Alta tasa de suicidios entre jóvenes es indicador de la crisis de salud mental
Los menores indígenas, los de la comunidad LGBTQ, los de hogares de crianza, y quienes sufren bullying están en mayor riesgo
En el país, la tasa de suicidio entre los jóvenes de 15 a 19 años fue casi 60% mayor en 2020 de lo que fue en 2007, aún más problemática es entre las edades de 15 a 19 años, ya que se triplicó.
Estos niveles de suicidio, dijo Beth Jarosz, directora Interina de la organización KidsData, son solo un indicador de la crisis de salud mental juvenil que se vive en Estados Unidos.
“En California, las tasas de suicidio entre 2010 a 2020 aumentaron 33%; en Texas, 90%; y en la Florida, más del 100%”, señaló Jarosz, durante la videoconferencia “Miami-Dade destaca las tendencias nacionales: aumento de los desafíos de salud mental para niños y jóvenes”, organizada por Ethnic Media Services.
“Las hospitalizaciones por lesiones autoinfligidas se duplicaron con creces entre 2009 y 2020 en todo el país. Las muertes por envenenamiento no intencional, la mayoría de las cuales son por sobredosis de drogas, se mantuvieron bastante estables, pero aumentaron considerablemente durante la pandemia”, sostuvo Jarosz.
Entonces, cuestionó, ¿quién está en alto riesgo?…
“Por los datos, sabemos que los jóvenes indígenas, que experimentaron adversidades en la infancia como el suicidio en la familia, abusos o vivir con alguien con problemas de adicciones, están en riesgo”.
Pero también sostuvo que los jóvenes LGBTQ que experimentan la falta de vivienda, o quienes viven en hogares de crianza o sufren acoso escolar, corren mayor peligro.
Hizo ver que hay una increíble necesidad de servicios de salud mental.
“Uno de cada seis jóvenes han sido diagnosticados con ADD (memoria pobre, falta de atención y concentración), ADHD (déficit de atención e hiperactividad), ansiedad y depresión, pero solo la mitad han recibido tratamiento de salud mental para estos problemas en el año previo”.
¿Qué podemos hacer para atender la salud mental de los adolescentes?
“Podemos desestigmatizar y ampliar el acceso a la atención de la salud mental, y replicar lo que funciona en otros estados”.
Agregó que la discriminación y las circunstancias difíciles en la infancia, aumentan el riesgo de problemas de salud mental más adelante en la vida.
“Pero podemos hacer cambios y romper el ciclo intergeneracional de violencia al atender las necesidades de los jóvenes que están en riesgo”.
Sobre la relación entre las redes sociales y el suicidio, dijo que particularmente en algunos grupos ha conducido a una salud mental pobre.
“El suicidio puede ser uno de los resultados del aumento de la depresión y la ansiedad”.
Niños con ansiedad
Eddy Molin, enfermero psiquiátrico del Jackson Health System en Miami, Florida, dijo que en los últimos dos meses, han visto un aumento en las admisiones al hospital, de niños con ansiedad y un comportamiento impulsivo y alterado.
“Claramente podemos conectar esto con algunos de los eventos que han ocurrido en el país como los tiroteos. ¿Por qué?… porque en las redes sociales, la gente tiende a mostrar sus éxitos, pero si no somos exitosos no podemos mostrar eso y nos aislamos”.
Estos sentimientos, dijo, también los experimentan los niños.
“Necesitamos poner atención a las conductas de aislamiento de los menores, o cuando descuidan su higiene personal, o se quedan más tiempo en la cama; y en casos más severos, pueden experimentar alucinaciones, hablar consigo mismos o entre dientes”.
Dijo que en esos casos, se debe actuar de inmediato y no esperar a que las cosas empeoren.
¿Cómo ayudar a un ser querido que está sufriendo con algún problema de salud mental?
“Requiere que hagamos un esfuerzo consciente para ponernos en sus zapatos y tratar de sentir lo que ellos están sintiendo. Así como de encontrar la mejor manera de ayudarlos a aliviar su sufrimiento”.
Vivir con depresión
Estephania Plascencia, coordinadora del programa de jóvenes de la organización de salud mental NAMI Miami-Dade, dijo que ella fue diagnosticada con depresión y ansiedad crónica hace seis años, pero comenzó a presentar síntomas desde que estaba en la escuela elemental.
“Siempre fui una niña aprensiva. Pensaba que todo necesitaba ser perfecto. De otra manera, me daban ataques de ansiedad muy fuertes que se manifestaban en palpitaciones, sudoración, dolores de estómago, náuseas y hasta colapsos realmente malos”.
Al mismo tiempo, cuenta que presentaba problemas para concentrarse para sus tareas de la escuela, al punto que le afectó su autoestima.
Pero fue cuando se graduó de la universidad, que sus ataques de ansiedad se hicieron mayores y prácticamente no podía dejar la cama, y no salió de su casa por más de seis meses.
“Cada vez estaba más ansiosa, dejé de mandar textos a mis amigos y no parecía que mi vida tuviera un propósito”.
Dijo que no fue hasta que una persona cercana la convenció de buscar ayuda profesional.
“Fui a un psiquiatra y a una terapista. Me dieron medicamentos y comencé a aprender estrategias saludables que me ayudaron a reemplazar las negativas”.
En este proceso, dijo que se dio cuenta que no estaba sola, ya que además asistió a grupos de apoyo con personas que estaban en proceso de recuperación como ella.
¿Qué pudieron haber hecho tus padres para ayudarte a temprana edad?
“Educarse hubiera hecho una gran diferencia porque realmente ellos no sabían nada de salud mental”.
Agrega que muchas veces fue juzgada por su padre, quien le decía que era floja por no querer salir.
“Mi mamá es la que comenzó a preocuparse y a investigar. Una vez que me diagnosticaron, siempre me ha apoyado”.
La salud mental, un derecho
Susan Racher, presidenta de la junta de la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI-Miami Dade), dijo que es una fuerte creyente de que el acceso al cuidado de salud mental, es un derecho civil al igual que votar y ser contado en el censo.
“Desafortunadamente, el cuidado y la información sobre salud mental son muy escasas en muchas comunidades”.
Señaló que tenemos que comenzar con la educación, para que la gente sepa que tiene derecho a recibir ayuda.
“El aspecto cultural tenemos que aplicarlo al cuidado de salud mental de la comunidad”.