Paracaidista de Tennessee murió luego de intentar hacer una acrobacia previo a un juego de fútbol americano estudiantil

Ante la mirada de sus propios familiares y de cientos de personas, Richard Sheffield se precipitó directo al piso

El paracaídas en que tanto confiaba le jugó una mala trastada

Los hijos de Richard Sheffield aseguran que siempre quiso vivir a prisa y hoy lloran por su sorpresiva muerte. Crédito: MARTIN BERNETTI | AFP / Getty Images

Richard Sheffield, miembro de un equipo profesional de paracaidismo, perdió la vida después de caer en picada directo al suelo durante un espectáculo previo a un encuentro de fútbol americano organizado por una escuela secundaria de Tennessee.

Con el objetivo de entretener a los asistentes del Musket Bowl, un juego de rivalidad anual en el condado de Washington entre las escuelas secundarias David Crockett y Daniel Boone, se organizó un acto de paracaidismo que desafortunadamente se salió de control.

Las imágenes captadas por la cámara de video de un teléfono móvil muestran cómo, al intentar realizar un aterrizaje acrobático, ante la mirada de sus propios familiares y cientos de personas, Sheffield, de 55 años, se precipitó desde el aire luego de girar en círculos para después caer detrás del estadio donde tendría lugar el encuentro deportivo.

Aunque el sujeto con más de 1,500 saltos en su trayectoria de inmediato fue llevado en avión a un hospital, minutos después fue declarado muerto.

Sheffield estuvo casado con su esposa Kim durante 38 años y ambos procrearon a los mellizos, Stacey y Casey quienes en redes sociales le dedicaron algunos mensajes al hombre que los enseñó a saltar en paracaídas desde que tenían 7 años.

“Una de las cosas que más le gustaba a papá era ir rápido, y así fue como salió. Estoy muy agradecida por la relación que tuvimos. Hablamos todos los días, varias veces al día. Poder saltar en paracaídas con tu papá es otro nivel de genialidad”, señaló Stacey en su perfil de Facebook.

Por su parte, Casey indicó que su padre era consciente del peligro en cada uno de sus saltos, pero que quería vivir la vida al máximo.

Él conocía los riesgos, pero le encantaba ir rápido, y así fue como terminó. Nos encantaba volar juntos y estoy agradecido de haber compartido el cielo con él. Pensar que no puedo levantar el teléfono para llamarlo no se siente real”, subrayó.

En medio de la tragedia, Jerry Boyd, superintendente de escuelas del condado de Washington, envió sus condolencias a la familia.

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