeron que abandonaron el catolicismo, porque encontraron “una iglesia que ayuda más a los miembros” y el 81% dijo que encontró una conexión más personal con Dios
Durante siglos, ser latinoamericano era equivalente a ser católico y esa religión prácticamente no enfrentó competencia durante décadas.
Actualmente, el catolicismo ha perdido adeptos ante otras religiones en la región, especialmente al pentecostalismo, y más recientemente a las filas de los que no asisten a la iglesia.
El cambio ha continuado bajo el Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano.
En siete países de la región: Uruguay, República Dominicana y cinco de América Central, los católicos pasaron a ser minoría en 2018, según Latinobarómetro, una encuestadora con sede en Chile.
Las estimaciones de cuántos latinoamericanos siguen siendo católicos varían, pero todas las fuentes coinciden en que los porcentajes están cayendo.
De acuerdo a Latinobarómetro, el porcentaje de católicos en América Latina descendió de 80% a 58% entre 1995 y 2018.
Una tendencia que se observó en todos los países de la región con excepción de México, donde entre 1995 y 2018, el catolicismo creció de 76 a 80 por ciento.
Según una encuesta del Pew Research Center, el 69% de los latinoamericanos eran católicos en 2014, aunque el 84% se había criado en esa iglesia.
El 19 por ciento de los latinoamericanos se identificaron como protestantes. De ellos, el 65% profesan el pentecostalismo.
América Latina y el Caribe alberga al 41% de los católicos del mundo, según El Vaticano.
En un hito simbólico, se espera que Brasil, que tiene la mayor cantidad de católicos en todo el mundo, se convierta en una minoría católica tan pronto como este año.
Los críticos dentro y fuera de la Iglesia Católica señalan su incapacidad para satisfacer las demandas religiosas y sociales de muchas personas, especialmente entre los pobres.
Los latinoamericanos a menudo describen a la Iglesia Católica como desconectada de las luchas diarias de su congregación.
La estructura organizativa flexible del pentecostalismo le ha ayudado a incursionar en los barrios más pobres de América Latina, donde las iglesias ofrecen ayuda tanto material como espiritual.
Las iglesias dirigidas por laicos con rebaños tan pequeños como unas pocas docenas de familias organizan donaciones de arroz y frijoles para familias hambrientas, financian clubes de fútbol para jóvenes para alejarlos de las bandas de narcotraficantes y organizan atención médica privada, como alternativa a los hospitales públicos en quiebra de Brasil.
Según la encuesta Pew de 2014, la razón más popular dada por excatólicos en América Latina para adoptar alguna forma de protestantismo fue encontrar una conexión más personal con Dios, citada por el 81% de los encuestados.
Casi seis de cada 10 encuestados dijeron que abandonaron el catolicismo, porque encontraron “una iglesia que ayuda más a los miembros”.
Durante la pandemia, las iglesias evangélicas han sido especialmente efectivas en el uso de las redes sociales para mantener a la gente involucrada, dijo al Wall Street Journal, José Eustáquio Diniz Alves, un destacado demógrafo brasileño y exprofesor de la agencia nacional de estadísticas.
El pentecostalismo es una tradición originaria de los Estados Unidos que enfatiza el contacto directo con el Espíritu Santo, a través de formas de adoración muy físicas, como curar por fe.
Bajo el Papa Francisco, quien se reunió con líderes pentecostales y evangélicos cuando era arzobispo de Buenos Aires.
El Vaticano ha buscado coexistir pacíficamente con los practicantes de otras creencias en lugar de luchar contra la creciente ola de religiones rivales. El Papa Francisco a menudo ha criticado los esfuerzos misioneros destinados a ganar adeptos.
Leer más
* Día de la Sagrada Familia: el Papa Francisco pide escucharse y no aislarse con el teléfono móvil
* Video: Papa Francisco da mensaje de Navidad ante miles de creyentes pese a repunte de contagios de COVID
* El Papa Francisco dijo que el sexo fuera del matrimonio no es el pecado más grave