Pérdida de empleos, el mayor temor ante una posible recesión en EE UU
Nadie sabe a ciencia cierta si habrá o no una desaceleración de la economía, pero hay preocupaciones
A medida que comenzamos el año 2023, la inflación ha bajado, pero ese es el final de las buenas noticias sobre la economía, ya que se cierne la amenaza de una recesión que podría resultar en la pérdida de millones de empleo y recortes presupuestales que traerán dolor a muchos estadounidenses.
Durante la videoconferencia ”¿Qué tan ajustada estará la economía en 2023?” organizada por Ethnic Media Services, un panel de expertos habló sobre cuánto duraría esta recesión, qué poblaciones sufrirán más y qué áreas de la economía se verían más afectadas.
¿Tendremos o no una recesión?
El doctor George Fenton, analista de políticas del Center for Budget and Policy Priorities (CBPP), dijo que realmente no sabemos si habrá una recesión en 2023, y el consenso es que si tenemos una recesión, será corta y superficial. Pero podría ser corta y profunda; o larga y poco profunda.
“En realidad no estamos seguros de lo que va a pasar, lo que importa es tener una fundación firme de seguridad económica con políticas y programas antipobreza”.
Comentó que los pronósticos están cambiando, y Mark Zandi, jefe de economistas en Moody’s Analytics ha dicho que estamos ante un 50/50 de probabilidades de ver o no una recesión en 2023 mientras que un sondeo con más de 40 economistas de Bloomberg dio un pronóstico más alto de 70-30.
La doctora Wendy Edelberg, directora del The Hamilton Project y miembro principal de Estudios Económicos de la Institución Brookings, así como ex economista jefe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, dijo que una de las razones por las que la economía necesita bajarle el ritmo es debido en parte a todo el apoyo fiscal dado; y porque los hogares y las empresas están gastando como si no hubiera una pandemia.
“La participación en la fuerza laboral todavía está significativamente por debajo con un millón y medio o dos millones menos de trabajadores de lo esperado”.
Así que dijo que hablando ampliamente, la economía debe reducir su velocidad o algo milagroso tiene que pasar, lo cual es poco probable.
Observó que a pesar de todas nuestras preocupaciones sobre hacia dónde podría dirigirse la economía, tenemos un mercado laboral muy fuerte con 225,000 nuevos empleos netos creados en diciembre de 2022.
Pero dijo que de alguna manera vamos a tener que pasar del punto A, donde estamos actualmente, al punto B, donde nuestra economía tenga una base más estable y más lenta.
“Ya sea que eso signifique o no, un año de crecimiento modestamente positivo, o solo un puñado de trimestres con un crecimiento ligeramente negativo”.
Añadió que la desaceleración de la economía, se centrará en el sector de producción de bienes, que ha estado muy fuerte, fuera de lo normal; y finalmente está comenzando a regresar a la tierra.
“El sector de bienes se sentirá mucho más débil que el de servicios. Incluso si estamos en recesión, no me sorprendería si seguimos viendo un crecimiento bastante bueno en ese sector a medida que las personas continúan volviendo a los servicios cara a cara”.
El doctor Rakeen Mabud, jefe de economistas y director general de políticas e investigación de Groundwork Collaborative, dijo que no estamos fuera de peligro.
“La Federación ha aumentado las tasas de interés siete veces durante el último año. Y existe un riesgo significativo de que la Reserva Federal empuje a nuestra economía a una recesión innecesaria, lo que dejaría sin trabajo a millones de personas, ralentizará el crecimiento de los salarios y causaría un inmenso dolor económico financiero”.
Pero dijo que tenemos que partir del principio de que no podemos tener una economía saludable a menos que las personas que mantienen nuestra economía en marcha, trabajadores, familias, consumidores estén bien.
“El presidente de la Reserva Federal (Jeremy) Powell realmente necesita reconocer esto y poner a la gente por encima de su guerra contra los precios”.
Y reconoció que le preocupa que estos aumentos de tasas no aborden las causas subyacentes de lo que está impulsando los precios más altos.
“La razón por la que tenemos una inflación más alta hoy no es porque la gente tenga demasiado dinero en sus bolsillos o porque esté gastando de manera excesiva sino porque tenemos un sistema construido por y para las grandes corporaciones que ha fallado por completo en satisfacer las necesidades de las personas en un momento de crisis”.
Dijo que el reporte del Buró de Estadísticas del Trabajo deja muy claro que en realidad no necesitamos un desempleo masivo para reducir la inflación.
“Los precios pueden bajar sin dejar a millones de personas sin trabajo o tirarlos a los leones; de hecho, tenemos otras herramientas más allá de la Reserva Federal, que en realidad son más apropiadas dada la inflación que estamos experimentando hoy”.
Concluyó diciendo que a los trabajadores y las familias que ya están luchando con los altos precios no se les debe pedir que pongan bajo sus hombros la carga adicional de un alto desempleo.
“No es algo efectivo y va en contra del objetivo compartido de construir realmente una economía resistente y sostenible que funcione para todos”.