Luz de esperanza para madre inmigrante: frena su deportación para ella y sus tres hijos

En pleno Día de las Madres recibe su permiso de trabajo, una victoria mientras lucha en las cortes de migración por el asilo en EE UU

Rosa Elena Mejía celebra el Día de las Madres con su permiso de trabajo. (Cortesía Paulina Herrera)

Rosa Elena Mejía celebra el Día de las Madres con su permiso de trabajo. (Cortesía Paulina Herrera) Crédito: Cortesía

Rosa Elena Mejía está que no cabe de felicidad ya que este 10 de Mayo, Día Internacional de las Madres, recibió de regalo, un permiso de trabajo como parte de su petición de asilo en Estados Unidos. Junto con su autorización para trabajar en el país, llegaron los permisos de empleo para sus tres hijos.

Y también el permiso de trabajo, frena su deportación, al menos mientras se decide si se aprueba el asilo.

Estoy muy feliz y contenta. Siento como si me hubiera ganado un millón de dólares. He luchado mucho por venir a este país; y ofrecerles a mis hijos una vida mejor, libre de violencia”, dice Rosa Elena de 47 años.

Esta madre escapó de Guatemala en febrero de 2019, y después de un viaje de casi 2 meses, solicitó asilo el 11 de abril de ese mismo año.

“Yo salí de mi país por la violencia doméstica que ejercía sobre mí, mi esposo, el padre de mis hijos. Salí huyendo; y aunque nosotros ya estamos a salvo, aún vivo preocupada porque mi mamá de casi 81 años y mi hermano se quedaron allá”. 

Rosa Elena Mejía con sus tres hijos el 10 de las Madres. (Cortesía Paulina Herrera)

Recuerda que su esposo la amenazaba con acabar con toda mi familia, si lo dejaba.

En México, con una visa humanitaria emitida por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, logró llegar a Tijuana en donde sobrevivió junto con sus hijos en varios refugios y casas de beneficencia.

Comparte que el viaje a través de México rumbo a Estados Unidos fue muy duro sobre todo porque sus hijos eran muy pequeños.

“No querían que sintieran miedo. Les hablaba mucho y les decía que primero Dios, ya íbamos a llegar con su tía”.

Después de que sus tres hijos y ella se entregaron a las autoridades de migración al solicitar asilo en la frontera de Tijuana, pasaron tres días en detención.

“Cuando nos liberaron, nos recibió mi hermana que vive en Fullerton, en el condado de Orange. Ella es quien nos ha estado apoyando estos tres años que hemos vivido en este país”.

Dice que el permiso de trabajo no podía llegar en mejor momento porque sus hijos tienen cada vez mayores necesidades.

“Ellos se han adaptado muy bien. Han aprendido inglés, pero mis niños crecen a cada rato. La ropa ya no les queda y no se estira. Si no trabajo, quién les va a proveer”.

Todo lo que quiere Rosa Elena es una vida mejor para sus hijos.(Cortesía Paulina Herrera)

Sus hijos José, Yhilmar y Diana tienen ahora 16, 13 y 9 años respectivamente.

Sin poder trabajar, su hermana y ella se pusieron a vender comida a los vecinos para ayudarse. “Ya con el permiso de trabajo, me voy a poner a buscar empleo en lo que sea”.

Agrega que su hermana ha estado un poco mal del corazón, y aunque ha sido sumamente generosa con ellos, es hora de apoyarla.

Y explica que la lucha por el asilo no ha sido fácil porque se atravesó la pandemia, lo que le ha complicado la obtención de las evidencias, pero hasta ahora, dice, no han tenido ningún problema con migración, y ella ha cumplido con todo lo que le han pedido.

“Lamentablemente para todo hay que tener dinero, y yo sin trabajo, se me ha hecho difícil. Pero Dios está conmigo y vamos a salir adelante”.

Durante los tres años que lleva en el país, dice que su sueño, siempre ha estado enfocado en sus hijos. “Quiero que estudien y quiero verlos triunfar. Esa es mi lucha”.

El permiso de trabajo permitirá a Rosa y sus hijos obtener un número de seguro social.

Rosa Elena Mejía con su hija Diana. (Cortesía Paulina Herrera)

El abogado en migración, Sergio Siderman quien lleva el caso de esta madre, dice que obtener un permiso de trabajo nunca es garantía de asilo.

Sin embargo, advierte que en la situación de Rosa, tienen muchas probabilidades de ganarlo, primero porque las cosas han mejorado con el presidente Biden en el sentido de que ha dado órdenes a los fiscales de enfocarse solo en las prioridades como quienes han cometido un delito; y segundo, porque tiene un buen caso.

“No solo estamos hablando de violencia doméstica sino de que ha recibido amenazas de muerte; y están involucrados sicarios conectados con el gobierno y la policía; y otros detalles que por ahora no puedo revelar por lo delicado del caso”, señala.

Pero precisa que tiene buenas esperanzas de conseguir el asilo. “Será un panel de tres jueces, quienes decidirán; y en caso de que se lo nieguen, podemos apelar a la Corte Novena de Circuito”.

El abogado Siderman dijo que el caso puede resolverse en seis meses, pero también se puede tomar hasta tres años.

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