Mujer en Australia vive momentos de terror al despertar junto a una de las serpientes más venenosas del mundo
Todo indica que la serpiente pudo buscar refugio debido a la ola de calor que azota la zona, aprovechando que alguna puerta no ventana estaba abierta. Por fortuna, no mordió a nadie y la mujer pudo pedir ayuda a tiempo
El veneno de la serpiente marrón es lento para producir sus efectos, cuando aparecen los síntomas avanzan con terrible rapidez y la muerte es súbita. Crédito: WILLIAM WEST | AFP / Getty Images
Al despertar nunca esperas que una serpiente se encuentre junto a ti en la cama y menos que sea una de las más temidas en el planeta. Eso le pasó a una mujer en Australia, quien, en medio de la sorpresa, pudo actuar con cautela para salir con vida en momento.
De acuerdo a un reporte de CBS News, aquella escena la protagonizó una serpiente marrón del este, científicamente catalogada como la segunda serpiente terrestre más venenosa del mundo, por lo que se trataba de un momento de real peligro.
Se trababa de un ejemplar de unos seis pies de largo, según se difundieron rápidamente en las redes sociales después de que el cazador de serpientes profesional Zachary Richards, las publicara después de su captura.
Sin embargo, tan cómoda estaba esta serpiente que cuando llegó el experto, aún estaba en la cama, según el relato: “Abrí la puerta y estaba acostada mirándome”.
“La serpiente probablemente habría entrado por una puerta abierta para buscar refugio, ya que hacía bastante calor afuera ese día, o simplemente quería una cama cómoda y agradable para dormir”, sugirió.
La serpiente marrón es doce veces más venenosa que la cobra y es la segunda más letal del mundo después del taipán del interior.
Sin embargo, esta especie tiene la distinción única de causar más muertes por mordeduras de serpientes que cualquier otra especie de serpiente en Australia.
El veneno de la serpiente contiene poderosas neurotoxinas, y si un humano es mordido y no recibe tratamiento, puede causar parálisis progresiva y sangrado incontrolable. La neurotoxina puede apagar el corazón, el diafragma y los pulmones de la víctima, causando que se asfixien.
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