Científicos entrenan células cancerosas para convertirlas en armas contra el cáncer
Las células T, parte del sistema inmunitario que aprende a identificar y atacar nuevos patógenos como los virus, pueden entrenarse para reconocer antígenos específicos del cáncer
Científicos han comenzado a usar las propias células cancerosas para que enseñen al sistema inmunitario del organismo a combatir el mismo cáncer del que proceden.
Investigadores de Stanford Medicine están usando la estrategia de algunas ciudades luchan contra las bandas con exmiembros que educan a los niños y privan a las bandas de nuevos reclutas, pero para atacar al cáncer.
“Este método podría abrir una vía terapéutica totalmente nueva para tratar el cáncer“, afirma el Dr. Ravi Majeti, catedrático de Hematología y autor principal del estudio.
Según se explica en el estudio publicado el 1 de marzo en Cancer Discovery, las células T, parte del sistema inmunitario que aprende a identificar y atacar nuevos patógenos como los virus, pueden entrenarse para reconocer antígenos específicos del cáncer, que son proteínas que generan una respuesta inmunitaria.
Por ejemplo, en la terapia con células T CAR, se extraen células T de un paciente, se programan para reconocer un antígeno cancerígeno específico y se devuelven al paciente. Pero hay muchos antígenos del cáncer, y los médicos a veces tienen que adivinar cuáles serán los más potentes.
Entrenar a las células para atacar el cáncer
La investigación sugiere que un enfoque mejor sería entrenar a las células T para que reconozcan el cáncer mediante procesos que imiten más de cerca la forma en que las cosas ocurren naturalmente en el cuerpo – como la forma en que una vacuna enseña al sistema inmunológico a reconocer patógenos.
Las células T aprenden a reconocer patógenos porque unas células presentadoras de antígenos (APC) especiales reúnen fragmentos del patógeno y se los muestran a las células T de forma que les dicen: “Este es el aspecto del patógeno, ve por él”.
Ahora que los investigadores se han vuelto expertos en transformar un tipo de célula en otro, Majeti y sus colegas tuvieron la corazonada de que si convertían las células cancerosas en un tipo de APC llamado macrófagos, serían naturalmente expertos en enseñar a las células T qué atacar.
“Nuestra hipótesis era que tal vez las células cancerosas reprogramadas en macrófagos podrían estimular a las células T porque esas APC llevan todos los antígenos de las células cancerosas de las que proceden”, explica Majeti, que también es Catedrático RZ Cao, director del Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa y director del Centro Ludwig de Investigación y Medicina de Células Madre Cancerígenas.
En el estudio recién publicado, los investigadores programaron células leucémicas de ratón para inducir a algunas de ellas a transformarse en APC. Cuando probaron su estrategia de vacuna contra el cáncer en el sistema inmunitario del ratón, los ratones eliminaron con éxito el cáncer.
“Cuando vimos por primera vez los datos que mostraban la eliminación de la leucemia en los ratones con sistemas inmunitarios funcionales, nos quedamos asombrados”, afirma Majeti. “No podíamos creer que funcionara tan bien”.
Los investigadores encontraron que incluso después de un tiempo, el sistema inmunitario recordaba lo que estas células entrenadas les habían enseñado
“Es más, demostramos que el sistema inmunitario recordaba lo que estas células les habían enseñado“, afirma Majeti. “Cuando reintrodujimos el cáncer en estos ratones más de 100 días después de la inoculación inicial del tumor, seguían teniendo una fuerte respuesta inmunológica que los protegía”.
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