La casa donde vivió Polo Polo de niño se convirtió en parte de una plaza pública
La vivienda donde creció el precursor del stand up fue demolida junto con otras para construir una plaza pública
Al inicio de semana falleció Leopoldo Roberto García Peláez Benítez, mejor conocido en la farándula mexicana como Polo Polo.
Su peculiar estilo de entretener al público a través de los chistes subidos de tono que contaba desde hace décadas, lo convirtieron en uno de los precursores del stand up en México, pues su carrera comenzó a despuntar desde finales de los 70s.
Sin embargo, el tiempo poco a poco le fue cobrando factura a través de su salud y comenzó a padecer la pérdida de memoria, problema que lo obligó a retirarse de los escenarios en 2018.
Desde entonces, el cómico vivía recluido en su casa, donde sus familiares le ayudaban a tratar de sobrellevar problemas de razonamiento a consecuencia de múltiples derrames cerebrales que venía arrastrando y que detonaron su muerte a los 78 años.
Originario de León, Guanajuato, Polo Polo vivió su niñez en el centro histórico de su ciudad, específicamente en la calle de Zaragoza.
De acuerdo con el testimonio de Eduardo López Gómez, vecino de la zona, la familia del cuenta chistes llegó a tener un taller de calzado del cual obtenía los recursos económicos necesarios para salir adelante.
No obstante, el crecimiento de la población guanajuatense obligó a modificar algunas zonas de la ciudad y varias colonias tuvieron que ceder predios para modernizarla y el mejor ejemplo de ello fue la casa donde llegó a habitar Polo Polo, quien al crecer decidió emigró a la Ciudad de México con el objetivo de abrirse camino en la industria del entretenimiento.
De acuerdo con información dada a conocer por el sitio La Silla Rota, la vivienda donde creció el cómico del doble sentido —también conocido como albur— fue demolida junto con otras construcciones para formar parte de lo que actualmente se conoce como la plaza pública del Templo Expiatorio, considerada una bella casa de oración para los devotos católicos, donde de manera permanente está expuesto el Santísimo Sacramento para la expiación de pecados, en la ciudad de León.
Dicha revelación resulta contrastante con la personalidad característica de Polo Polo, a quien, por varios de sus picosos chistes, donde lo mismo hablaba de curas que de Dios, el diablo y el infierno, podrían haberlo considerado un candidato ideal para ser excomulgado.
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