Sobrevivientes de masacre indígena denuncian violencia en México, teman que se repita la tragedia
25 años después de una de las peores masacres en la historia de México, familiares advierten que poco a poco se está gestando un contexto similar y temen que se repita la tragedia
La Matanza de Acteal fue una incursión paramilitar en la localidad de Acteal, Chiapas, al sureste de México, el 22 de diciembre de 1997, donde murieron 45 personas. A 25 años de uno de los sucesos que marcaron la historia moderna de México, familiares acusan retenciones y violaciones a sus derechos humanos.
A más de dos décadas, familias y sobrevivientes de aquella masacre, denunciaron que viven hostigamiento y ataques, como el corte de luz, agua, privación ilegal de la libertad y multas elevadas por falsas acusaciones.
Integrantes de la Sociedad Civil las Abejas de Acteal urgieron la intervención del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, por la problemática que se agrava en las comunidades Campo Los Toros, Bach’en y Nuevo Yibeljoj del municipio de Chenalhó, donde conflictos armados han desplazado a miles de indígenas.
“Le decimos al presidente municipal que estos hechos que viven nuestros compañeros ya mencionados, son casos de emergencia y de gravedad que pueden constituir situaciones de desplazamientos forzados”, dijo Toño Gutiérrez, coordinador de Las Abejas de Acteal.
Su denuncia se produce poco antes de cumplir 25 años de la matanza cometida por paramilitares contra 45 indígenas tzotziles que simpatizaban con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Los sobrevivientes recordaron cómo se fue gestando la violencia ese año y cómo las autoridades minimizaron esos pequeños problemas que después se magnificaron.
“Hoy al igual que hace 25 años, a pocos días de cumplirse la cruel masacre de Acteal, venimos aquí a la cabecera municipal de Chenalhó para advertirle al presidente municipal (…) que no sigan el ejemplo y camino que tomó su antecesor del año 1997”, expresaron.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en México, todo se disparó 7 meses antes de que ocurriera la masacre, con una serie de homicidios, desapariciones de personas, daños y robos a casas habitación que provocaron la migración de miles de indígenas por temor a ser agredidos.
Para el 22 de diciembre de 1997, un grupo de aproximadamente 60 paramilitares vestidos de negro dispararon con armas reservadas para uso exclusivo del Ejército Mexicano a un grupo de hombres, mujeres y niños integrantes de la organización pacífica “Las abejas” que se encontraban haciendo oración dentro de un templo del poblado Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó, Chiapas.
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