Las cocineras del Chapo Guzmán que tuvieron un trágico destino
Aunque sus actividades no eran ilegales, ambas estaban conscientes de los riesgos que representaba trabajar para el líder del Cártel de Sinaloa
En 2016 las autoridades mexicanas dieron uno de los golpes más grandes al narcotráfico, al lograr la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán luego de haberse fugado por segunda vez, lo que representó su último arresto antes de ser extraditado a Estados Unidos.
“Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”, escribió el entonces presidente Enrique Peña Nieto en Twitter.
En aquella ocasión, el capo fue ubicado en una casa en el municipio de Los Mochis, Sinaloa, en donde elementos de la Marina montaron un operativo para su captura.
Un enfrentamiento con sicarios del Chapo le permitió al líder criminal escapar por la red pluvial junto con su jefe de seguridad, Iván Gastelum, alias el “El Cholo”, aunque más tarde fueron localizados y asegurados en la carretera rumbo a Navojoa.
Sin embargo, ambos delincuentes no fueron los únicos detenidos aquel 8 de enero, pues en el inmueble de Los Mochis había dos cocineras que trabajaban para Guzmán Loera, y que se escondieron en un baño durante la balacera.
Las dos mujeres, originarias de Durango e identificadas como Lilia y Celia, fueron detenidas por elementos de la Marina acusadas de portar armas y pertenecer al Cártel de Sinaloa, aunque ellas lo niegan rotundamente.
Durante casi ocho años, fueron las encargadas de cocinarle al narcotraficante y, de acuerdo a las declaraciones de la hija de una de ellas, generalmente hacían platillos sencillos como huevos, frijoles y machaca.
Asimismo, Lilia y Celia se encargaban de limpiar la casa en la que vivía el Chapo, así como también de lavar su ropa. Aunque sus actividades no eran ilegales, ambas estaban conscientes de los riesgos que representaba trabajar para el delincuente.
Desde su arresto ocurrido hace seis años, su juicio ha sido postergado en reiteradas ocasiones, por lo que las cocineras permanecen detenidas en una prisión del estado de Morelos, sin que se pueda definir su futuro.
“No existe ninguna disposición que limite a una persona a no poder trabajar como empleada doméstica con alguien a quien se le acusa de ser el líder de un grupo de la delincuencia organizada”, declaró el abogado de ambas mujeres.
Pese a ello, prepararle su comida al Chapo sí les trajo consecuencias y hoy en día siguen pagando por eso.
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