Madre de Uvalde sacó a su hija de clases 15 minutos antes del tiroteo, mientras su mejor amiga se quedó para avisar a sus padres y murió

Una madre que sacó a su hija de cuarto grado de la clase 15 minutos antes de la masacre del martes en Texas que mató a 19 de sus compañeros de salón, incluidos cuatro familiares y dos maestras, ahora está lidiando con una “culpa abrumadora” por no poder salvar más vidas.

Mia y su hija Evalynn hablaron con el diario New York Post desde Uvalde el jueves sobre lo que se suponía sería el día en que Evalynn realizaría una fiesta de pijamas anual para celebrar el último día de clases con su mejor amiga Layla Salazar, quien murió en el ataque.

“No puedo comer, no podía pensar debido a la abrumadora cantidad de culpa”, dijo Mia, quien no quería que se publicara el apellido de su familia.

“Pude sacar a mi hija, pero ¿qué podría haber pasado si estuviéramos allí solo cinco minutos después?

“Hay tanta culpa en este momento. Mi corazón está con todas las familias que están sufriendo. Y ahora tenemos 11 funerales a los que asistir”.

Mia dijo que están emparentados con cuatro de los niños en edad escolar asesinados a tiros por el pistolero de 18 años, Salvador Ramos, quien irrumpió en el salón de clases de Evalynn minutos después de que sacara a su hija de la Escuela Primaria Robb para ir a almorzar.

La relación exacta entre la familia y las jóvenes víctimas no estaba clara.

La clase de cuarto grado del maestro Alfonso Reyes acababa de terminar de entregar los premios antes de que se desatara el terror.

Varios padres que asistieron a la ceremonia optaron por llevar a sus hijos a casa por el día, incluida Mia.

Se suponía que Evelyn estaba en el salón de clases donde ocurrió el tiroteo, pero su madre la sacó de la escuela unos 15 minutos antes.

Mia y Evalynn salieron de la escuela para comer en el restaurante Sunrise cercano después de la ceremonia de premiación, donde Layla fue condecorada.

“Cuando estuve en los premios, estaba muy feliz por ella porque recibió cinco premios”, recordó Evalynn.

Antes de salir a almorzar, Evalynn se detuvo en su salón de clases para buscar sus útiles escolares alrededor de las 11:05, dijo Mia.

“Terminamos hablando con el maestro, el Sr. Reyes y él nos hizo saber que la puerta estaría abierta para que ella tomara su mochila. Dijo que éramos más que bienvenidos a caminar de regreso allí para agarrar las pertenencias de Evalynn, firmarla y marcharnos”, dijo.

Unos 25 minutos después, Ramos llegó a la escuela y comenzó a disparar, dijo la policía. Reyes resultó herido en el ataque, pero se estaba recuperando en el hospital.

Mia y Evalynn estaban sentadas a comer alrededor de las 11:30 am cuando escucharon mucho ruido en la radio propiedad de un agente de la Patrulla Fronteriza, que estaba comiendo en una mesa cercana a ellas.

“De repente seguimos escuchando sirenas. Es bastante común en nuestra ciudad, pero estas sirenas parecían diferentes”, dijo Mia.

“Al principio lo ignoramos, pero un agente de la Patrulla Fronteriza estaba sentado a nuestro lado y su radio seguía sonando. Estaba escuchando al principio, pero salió corriendo de allí rápidamente. Le dijeron que podía pagar más tarde”.

Mia dijo que se alarmó en ese momento. Unos minutos más tarde, recibió una llamada automática de la escuela que decía que estaba cerrada.

“Comenzamos a temblar porque estábamos muy preocupadas por Layla y, por supuesto, por los otros niños”, dijo Mia. “Pero Evalynn, por supuesto, estaba diciendo: ‘¡Por favor! ¡Espero que mi amiga Layla esté a salvo!’”.

Mia dijo que Evalynn comenzó a llorar tan fuerte por su mejor amiga Layla que se fueron del restaurante.

Horas más tarde, descubrirían que Layla era una de las estudiantes que fue asesinada a tiros en el mismo salón de clases en el que Evalynn estaba ese mismo día.

“Cuando me enteré del tiroteo activo, quedé devastada. No pude soportarlo. Ella era la única mejor amiga que tenía”, dijo Evalynn.

Mia contuvo las lágrimas porque Layla había pedido ir a casa con ellos, pero dijo que no podía dejar la escuela sin que sus padres lo supieran.

Evalynn dijo que había planeado una fiesta de pijamas con Layla el jueves para celebrar el último día de clases.

“Lo que me encantó de Layla fue que siempre estuvo ahí para mí”, dijo Evalynn.

Ella me llamaba todos los días después de la escuela y jugábamos un juego llamado Roblox… nos quedábamos despiertos toda la noche los fines de semana llamándonos y llamándonos”.

“Ella nunca me reemplazaría con nadie más y nunca hablaría mal de mí”, dijo la adolorida niña.

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