Antidepresivos afectan las emociones tanto negativas como las positivas

Una nueva investigación explica que los pacientes informan que se sienten emocionalmente aburridos y que ya no encuentran las cosas tan placenteras como solían hacerlo

Antidepresivos afectan las emociones tanto negativas como las positivas

Los medicamentos afectaron la sensibilidad a las recompensas y la capacidad de los pacientes para responder en consecuencia. Crédito: fizkes | Shutterstock

Los antidepresivos comunes hacen que alrededor de la mitad de sus usuarios se sientan emocionalmente “embotados” y al parecer los científicos descubrieron la razón.

En un estudio publicado hoy, muestran que las drogas afectan el aprendizaje por refuerzo, un proceso conductual importante que nos permite aprender de nuestro entorno.

El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) asegura que más de 8,3 millones de pacientes en Inglaterra recibieron un medicamento antidepresivo en 2021/22.

Se refieren a una clase de antidepresivos ampliamente utilizada, particularmente para casos persistentes o graves, son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Estos medicamentos se dirigen a la serotonina, una sustancia química que transmite mensajes entre las células nerviosas del cerebro y que se ha denominado la “química del placer”. Los ISRS comunes incluyen citalopram (Celexa), escitalopram (Lexapro), paroxetina (Paxil, Pexeva), fluoxetina (Prozac) y sertralina (Zoloft).

Pacientes están “emocionalmente aburridos”

Según informaron, uno de los efectos secundarios ampliamente reportados de los ISRS es el ’embotamiento’, donde los pacientes informan que se sienten emocionalmente aburridos y que ya no encuentran las cosas tan placenteras como solían hacerlo.

De hecho, aproximadamente entre el 40% y el 60% de los pacientes que toman ISRS experimentan este efecto secundario.

De acuerdo a la reseña del Sitechdaily, la mayoría de los estudios de los ISRS hasta ahora solo han examinado su uso a corto plazo, pero para el uso clínico en la depresión, estos medicamentos se toman de forma crónica, durante un período de tiempo más prolongado.

Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge, en colaboración con la Universidad de Copenhague administró escitalopram a voluntarios sanos, un ISRS conocido por ser uno de los mejor tolerados, durante varias semanas y evaluando el impacto.

Los participantes tomaron el fármaco o el placebo durante al menos 21 días y completaron un conjunto integral de cuestionarios de autoinforme y se les administró una serie de pruebas para evaluar las funciones cognitivas, incluido el aprendizaje, la inhibición, la función ejecutiva, el comportamiento de refuerzo y la toma de decisiones.

El equipo no encontró diferencias significativas entre los grupos en lo que respecta a la cognición “fría”, como la atención y la memoria. No hubo diferencias en la mayoría de las pruebas de cognición “caliente”: funciones cognitivas que involucran nuestras emociones.

El equipo descubrió que los participantes que tomaban escitalopram eran menos propensos a usar la retroalimentación positiva y negativa. Esto sugiere que la droga afectó su sensibilidad a las recompensas y su capacidad para responder en consecuencia.

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