Por qué no debes reprimir las ganas de estornudar

A veces sofocar un estornudo puede parecer apropiado socialmente, pero un estudio afirma que hacerlo puede resultar peor para los tímpanos, pulmones y hasta para nuestros huesos

Por qué no debes reprimir las ganas de estornudar

Estornudar te permite limpiar la nariz de cualquier cosa que no debería estar presente en las vías respiratorias. Crédito: Mix and Match Studio | Shutterstock

El estornudo es un mecanismo que usa el cuerpo humano para despejar la nariz de impurezas. Sobre todo cuando partículas extrañas como polen, polvo o humo ingresan a la nariz, pueden interactuar con las fosas nasales.

Como un reflejo de defensa se envía una señal eléctrica a tu cerebro para informarle que es hora de estornudar. El acto de estornudar fuerza el agua, la mucosidad y el aire de la nariz rápidamente.

Hay especialistas de la salud que recomiendan no reprimirlo pues, aunque los riesgos de contenerlo son bajos, todavía hay posibilidades de que pueda tener consecuencias.

A veces sofocar un estornudo puede parecer apropiado socialmente, pero un estudio publicado en el informe de un caso del British Medical Journal afirma que hacerlo puede resultar peor.

Contener el estornudo es peligroso

Un estornudo genera una presión importante y cuando mantienes la presión, puede causar una ruptura de los tímpanos, irritación de la garganta e incluso en casos severos, la ruptura de vasos sanguíneos en los ojos o el cerebro.

Aunque varía de acuerdo a cada persona, estos son algunos de los efectos secundarios que puedes presentar si no estornudas:

  • Rupturas de tímpano

Aguantar un estornudo puede afectar tu audición. Estornudar es capaz de causar daños en el oído medio e interno, incluida la ruptura del tímpano.

    Contener la alta presión que se acumula en tu sistema respiratorio antes de estornudar, también puede hacer que entre algo de aire en tus oídos.

    Este aire presurizado entra más en el tubo en cada uno de sus oídos que se conecta con el oído medio y el tímpano que se conoce como la trompa de Eustaquio.

    Como resultado, esa presión puede provocar la ruptura de su tímpano y habrá pérdida de audición.

    • Infección

    Otra razón por la que nunca debes evitar estornudar, especialmente si estás resfriado, es para liberar la secreción nasal amarilla del cuerpo.

    Como mencionamos anteriormente, estornudar te permite limpiar la nariz de cualquier cosa que no debería estar presente allí, incluidas las bacterias.

    Reprimirlo conduce a la redirección del aire hacia los oídos desde las fosas nasales que transportan bacterias o mucosidad infectada al oído medio, lo que provoca una infección.

    • Costillas rotas

    Aunque es más radical y depende de si tienen alguna patología de base que debilite la producción de calcio en tus huesos, cuando aguantas un estornudo, el aire a alta presión entra en los pulmones con mucha fuerza, y esto puede llevar a causar lesiones en las costillas.

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