El final de una historia de gloria: Hsian-T’ung, el último emperador de China
Una revolución republicana obligando que el último emperador de China abdicara, colocando un punto final a 2000 años de gobierno imperial.
El 12 de febrero de 1912, Hsian-T’ung, el último emperador de China, se vio obligado a abdicar tras la revolución republicana de Sun Yat-sen.
Se estableció un gobierno provisional en su lugar, poniendo fin a 267 años de gobierno manchú en China y 2000 años de gobierno imperial. Al ex emperador, de solo seis años, se le permitió mantener su residencia en la Ciudad Prohibida de Beijing, y tomó el nombre de Henry Pu Yi.
Pu Yi fue entronizado como emperador en 1908 después de la muerte de su tío, el emperador Kuang-hsu. Reinó bajo una regencia y se sometió a entrenamiento para prepararlo para su gobierno venidero. Sin embargo, en octubre de 1911, su dinastía cayó ante la revolución de Sun Yat-sen, y cuatro meses después abdicó.
El nuevo gobierno chino le otorgó una cuantiosa pensión estatal y le permitió vivir en el palacio imperial hasta 1924, cuando se vio obligado a exiliarse.
Después de 1925, vivió en la Tianjin ocupada por los japoneses, y en 1932 Japón creó el estado títere de Manchukuo en Manchuria bajo su gobierno. En 1934, Henry Pu Yi fue entronizado como K’ang Te, emperador de Manchukuo. A pesar de la resistencia de la guerrilla contra su régimen títere, mantuvo el título de emperador hasta 1945, cuando fue capturado por las tropas soviéticas.
En 1946, Pu Yi testificó ante el tribunal de crímenes de guerra de Tokio que había sido una herramienta involuntaria de los japoneses y no, como afirmaban, un instrumento de autodeterminación de Manchuria.
Manchuria y la provincia de Rehe fueron devueltas a China y en 1950 Pu Yi fue entregada a los comunistas chinos. Estuvo encarcelado en Shenyang hasta 1959, cuando el líder chino Mao Zedong le concedió la amnistía. Después de su liberación, trabajó en un taller de reparación mecánica en Pekín.
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