Familia del joven que murió al caer de un edificio tiene muchas dudas sobre lo ocurrido

Familia latina vive la incertidumbre de no saber si Charlie Zamora se suicidó al lanzarse del séptimo piso de un edificio o si fue asesinado

Charlie Zamora falleció al caer de un edificio en Wilshire Blvd.

Charlie Zamora falleció al caer de un edificio en Wilshire Blvd.  Crédito: JORGE MACÍAS | Impremedia

Coral Orozco, la madre de Charlie Zamora, un joven latino de 28 años, se debate en la incertidumbre al no saber si su hijo se lanzó al vacío desde el barandal del séptimo piso del hotel Wilshire Royale o si alguien lo asesinó.

El cuerpo de Charlie fue encontrado en la parte trasera del hotel, en el área del estacionamiento y encima de una estructura metálica.

De acuerdo con la breve información que la policía dio a la familia, el joven sufrió fractura del cuello y de las piernas. Las heridas fueron mortales por el impacto de la caída y hasta el momento la familia no ha recibido informes oficiales de la causa del fallecimiento.

“Queremos justicia”, dijo Coral Orozco, a La Opinión. “Necesitamos saber si mi hijo se quitó la vida o alguien más lo empujó”.

La duda de la mujer originaria de Veracruz, México se basa en que ella trabaja a menos de 400 pies de distancia del lugar donde su hijo perdió la vida y “Hellen” la novia hispana con quien Charlie vivía no le informó nada.

De hecho, desde el fallecimiento de Charlie, su novia se encuentra desaparecida.
La familia dio a conocer que trabajadores de un edificio contiguo al hotel notificaron desde las 9:00 de la mañana a la policía del cuerpo que yacía en el primer piso, sobre la estructura metálica del edificio.

Dos horas y media después arribó la policía a la escena y el cuerpo fue levantado hasta las 7:30 de la noche.

Coral Orozco reveló que su hijo tuvo problemas con las drogas por dos años y ya se había regenerado.
“El nunca manifestó que quisiera acabar con su vida, ni tenía problemas de salud mental”, afirmó la afligida madre.

Ella y numerosos familiares acuden diariamente a rezar por el descanso eterno del alma de Charlie, en la esquina del bulevar Wilshire y la calle Rampart. Ahí instalaron un altar improvisado con veladoras, flores y fotografías del joven, ahora occiso.

“Mi hermano era una persona alegre; en esta calle [Rampart] todos lo conocían y a todos saludaba”, contó Yajdiel Zamora, hermano menor de Charlie. “Él estaba limpio; a una señora que anda con su bastón por la calle, siempre le ayudaba a cargar sus bolsas del mercado…era un buen ser humano”.

Estupefactos por la noticia de la muerte de aquel joven a quien le fascinaba andar en su patineta eléctrica, la familia defendió su integridad

“Mi sobrino no era un delincuente y nunca estuvo en la cárcel”, dijo Isabel Vázquez, tía de Charlie. “Nosotros solamente queremos saber si fue un accidente o no”.

Drake Madison, portavoz del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), indicó que su oficina no emitió ningún comunicado de prensa sobre el incidente porque los oficiales que estuvieron en la escena concluyeron que se trataba de un suicidio.

Sin embargo, la respuesta oficial del fallecimiento de Charlie Zamora estará en el reporte del médico forense del condado.

Una portavoz de esa oficina expresó a La Opinion que los resultados se darán a conocer entre seis y ocho semanas.

“La policía me llamó a la 1:30 de la mañana [del miércoles] para decirme que mi hermano había muerto”, comentó Yajdiel Zamora. “No lo podía creer porque mi hermano no era una persona que se quisiera matar o que fuera depresivo; hasta ahora no han aclarado cómo se cayó [desde el séptimo piso] y cómo es posible que nadie haya escuchado nada”.

Y, con lágrimas en el rostro, Tony Aceituno, de 24 años, otro hermano de Charlie dijo que, aunque no tenían una relación muy estrecha, su hermano era un hombre que le gustaba ser libre.
“Era muy creativo y siempre era el que nos hacía reír a todos”, dijo. “Lo extrañaremos siempre”.

En servicio Línea de vida 9-8-8 contra el suicidio
Si bien la muerte de Charlie Zamora no ha sido declarada oficialmente como un suicidio, desde el 16 de julio hay ayuda para personas que sufren de crisis emocionales o tienen pensamientos suicidas.

El número 9-8-8 llamada “Suicide & Crisis Lifeline” (Línea de vida de crisis y suicidio), ha sido designado como el nuevo código de marcación gratuito las 24 horas del día, los 7 días de la semana para conectar a las personas que llamaban a la antigua Línea Nacional de Prevención del Suicidio.

“La línea está disponible para todos, en inglés y español, y tiene un sistema de traducción para otros idiomas”, dijo a La Opinión, Clarissa Rojas, directora de comunicaciones en la oficina del congresista Tony Cárdenas, uno de los principales líderes de la Ley de Implementación 988. “No se pregunta nunca el estatus migratorio de nadie”.

Cuando se llama al 9-8-8 en cualquier caso de emergencia de salud mental, pensamientos suicidas, abuso de drogas y alcohol, la persona que se encuentra al otro lado de la línea es un consejero que puede ayudar a solucionar un problema.

“La ayuda puede terminar con una llamada, pero, de ser necesario, ese consejero puede brindar otros recursos de ayuda en la red y sugerencias”.

En 2021, la Línea Nacional de Prevención del Suicidio recibió 3.6 millones de llamadas, chats y mensajes de texto. Con el nuevo código 9-8-8, la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) espera que ese número se duplique dentro del primer año completo.

Según SAMSHA, la implementación exitosa del 9-8-8 requiere una inversión y compromiso continuos de los estados y territorios. De los 50 estados, solo cinco estados han aprobado proyectos de ley 9-8-8 que incluyen financiamiento sostenible a través de tarifas de servicios telefónicos.

“Ahora que se lanzó el 9-8-8 en todo el país, tenemos una oportunidad histórica de cambiar la forma en que se tratan las crisis de salud mental en Estados Unidos”, dijo el congresista Cárdenas. “Si queremos enfrentar este momento, debemos actuar con urgencia y asegurarnos de que todos los estados tengan los fondos y los recursos para responder a una persona en crisis”.

De hecho, el Congreso ya ha enviado más de $500 millones en fondos federales para el 9-8-8, pero los centros de llamadas están haciendo sonar la alarma de que necesitan más fondos.

Clarissa Rojas explicó que en el condado de Los Ángeles se cuenta con el Equipo Móvil de Respuesta cuando suceden crisis de salud mental o cuando una persona actúa de forma errática.

Asesinado por agentes del LAPD
Un ejemplo, recordó, fue un muchacho [Jonathan Murillo, de 23 años] de Pacoima que, quizás no tomaba sus medicamentos y la familia se espantó por su comportamiento, se encerró en su recamara, llamaron al 9-1-1, que era el número de emergencia disponible en aquel momento.

“La crisis de salud mental de aquel muchacho terminó cuando la policía disparó y lo mató”, dijo. Al parecer, Murillo tenía un cuchillo en su mano y amenazaba a sus familiares. Fue acribillado a balazos en febrero de este año.

Esta muerte fue el resultado del primer tiroteo fatal de 2022 que involucró a oficiales del LAPD.

Según el jefe Michel Moore, un equipo de especialistas en salud mental habían sido enviado para resolver el incidente. Pero nunca llegaron a tiempo porque el tiroteo mortal ya había ocurrido.

“Después de la pandemia han aumentado los casos de gente con problemas de salud mental y el congresista Cárdenas vio la necesidad de actuar de inmediato”, manifestó Clarissa Rojas. “Por ello, este número 9-8-8 se ha creado para que sea fácil de recordar y la respuesta sea rápida, y, sobre todo, que ayudará a salvar vidas”.

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