Hacer amigos como adulto es posible, según los consejos de un psicólogo
A medida que nuestras responsabilidades aumentan con la edad, las probabilidades parecen volverse en nuestra contra cuando de hacer amigos se trata
Cuando somos niños lo más importante es divertirnos y jugar, no nos importa la posición social, raza, color de las otras personas. Pero con los años, nos volvemos selectivos y quisquillosos para hacer amigos.
A algunos con la adultez, les cuesta tanto conocer nuevas personas que se cuestionan si han perdido habilidades, tienen falta de identidad y en muchas ocasiones usan el “no tener tiempo”, como excusas de sus escazas relaciones.
Hacer amigos como adulto puede ser más complicado que cuando eras joven. Los desafíos logísticos y emocionales que implica crear nuevos vínculos como adulto a veces nos empujan a aislarnos. O bien, pueden llevarnos a creer la falsa noción de que nuestro tiempo para hacer nuevos amigos ha pasado.
El psicólogo estadounidense con títulos de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder, Mark Travers, Ph.D., ofrece algunas recomendaciones para ayudarnos a crear amistades duraderas en cualquier etapa de la vida.
Pasos para hacer amigos
La primera recomendación del especialista es “planificar y perseguir”. Explica que cuando somos niños, tenemos más oportunidades de conocer gente nueva y formar nuevas conexiones.
“La expectativa es que vayas donde vayas, harás un nuevo amigo. Sin embargo, a medida que nuestras responsabilidades aumentan con la edad, las probabilidades parecen volverse en nuestra contra”, dice.
Travers descata que el simple hecho de confiar en el azar al tratar de hacer amigos como adulto puede llevar a la decepción.
Una investigación publicada en el Journal of Personal and Social Relationships encontró que las personas que creen que la amistad depende principalmente de la suerte, tienden a ser más solitarias. Alternativamente, las personas que creen que hacer amigos requiere esfuerzo reportan menos sentimientos de soledad (y tienen más amigos).
Por ello, en su reseña para Forbes, el psicólogo recomienda tomar la iniciativa ya que esperar a que llegue la amistad puede ser un proceso largo y solitario.
“Usar la energía reprimida y canalizarla en pequeñas iniciativas como presentarte a los vecinos, ir a la iglesia o centro comunitario de tu localidad o incluso organizar una noche de cine puede ser mucho más fructífero y satisfactorio”, aconseja.
También recomienda que encontremos una comunidad y la clave es que compartan los mismos intereses que nosotros. “Ya sea un club de lectura, un compañero de entrenamiento, un compañero para hornear o un compañero para pasear perros, la vinculación en una actividad compartida podría ser una puerta de entrada a amistades profundas y duraderas”, dice Travers.
El segundo paso es “se abiertos”. Sobre todo porque conforme envejecemos, el instinto de compartir de cerca a alguien que acabas de conocer se desvanece.
“No somos tan libres como antes, y nuestro ser auténtico está reservado para unos pocos. Si bien esto es comprensible, es importante recordarse a sí mismo que no puede formar relaciones profundas manteniendo a las personas a distancia”, asegura.
Una investigación publicada en Psychological Bulletin, sugiere que hablar sobre tus secretos, deseos y defectos es lo que realmente construye conexiones duraderas, sobre todo en la etapa adulta.
Esto no es algo que debes hacer de la noche a la mañana, sobre todo si te hace sentir incómodo. Pero ir paso a paso puede ayudarte a darle a tu nuevo amigo o amiga una ventana a tu vida sin que te sientas expuesto.
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