Vuelo 17 de Malaysia Airlines: el avión derribado en la frontera entre Rusia y Ucrania
8 años han transcurrido de que fuera derribado el vuelo 17 de Malaysia Airlines donde casi 300 personas perdieron la vida.
El 17 de julio de 2014, a la mitad de un vuelo de Ámsterdam a Malasia, un avión de pasajeros fue derribado sobre la frontera entre Ucrania y Rusia, devastada por la guerra. Las 298 personas a bordo, la mayoría de los cuales eran ciudadanos de los Países Bajos, murieron en la explosión.
Fue el segundo vuelo de Malaysian Air que desapareció en 2014, luego de que el vuelo 370 se estrellara sobre el Océano Índico el 8 de marzo.
El avión despegó de Amsterdam a las 10:31 AM hora local, se esperaba que sobrevolara la frontera entre Ucrania y Rusia que, debido a una guerra entre los combatientes ucranianos y los separatistas prorrusos, había instituido una restricción de altitud mínima solo tres días antes para evitar que los aviones quedaran atrapados en un posible fuego cruzado.
El avión hizo contacto y voló hacia las fronteras del país de acuerdo con las restricciones, pero desapareció unas horas después, a solo 30 millas de la frontera. No se recibió ninguna señal de socorro.
Surgieron preguntas sobre la ruta de vuelo. ¿Era seguro? Resultó que la ruta había sido aprobada por la Organización de Aviación Civil Internacional y por los países que controlaban el espacio aéreo a través del cual viajaría el avión.
Si bien no estaba claro al principio, se sospechaba que el avión había sido derribado por separatistas rusos “mal entrenados”.
Cuatro días después, cuando los investigadores finalmente pudieron hacerse con la caja negra del avión, se confirmaron estas sospechas. La explosión definitivamente no había venido desde adentro.
La grabadora reveló que, cuando el avión se acercaba a la frontera, un “objeto de alta energía” explotó a un metro de la cabina, separándolo por completo del resto del avión, los pilotos murieron instantáneamente. El resto del avión voló más de cinco millas antes de finalmente romperse. Los escombros se esparcieron por más de 20 millas cuadradas de campo.
Llevó 15 meses averiguar de qué lado de la guerra había venido el proyectil. En octubre de 2015, los investigadores holandeses pudieron discernir que la explosión había sido causada por un misil de fabricación rusa.
En junio de 2016, más de dos años después de que el avión fuera derribado, un grupo internacional de investigadores publicó una foto de gran parte de un misil Buk de fabricación rusa que se encontró en el lugar del accidente.
Finalmente, en mayo de 2018, después de cuatro años de recopilar evidencia, un comunicado de los Países Bajos y Australia dijo que no fue solo un misil de fabricación rusa el que derribó el vuelo 17, sino que oficialmente responsabilizaron a Rusia.
“Hacemos un llamado a Rusia para que acepte su responsabilidad y coopere plenamente con el proceso para establecer la verdad y lograr justicia para las víctimas del vuelo MH17 y sus familiares”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores holandés, Stef Blok. Los familiares de las víctimas también les han suplicado que asuman su responsabilidad.
Por su parte, Rusia ha negado repetidamente la acusación, alegando que el misil “probablemente pertenece a las fuerzas armadas ucranianas”.
Seguir leyendo: