Esposa de Genaro García Luna explica ingresos de su familia, pero no desestima acusaciones de narcotráfico
Cristina Pereyra, esposa de Genaro García Luna, explicó los ingresos de ella y su esposo de 2001 a 2012, así como la compra y venta de viviendas, vehículos y negocios, aunque no enfrentó cuestionamientos sobre acusaciones por narcotráfico que enfrenta su esposo
Cristrina Pereyra, esposa de Genaro García Luna, fue la única testigo a favor de su pareja. Crédito: Jane Rosenberg | EFE
NUEVA YORK.- Cristina Pereyra, esposa de Genaro García Luna, rindió testimonio, pero no para desestimar los señalamientos de conspiración sobre narcotráfico contra su esposo, sino para explicar los ingresos y bienes de su familia entre 2001 y 2012.
Guiada por el abogado defensor Florian Miedel, Pereyra logró explicar la compra y venta de automóviles, motocicletas y al menos tres viviendas, incluida una en Jardines de la Montaña, en el mismo barrio donde Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, dijo que Arturo Beltrán Leyva tenía una casa donde se reunió en varias ocasiones con García Luna.
El testimonio de la esposa del exsecretario de Seguridad Pública de México inició estableciendo que conoció a su pareja cuando ambos trabajaban en el Cisen en 1989, pero ella dejó esa oficina de espionaje del Gobierno mexicano tres años después, donde García Luna continuó laborando.
En el contrainterrogatorio, la asistente del fiscal Erin Reid preguntó a Pereyra si en esa dependencia García Luna conoció a Luis Cárdenas Palonimo, exfuncionario federal señalado en la presunta red de corrupción del exsecretario para proteger al Cártel de Sinaloa, a los Beltrán Leyva y otras organizaciones.
“¡Objeción!”, gritó la defensa. El juez bloqueó el cuestionamiento a la fiscal Reid, quien encontró ahí su primera gran barrera.
Previamente Miedel guió a Pereyra con cuestionamientos para explicar cómo ella y su esposo compraron su primer vivienda en Xochimilco, luego ella montó un negocio de equipo de oficina, compraron otro terreno con un bono de fin de año y así sucesivamente fue justificando la adquisición de otras propiedades, vendiendo unas y solicitando créditos hipotecarios.
El defensor no dejó nada al aire, incluso la vivienda en Jardines de la Montaña valuada en unos $7 millones de pesos mexicanos, adquirida con la venta de otra vivienda y justificada con los ingresos de ambos, él ya como secretario en el gobierno de Felipe Calderón.
La fiscal Reid demostró que Pereyra no reportó sus ingresos en las declaraciones patrimoniales que García Luna debió presentar, había inconsistencias de 2003 a 2007, pero en 2008 comenzó a hacer sus reportes con ingresos de ella por $380,000 pesos, pero tuvo un salto en 2009 al reportar $3.5 millones de pesos mexicanos adicionales.
Aunque la fiscal Reid cuestionó por qué había ese salto significativo en los ingresos, Pereyra indicó que se hicieron correcciones en la declaración, por lo que eso permitió reportar los ingresos, los cuales provenían en gran medida de su cafetería Los Cedros, en Morelos.
De 2009 a 2012, la esposa de García Luna expuso los ingresos, con un reporte final de $6.4 millones de pesos en el último año, aunque después hubo un reporte complementario no especificado.
La fiscal cuestionó a Pereyra sobre la mudanza de la familia en 2012 a Miami y preguntó si vivió en una casa de $3.7 millones de dólares a nombre de… “¡objeción!”, gritó la defensa. Hubo una reunión entre las partes con el juez Cogan. La fiscal no pudo ahondar al respecto.
Esa propiedad fue parte del bloqueo que el juez Cogan señaló como limitante para los fiscales, quienes no podían abordar la riqueza de García Luna a partir del 2013. Los fiscales ya no pudieron hacer más.
Pereyra enfrentó ninguno de los cuestionamientos relacionados con la presunta conspiración de su esposo con cárteles, principalmente el de Sinaloa.
El miércoles, los fiscales y la defensa darán sus mensajes de cierre del caso, para que luego el juez Cogan explique al jurado las reglas a seguir sobre las deliberaciones.
