Estudio: ciudades mayas tienen importantes niveles de contaminación por mercurio
Actualmente hay zonas en las que la contaminación es tan grave que podría suponer un riesgo para la salud de los arqueólogos
Varios siglos después de que fueron construidas, las ciudades mayas siguen impresionándonos y últimamente más, pues investigadores descubrieron que están contaminadas con altos niveles de mercurio.
En una investigación publicado en la revista Frontiers in Environmental Science científicos descubrieron contaminación por mercurio bajo la superficie de ciudades mayas, que data de varios siglos atrás.
Pero los investigadores descubrieron que esta contaminación no es moderna, sino que es el resultado del uso generalizado de mercurio y productos que contienen mercurio por parte de los mayas entre los años 250 y 1100 de nuestra era.
“Descubrir mercurio enterrado a gran profundidad en suelos y sedimentos de antiguas ciudades mayas es difícil de explicar hasta que empezamos a considerar la arqueología de la región, que nos dice que los mayas utilizaron mercurio durante siglos,” declaró el Dr. Duncan Cook, profesor asociado de Geografía en la Universidad Católica Australiana, y autor principal del estudio.
La revisión de todos los datos sobre concentraciones de mercurio en el suelo y los sedimentos de los yacimientos arqueológicos del antiguo mundo maya demuestra que la contaminación por mercurio es detectable en casi todas partes.
Incluso actualmente, hay zonas en las que la contaminación es tan grave que podría suponer un riesgo para la salud de los arqueólogos actuales.
¿Por qué hay altos niveles de contaminación por mercurio?
Los autores señalan que se han encontrado vasijas selladas llenas de mercurio “elemental” (es decir, líquido) en varios yacimientos mayas, como Quiriqua (Guatemala), El Paraíso (Honduras) y la antigua megalópolis multiétnica de Teotihuacán (México central).
En otros lugares de la región maya, los arqueólogos han encontrado objetos adornados con pinturas que contienen mercurio, elaboradas principalmente con el mineral cinabrio.
Los investigadores concluyen que los antiguos mayas utilizaban con frecuencia pinturas y polvos que contenían cinabrio y mercurio para decorar. Este mercurio podría haberse filtrado de patios, suelos, paredes y cerámicas, y posteriormente haberse extendido al suelo y al agua.
“Para los mayas, los objetos podían contener ch’ulel, o fuerza del alma, que residía en la sangre. De ahí que el pigmento rojo brillante del cinabrio fuera una sustancia inestimable y sagrada, pero sin que ellos lo supieran también era mortal”, explica el Dr. Nicholas Dunning, profesor de la Universidad de Cincinnati y coautor de la investigación.
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