Dos mujeres de Maine fueron encontradas con vida después de estar enterradas bajo la nieve durante cinco días
Angela Bussell y Kimberly Pushard salieron a jugar bolos el martes, pero casi de manera inexplicable se extraviaron en su regreso a casa y terminaron varadas en un camino poco transitado
El vehículo donde viajaban Angela Bussell y Kimberly Pushard se quedó sin gasolina y ello impidió que regresaran a casa. Crédito: Justin Sullivan | Getty Images
Durante días, Kimberly Pushard, de 51 años, y Angela Bussell, de 50, permanecieron desaparecidas a consecuencia de la inusual tormenta que sacudió a gran parte del país.
Todo sucedió después de que el martes pasado ambas mujeres se dirigían en una camioneta al Maine Mall ubicado en el sur de Portland a una hora de distancia.
El objetivo era jugar a los bolos, pero la hostilidad del clima las obligó a tomar la decisión de regresar a casa antes de llegar a su destino.
Para su mala fortuna, en algún momento del trayecto dieron un giro equivocado hacia Massachusetts y aunque en varias ocasiones intentaron llamar por teléfono a sus familiares para pedirles indicaciones sobre cómo llegar a casa, terminaron por internarse en un camino poco transitado hasta quedar varadas.
Al percatarse de que no regresaron a su domicilio y en virtud de que perdieron contacto, los seres queridos de las desaparecidas le solicitaron al Departamento de Policía de Topsham su apoyo.
El único dato proporcionado era que cerca de la medianoche presuntamente el vehículo donde viajaban las amigas se ubicaba cerca de Candia y Raymond, New Hampshire.
Aunque la policía recorrió la zona en busca de Angela y Kimberly, varios tramos de la carretera se encontraban en mal estado debido a la gran cantidad de nieve que cayó en la zona y no fue sino hasta el domingo por la tarde cuando se logró ubicarlas.
Debido a que la Jeep de las mujeres se quedó sin gasolina también se perdieron la opción de encender la calefacción y su única alternativa para no verse en más problemas fue permanecer en el interior de su unidad donde se enfrentaron a un intenso frío.
Durante un recorrido, el guardabosques Brad Richard se percató de que había un rastro de neumáticos en la entrada de un camino, entonces se dispuso a seguirlo y en algún momento descubrió a lo lejos la mayor parte de un Jeep enterrado en la nieve, pero sin rastros de huellas a su alrededor.
Ante la situación, el empleado forestal en primera instancia pensó que les había sucedido algo malo a los dueños de la unidad. No obstante, después de llamar a la puerta descubrió a unas asustadas, pero saludables mujeres.
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