4 acciones de Rusia que buscan demostrar que su economía marcha aun con las sanciones de los países occidentales
La economía rusa ha resistido los embates de Occidente y la salida de decenas de empresas; sin embargo, las soluciones que el gobierno encuentra, en muchos casos, son parciales
Una ‘nueva normalidad’ se vive en Rusia y poco tiene que ver con lo que cambió la pandemia, si no con el cambio de rumbo que su economía tuvo que tomar a partir de las duras sanciones de Occidente impuso desde la invasión militar en Ucrania.
Las sanciones incluyen bancos, sectores de la economía y hasta a la familia del presidente ruso, Vladimir Putin, y de los llamados oligarcas rusos.
Para mantener su economía en marcha, Rusia ha mirado a su mercado interno. El gobierno y las empresas, de todos los sectores, han tenido que diseñar estrategias para sobrevivir a las nuevas condiciones del mercado.
“Nadie que estuviera pensando en qué tipo de sanciones podría imponer Occidente podría haber pensado esto”, reconoció el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov en marzo, en una declaración recogida por CNN.
Desde el 24 de febrero, fecha del inicio de la invasión rusa en Ucrania, las sanciones económicas contra Rusia y la salida de decenas de empresas han puesto a prueba a la economía rusa, que; sin embargo, aún está en marcha.
Hay al menos cuatro acciones que Rusia lleva a cabo para demostrarlo, a pesar de las sanciones impuestas por países de Occidente. El presidente Putin también ha externado su confianza en que su país las superará.
Ninguna de estas medidas ha sido efectiva el 100% y los rusos cruzan por un momento de incertidumbre compleja; sin embargo, el país ha logrado mantener su camino.
1.- Fuentes de trabajo alternativas o temporales
Miles de trabajadores que laboraban en empresas que ahora han dejado Rusia tras la invasión militar en Ucrania de un día para otro se quedaron sin trabajo.
El desempleo es uno de los grandes temores del gobierno del presidente, Vladimir Putin, pues los trabajadores son los primeros que salen a las calles a protestar.
Tener personas sin trabajo también es uno de los factores que pasa factura política y alienta la disidencia hacia el Kremlin, por lo que un plan alternativo de empleo es una de las acciones para mantener la economía andando.
En Moscú, el alcalde, Sergey Sobyanin, puso en marcha un programa para absorber a una parte de los trabajadores que se quedaron sin empleo con la salida masiva de empresas.
El plan consiste en que estas personas sin empleo hagan trabajos de administración de documentos oficiales, como pasaportes y actas de nacimiento, o que trabajen en parques de la ciudad o en estaciones de salud temporales.
Según Sobyanin, el plan busca que hasta 200,000 trabajadores encuentren un lugar en el mercado local de empleo.
El gobierno de Moscú ha reservado $41 millones para la creación de estos puestos de trabajo y para pagar las capacitaciones que estos empleados requieran, según CNN.
Sin embargo, no todos los trabajadores rusos estarán dispuestos a tomar los puestos de trabajo alternos que los gobiernos puedan ofrecerles.
Para la economista jefe adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales de Washington, Elina Ribakova, ejecutivos de empresas que dejaron el país, como Goldman Sachs, optarán tarde o temprano por dejar su país.
2.- Un sistema de tarjetas propio
Uno de los grandes golpes de Occidente al sistema financiero ruso fue la salida de formas como Visa y Mastercard, que respaldan miles de millones de transacciones a través de tarjetas de crédito y débito en todo el mundo.
Pero el mercado ruso ha dado algo de batalla a través del Sistema Nacional de Tarjetas de Pago de Rusia y el sistema de tarjetas bancarias interno conocido como Mir.
Desde 2021, el crecimiento de este sistema ha sido notorio, de acuerdo con información del banco central ruso. Ese año se emitieron más de 113 millones de tarjetas respaldadas por Mir.
Sin embargo, el crecimiento de este sistema no fue orgánico, sino que estuvo alimentado en buena parte por el gobierno de Vladimir Putin que obligó a empleados públicos, jubilados y a cualquier persona que recibiera ayuda del gobierno a que usara una tarjeta Mir.
“El efecto de red no existe porque los participantes extranjeros no están interesados en unirse”, dijo Maria Shagina, investigadora principal visitante del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales.
La especialista asegura que Mir no es una alternativa real a Visa o Mastercard, pues únicamente funciona dentro de Rusia y en algunos países de las llamadas ex-repúblicas soviéticas.
A lo anterior se suma que el intento ruso de suplantar el sistema de pagos internacionales SWIFT, con el propio denominado SPFS, no ha tenido la aceptación suficiente con apenas 400 participantes, frente a los 11,000 de SWIFT.
3.- Rediseño de industrias
Lada, la icónica marca soviética de automóviles, es uno de los ejemplos de lo que las empresas han tenido que hacer para subsistir frente a la salida de decenas de marcas y las sanciones impuestas.
Tras las sanciones, la marca rusa enfrentó un grave problema porque dependen en gran medida de piezas importadas. Los autos Lada son producidos por Avtovaz, que es propiedad de la armadora francesa Renault.
La marca francesa es una de las que anunció su salida del mercado ruso y dejó a Avtovaz a la deriva de un día para otro.
En respuesta, la armadora rusa informó en marzo pasado que tendría que rediseñar algunos de sus modelos para que no dependieran de los componentes extranjeros.
Básicamente, los modelos de Lada volverán en el tiempo y se convertirán nuevamente en los autos “muy austeros” que fueron en el pasado.
4.- Crecer las redes sociales rusas
El conflicto militar en Ucrania tuvo una respuesta casi inmediata de las grandes big tech que controlan las redes sociales más usadas alrededor del mundo.
Una de las empresas que decidió suspender operaciones en territorio ruso fue Meta, con lo que millones de rusos se quedaron, parcialmente, sin acceso a Facebook e Instagram.
Instagram era, hasta antes de las sanciones, la red social más usada en Rusia, seguida por la versión rusa conocida como Vkontakte, de acuerdo con datos de la empresa Brand Analytics.
El cierre de Instagram en Rusia puso en aprietos a muchos creadores de contenido de esta red social, que buscaron alternativas para seguir monetizando con sus contenidos y mantener sus ingresos.
Fue ahí que Vkontakte tuvo una oportunidad para atraer a estos instagramers a su plataforma, a través de ofertas como no cobrar comisiones sobre cualquier contenido monetizado durante abril a los creadores que se hayan mudado de Instagram.
Los datos de Brand Analytics muestran que la estrategia podría estar funcionando. Vkontakte sumó más de $100 millones de usuarios durante marzo, mientras que Instagram perdió la mitad, entre el 24 de febrero y el 6 de abril.
Sin embargo, para algunos creadores de contenido, la plataforma rusa no es una opción y prefieren pagar una VPN para conectarse a Instagram y continuar en contacto con sus seguidores y con sus clientes.
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