La edad en que los niños tienen teléfonos móviles no tiene que ver con su bienestar: por qué

La edad promedio a la que los niños recibieron sus primeros teléfonos fue de 11,6 años, y la adquisición de teléfonos aumentó abruptamente entre los 10,7 y los 12,5 años

La edad en que los niños tienen teléfonos móviles no tiene que ver con su bienestar: por qué

Los padres brindan los dispositivos para informar sobre su paradero, acceder a Internet o mantener conexiones sociales. Crédito: Monkey Business Images | Shutterstock

Una investigación de Stanford Medicine no encontró una conexión entre la edad en que los niños adquirieron su primer teléfono celular y sus patrones de sueño, síntomas de depresión u otros.

El estudio publicado en Child Development siguió a un grupo de más de 250 niños durante cinco años en los cuales la mayoría de ellos adquirió sus primeros teléfonos celulares.

Los científicos rastrearon el bienestar de los participantes a medida que hacían la transición a la propiedad del teléfono, en lugar de comparar a los niños que usan teléfonos con los que no.

“Encontramos que si los niños en el estudio tenían o no un teléfono móvil, y cuándo tuvieron su primer teléfono móvil, no parecía haber vínculos significativos con su bienestar y los resultados de ajuste”, dijo la co-autora, Xiaoran Sun, PhD.

Para los padres que se preguntan cuándo darle un teléfono a su hijo, Sun explica que no parece haber una regla de oro sobre esperar hasta el octavo grado o cierta edad.

Niños reciben sus teléfonos a los 11 años

Por otra parte, el equipo de investigación siguió a un grupo de niños latinos de bajos ingresos en el norte de California como parte de un proyecto más amplio destinado a prevenir la obesidad infantil.

Poca investigación anterior se ha centrado en la adquisición de tecnología en poblaciones no blancas o de bajos ingresos, dijeron los investigadores.

Según la investigación, la edad promedio a la que los niños recibieron sus primeros teléfonos fue de 11,6 años, y la adquisición de teléfonos aumentó abruptamente entre los 10,7 y los 12,5 años, un período durante el cual la mitad de los niños adquirieron sus primeros teléfonos.

Los resultados pueden sugerir que cada familia programó la decisión de lo que pensaban que era mejor para su hijo.

“Una posible explicación de estos resultados es que los padres están haciendo un buen trabajo al hacer coincidir sus decisiones de darles teléfonos a sus hijos según las necesidades de sus hijos y sus familias”, dijo el autor principal del estudio es Thomas Robinson, profesor de salud infantil y profesor de pediatría y medicina.

La adquisición temprana del teléfono no se vinculó con problemas, anotó, pero tampoco lo fue la adquisición tardía del teléfono, y “si los padres quieren retrasar, tampoco vimos efectos negativos”.

Las razones de darle un teléfono a un niño van desde informar a los padres sobre su paradero, acceder a Internet o mantener conexiones sociales.

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