Desde las cenizas una familia de Lincoln Heights tendrá que volver a levantarse

El padre, madre y los dos hijos han dormido en la calle desde que un incendio terminó con su hogar

El señor Gabriel Benítez junto a los escombros del que era su hogar en Lincoln Heights. (Jacqueline García/La Opinión)

El señor Gabriel Benítez junto a los escombros del que era su hogar en Lincoln Heights. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Hasta el lunes la familia Benítez llevaba una semana durmiendo a la intemperie en el estacionamiento del edificio donde viven en Lincoln Heights. Este fue el resultado del incendio que hubo en su apartamento y que lo dejó completamente destrozado.

Gabriel Benítez, el patriarca de la familia, dijo que el 19 de julio alrededor de la 1 de la madrugada su hija los despertó gritando que había un incendio que comenzó en la cocina.

Sin mucho tiempo para reaccionar, la familia salió solamente con lo que tenía puesto. En el intento por salvar a sus dos mascotas, Benítez se lastimó los pies con vidrios; además de ingerir altas cantidades de humo.

Mientras los bomberos comenzaron a apagar el siniestro en el apartamento 9 del edificio, localizado en el 2219 Griffin Ave., Benítez y su hijo Gabriel Benítez Jr. tuvieron que ser hospitalizados. Al retornar a la mañana siguiente se encontraron con un apartamento en cenizas, la familia en la calle y una oferta de la dueña del edificio que lo enfureció.

“Le dijo a mi hijo, que es menor de edad, que nos iba a devolver los $600 de depósito que pagamos cuando llegamos hace casi 19 años y que aquí se terminaba nuestro contrato”, dijo Benítez.

La familia sabía que eso no era lo correcto, así que decidieron instalarse en el estacionamiento en protesta con una mesa y unas pocas cosas para hacerle ver a la dueña que su ayuda era mediocre y necesitaban mucho más. 

Benítez explicó que en los casi 19 años que llevan viviendo en el apartamento, las reparaciones han sido mínimas.  Él tuvo que cambiar el excusado en una ocasión y jamás se le fue reembolsado el dinero que pagó.

“El piso, la ventana rota, la cocina nunca la arreglaron. Ahí es donde está el boiler, todo ya estaba viejo”, dijo Benítez. “Durante el incendio yo salí a agarrar el extinguidor, pero era tan viejo que no sirvió”.

La familia Benítez instalados en el estacionamiento, afuera de su apartamento.  Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Futuro incierto

Hasta hace pocos días la familia celebraba la graduación del hijo mayor, Gabriel de 17 años, quien había terminado la preparatoria y también había sido aceptado en la universidad Cal State LA donde estudiará biología en el otoño. Sin embargo, ahora sus pensamientos están enfocados en tener un hogar. 

“Me siento devastado y hemos sufrido mucho con esta situación. Yo quisiera que los dueños de edificios ayuden a los inquilinos en caso de que algo como esto suceda”, dijo el joven.

La hija menor, María Cristina Benítez de 14 años, también tenía sus propios planes. Ella soñaba y empezaba a planear su fiesta de 15 años para el 26 de septiembre.  

Ahora solo han quedado las cenizas de su vestido, las decoraciones y un futuro incierto para su fiesta.

“Estamos muy estresados, pero agradezco que por lo menos todos estamos bien”, dijo María Cristina.

El señor Benítez explicó que no quiere causar angustias a sus hijos, pero es casi imposible cuando los cuatro han estado durmiendo en el estacionamiento del edificio. Los vecinos y la comunidad en general han sido muy generosos al donarles alimentos, algunos muebles y colchones para dormir. También les prestaron una carpa para cubrirse del sol.

“Hoy nos vamos a ir a un hotel porque una persona nos pagó cinco días para quedarnos ahí; además, ya necesitamos descansar un poco”, dijo Elitania Benítez, madre de la familia, agregando que también es muy desagradable tener que estar oliendo los escombros quemados a pocos pies de distancia de donde se encuentran.  

El señor Gabriel Benítez muestra las cenizas y los escombros del que era su hogar. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Tienen derechos

La familia Benítez dijo que actualmente pagan $972 de renta por el apartamento de una recámara. Después del incendio intentaron buscar apartamentos y lo más barato que han encontrado en su área es de $1,800 de renta mensual.

Otras rentas alrededor llegan casi a los $3,000.

“A nosotros no nos alcanza”, subraya Benítez, quien es el proveedor de la familia y trabaja haciendo mudanzas. “Ahorita tuve que dejar de trabajar para solucionar este problema”.

Jesse Sanes, representante de la organización Los Angeles Tenants en el área de Lincoln Heights, dijo que la familia Benítez tiene derechos y es importante que los hagan valer.

Explicó que cuando se ven los precios bajos de renta en las viviendas con alquiler estabilizado, no es que están obteniendo un buen trato, es porque las familias han dedicado casi 20 años de trabajo para hacer de su comunidad el lugar que es hoy.

“Lo que vemos a menudo es que los propietarios retienen las reparaciones. Y si ves en el edificio de la familia Benítez, la propietaria Jasmine Hoang ha ignorado todo tipo de reparaciones”, subrayó Sanes. “Hasta hoy, todavía hay basura y escombros del incendio afuera del edificio de apartamentos. El resto de los vecinos están viviendo con ese material tóxico que la propietaria no ha limpiado”.

El organizador dijo que hay muchos inquilinos y propietarios que desconocen los derechos de cada uno y por eso deben estar conectados con sindicatos de inquilinos locales.

Agregó que en el caso de la familia Benítez, el edificio está bajo la Ordenanza de Renta Estabilizada (RSO), una ley local que limita los aumentos de alquiler por encima del límite permitido dentro de un período de 12 meses.

Así que pese a que el apartamento se quemó, la dueña tiene la obligación de arreglarlo y la familia Benítez tiene derecho al primer retorno, es decir a mudarse al apartamento en cuanto haya sido arreglado y no ofrecerlo a mayor renta a otras personas.

Sanes explicó también que es importante pedir que la dueña rinda cuentas, presente un plan de trabajo sobre cómo van a mantener el edificio y cómo van a adaptar las unidades, si es que la familia Benítez desea regresar.

“Un incendio como el que golpeó a la familia Benítez  es un accidente y una tragedia, pero un sistema que permite que un accidente desplace a las personas y las saque de su comunidad y las elimine de sus conexiones con el trabajo, la escuela, la iglesia, eso no es un accidente, es un fracaso de la política”, dijo el organizador.

La Opinión intentó contactar a la dueña del edificio, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta. 

La familia tiene una página de GoFundMe para recaudar fondos para comenzar nuevamente de las cenizas.

Puede visitar su pagina https://www.gofundme.com/f/bdxgp-help-this-family-rise-from-the-ashes

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