Inmigrante de Honduras es aceptada a 11 universidades incluyendo dos ‘Ivy League’
La estudiante comenzará su primer año en otoño en la prestigiosa universidad de Columbia en Nueva York
El año pasado mientras Alma Ramírez llenaba sus solicitudes para ingresar a la universidad, su madre, Alma Ayala, se encargaba de darle recomendaciones en sus ensayos personales.
“Yo le traducía lo que decía y ella me corregía”, contó la joven de nacionalidad hondureña.
El trabajo en equipo dio buenos frutos ya que hace poco Ramírez comenzó a recibir las cartas de aceptación; 11 de 15 universidades a las que solicitó fue aceptada. Entre ellas las universidades más prestigiosas como Cornell y Columbia en Nueva York y la USC en Los Ángeles.
Este es un gran logro para la estudiante quien emigró hace seis años a Estados Unidos junto a su madre y su hermano mayor. Ayala tomó la difícil decisión de dejar su natal Honduras para reunirse con madre, quien les había arreglado su estatus migratorio.
Ramírez dijo que en Honduras pese a que su madre trabajaba como directora de un kínder, el salario no era suficiente y por las noches tenía que hacer pilones—paletas de helado—para vender.
La transición al llegar a Los Ángeles fue difícil. Ramírez entró al grado 7 y el idioma fue uno de los obstáculos más grandes para enfrentar.
“Tuve que cambiar mi cerebro y empezar a practicar y hablar el inglés”, dijo la adolescente quien tenía el conocimiento de inglés muy básico que estaba aprendiendo en Honduras.
Otra cosa que sorprendió a Ramírez es que su madre quien tiene un título universitario en Honduras se encontró con que no valía en Estados Unidos.
“Así que desde que llegamos ella ha tenido que trabajar ganando el mínimo como en empacadoras. Ver esas cosas me ha motivado a salir adelante y tal vez en un futuro ayudarla”, aseveró la joven quien reside en El Sereno.
Dirigiendo el interés por su carrera
La estudiante comenzó a sobresalir en sus clases y para el grado 10 decidió tomar clases de arquitectura mediante un programa que se llama Dual Enrollment.
Estas cuentan como créditos para la universidad. Ella tomó lo equivalente a seis clases y adicionalmente obtuvo tres certificaciones de habilidades.
Estudiar arquitectura a muy corta edad llamó mucho su atención al punto que decidió que esta sería su carrera.
Ya en el grado 12 cuando era tiempo de llenar las solicitudes, Ramírez dudaba si debía solicitar a las escuelas privadas y prestigiosas—conocidas en inglés como Ivy League—porque no se sentía apta para llegar ahí. Hay ocho universidades Ivy League en Estados Unidos y se consideran las más destacadas y las más buscadas en términos de aceptación y graduación.
Ramírez se armó de valor y con el apoyo de su madre y abuela decidió solicitar a dos de ellas, Cornell y Columbia, ambas en Nueva York.
“Todos mis amigos querían que abriera los correos para ver los resultados de las universidades Ivy League pero yo les había dicho que no hasta llegar a casa para poder abrirlas junto a mi mamá y mi abuela”, contó la joven.
Una vez en casa abrió los correos y el trío de mujeres quedó sorprendida de saber que Ramírez fue aceptada a ambas universidades. Columbia cuenta con un nivel de aceptación del 5% y Cornell con un 11%.
“Mi mamá y yo empezamos a llorar y no lo creíamos”, dijo la estudiante.
Ramírez se decidió por Columbia y dijo que solicitó entrar al programa de arquitectura ya que la universidad cuenta con uno de los mejores programas para esta carrera.
Adicionalmente Ramírez fue otorgada con subvenciones y becas por un total de $81,000 para el primer año. Se estima que el costo por año es de más de $82,000.
La señora Ayala dijo que está muy orgullosa de ver todos los logros de su hija ya que ella tuvo que hacer a un lado los propios para darles un mejor futuro a sus dos hijos, Ramírez y un hermano mayor.
“Yo trabajaba en la compañía de empaque y lloraba pero también sabía que iba a valer la pena”, dijo Ayala quien no se equivocó.
En las vacaciones de primavera madre e hija fueron a visitar la universidad en persona.
“Cuando llegué ahí me sentí en casa, fue una experiencia muy bonita y no solo pude ver la escuela pero también pude conocer a mis compañeros que también fueron aceptados este año”, dijo Ramírez.
Enfrentando más retos
A principios de año la abuela de Ramírez fue diagnosticada con cáncer de colon y su madre se vio obligada a dejar su empleo para poder cuidarla. El avance de la enfermedad no le permite hacer muchas cosas por sí sola.
“Mi abuela fue una de las personas que nos ayudó a traernos y esa es otra de las razones por las que intento hacer mucho mejor en la escuela para agradecerle”, dijo Ramírez sin poder contener las lágrimas. “Pienso en el futuro y lo que le puedo dar a mi familia con mi educación universitaria y poder ganar más del mínimo”.
Ramírez dijo que será un poco doloroso alejarse de su madre y su abuela pero sabe que valdrá la pena el esfuerzo.
Adicionalmente dijo que ella continúa abogando por la educación superior para los estudiantes inmigrantes y aprendices de inglés.
“Yo me he dado cuenta que algunos de ellos vienen con la desventaja de que no aprendieron inglés en sus países y aquí no cuentan con el apoyo necesario”, dijo la joven.
Recomendó a todos los que quieran llegar a obtener un título universitario que no teman y luchen por sus sueños.
“Todo lo que quieran lo pueden hacer. No permitan que las barreras los detengan”, recalcó la joven.