Durante más de 400 días fueron secuestrados 52 estadounidenses en Teherán en 1979
La crisis empezó el 4 de noviembre de 1979 y se prolongó hasta el 20 de enero de 1981.
Entre 200 y 500 estudiantes iraníes seguidores de la revolución islamista del ayatolá Jomeini conmocionaron a todo Estados Unidos cuando irrumpieron en la embajada estadounidense en Teherán el 4 de noviembre de 1979, y los fundamentalistas islámicos radicales tomaron 90 rehenes.
Los estudiantes estaban enfurecidos porque al monarca de Irán, Sah, se le había permitido ingresar a los Estados Unidos para recibir tratamiento médico y amenazaron con asesinar a los rehenes si se intentaba algún rescate.
Días después, el líder provincial de Irán renunció y el ayatolá Jomeini, el líder de los revolucionarios fundamentalistas de Irán, tomó el control total del país y del destino de los rehenes.
Dos semanas después del asalto a la embajada, el ayatolá comenzó a liberar a todos los cautivos no estadounidenses y a todas las mujeres y las minorías norteamericanas, citando a estos grupos entre las personas oprimidas por el gobierno de los Estados Unidos. Los 52 cautivos restantes quedaron a merced del ayatolá durante los siguientes 14 meses.
El presidente Jimmy Carter no pudo resolver diplomáticamente la crisis y el 24 de abril de 1980 ordenó una desastrosa misión de rescate en la que ocho militares estadounidenses murieron y no se rescató a ningún rehén.
Tres meses después, el ex Sah murió de cáncer en Egipto, pero la crisis continuó. En noviembre de 1980, Carter perdió las elecciones presidenciales ante el republicano Ronald Reagan. Poco después, con la ayuda de intermediarios argelinos, finalmente comenzaron negociaciones exitosas entre Estados Unidos e Irán.
A menudo, el movimiento islamista mostraba a los rehenes con los ojos vendados a la población local y a las cámaras de televisión.
El 20 de enero de 1981, el día de la investidura de Reagan, Estados Unidos liberó casi $3 mil millones en activos iraníes congelados y prometió $5 mil millones más en ayuda financiera. Minutos después de que Reagan prestara juramento, los rehenes salieron de Irán en un avión argelino, poniendo fin a su calvario de 444 días.
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