Madres de personas desaparecidas viven bajo amenaza del crimen organizado
Cecilia Flores, quien lleva años buscando a su hijo, detalló que ella y otras mujeres han sido advertidas por grupos de hombres armados para frenar su labor
La desaparición de personas es uno de los problemas más graves en México, debido a las alarmantes cifras de casos sin resolver, tal como lo demuestran los colectivos de madres que buscan a sus hijos por todo el territorio nacional.
Y es que, además de la incertidumbre y el calvario que viven desde que sus familiares no volvieron a casa, se enfrentan a la falta de resultados por parte de las autoridades mexicanas, y hasta a amenazas de grupos del crimen organizado mientras realizan la búsqueda se sus seres queridos.
Así lo reveló Cecilia Flores, fundadora del colectivo de Madres Buscadoras de Sonora, quien durante una entrevista con el diario El Sol de México, recordó una de las amenazas que sufrió en octubre de 2019.
Aquella mañana, según relató, llevaba tres días junto con una organización de Arizona rastreando la zona conocida como Ostionera 2, ubicada al sur de Puerto Peñasco, en Sonora, en donde realizaron excavaciones y lograron hallar 42 cuerpos.
De pronto, un grupo de hombres armados llegó al lugar y preguntaron, de manera agresiva, por la responsable de esos trabajos de búsqueda. Todas las mujeres se voltearon a ver entre sí aterrorizadas, y Cecilia Flores los encaró.
“Tírense al suelo, todas”, ordenó a gritos uno de los pistoleros, a lo que ella respondió, “No me voy a tirar, porque si me vas a matar prefiero que sea de pie, yo no me moriré arrodillada, yo no te debo nada a ti ni a nadie. Nosotras lo único que hacemos es buscar a nuestros hijos”.
Los hombres armados, que formaban parte de una organización criminal que opera en esa zona de Sonora, intentaban evitar que siguieran excavando en el lugar, pero no lograron disuadir al colectivo.
Finalmente, el grupo liderado por Cecilia Flores descubrió 54 cadáveres que fueron llevados en camionetas al forense, para poder ser identificados.
A más de dos años de aquel acontecimiento, Cecilia confiesa, “Sí tengo miedo, vivo con el miedo de que me maten a un lado, porque yo a lo único que me debo es a mis hijos, y si voy a morir por buscarlos, entonces me despediré con amor”.
La mujer va y viene a la ciudad de México, siempre con un anillo de seguridad. Como regla sabe que no puede estar mucho tiempo en un solo lado, porque la muerte siempre está latente. Durante los últimos días ha estado al norte de Sinaloa en la comunidad de Juan José Ríos, en la búsqueda de su hijo Alejandro Islas Flores, desaparecido el 15 de octubre de 2015 cuando iba camino a Los Mochis.
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