Temazcal prehispánico o el regreso al vientre materno

En México, desde tiempos antiguos, el temazcal, “baño de vapor”, ha desempeñado un papel importante en la vida social,religiosa y de sanación

Tepeyolohtli en la entrada del temazcal guía a un grupo de mujeres que buscan renovación espiritual

Crédito: Cortesía

MEXICO.- El  temazcal  prehispánico se volvió popular en los últimos años. Entre otras razones, porque promete la experiencia de hacer sentir a los usuarios que regresan “a la paz del vientre materno”.

Sin complicados sistemas hídricos, sin tuberías ni regaderas o humificadores artificiales, el temazcalli (del náhuatl: tema, “vapor”, y calli, “casa”) se realiza en entornos naturales como bosques alejados del ruido de las ciudades.  

Se construye con palos de madera, sobre la tierra, y se humifica con piedras calientes conocidas como “abuelitas” a las cuales se baña con salvia, romero, ruda, menta… cualquier hierba del entorno. En casos de urgencia por dolor, se usa cannabis.

Estructura del temazcal en los Dinamos. CDMX.
Las piedras que sirven para detonar al vapor se calientan con leña antes de ingresar al temazcal. Foto: Gardenia Mendoza.
El ocote es madera de alta combustión que se utiliza en el ritual prehispánico.

En México, desde tiempos antiguos, el temazcal, “baño de vapor”, ha desempeñado un papel importante en la vida social,religiosa y de sanación. En la zona maya se conoce como chuj, en mam; chu, en kanhobalán; tuj, en quiché, y pus, en tzeltal

En este fotorreportaje, Eliú del Olmo (Tepeyolotli en su nombre nahuatl), heredero de la tradición, busca el mismo objetivo que sus ancentros en Los Dinamos, uno de los últimos bosques de la Ciudad de México.

Llamado al temazcal. Foto Gardenia Mendoza.
Participantes del ritual prehispánico en el municipio Magdalena Contreras de la CDMX. Foto: Gardenia Mendoza.
Usuaria del temazcal prehispánico agradece a las rocas incandescentes “Las abuelitas” por su labor de sanación. Foto: Gardenia Mendoza.
De regreso al vientre materno. Foto: Gardenia Mendoza.

“Nosotros seguimos pensando, como lo hacían nuestros antepasados, que entrar al temazcal significa entrar al vientre de la madre tierra, sanarse y salir renovado, con ganas de vivir, hacer, crear”. 

Al interior del temazcal, la temperatura puede alcanzar los 50 grados centígrados. Foto: Gardenia Mendoza.
La primera piedra “abuelita” en el ritual. Foto: Gardenia Mendoza.

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