Ola imparable: Plásticos infiltran todos los sistemas y afecta salud y economía del Planeta
La contaminación por plástico es responsable de un aumento global de todos tipos de cáncer
Al igual que la punta de un iceberg que flota en el océano, solamente una mínima parte de los efectos de la contaminación por plásticos son percibidos por nosotros, como los envases que ensucian nuestras calles o los animales que quedan atrapados en los objetos de este material.
Hoy en día, la ciencia está revelando la enorme amenaza que se esconde detrás. La contaminación por plástico es responsable de un aumento global de todos tipos de cáncer, defectos congénitos, pérdida de cociente intelectual, enfermedades pulmonares, diabetes y otros impactos sobre la salud humana.
El plástico es una compleja mezcla de productos petroquímicos que contamina a lo largo de todo su ciclo de producción, desde la extracción de hidrocarburos, la fabricación de resinas y aditivos químicos, hasta su uso cotidiano. Los productos y envases de plástico se amontonan en vertederos, se queman en fosas abiertas o se vierten ilegal o inadecuadamente, y a menudo llegan al océano.
Éstas son las conclusiones de un análisis de expertos internacionales publicado este año por la Comisión Minderoo-Monaco sobre Plásticos y Salud Humana. En dicho informe se confirmó que el plástico ?en su producción, uso y eliminación? causa daños significativos a la salud humana, al medio ambiente y a la economía mundial, además de provocar profundas injusticias sociales.
Estos inquietantes hallazgos se han obtenido a partir de las conclusiones de un par de informes publicados en 2021, uno de ellos de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina y otro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la organización de justicia ambiental Azul. Ambos confirmaron, respectivamente, que Estados Unidos es el primer productor mundial de residuos plásticos, por masa total y por persona; y que la contaminación plástica es una injusticia ambiental, que perjudica desproporcionadamente a las comunidades vulnerables desde la producción en origen hasta su eliminación.
Ahora podemos ver el iceberg completo: El plástico es una amenaza no sólo para las ballenas, las tortugas y las aves marinas, sino también para las personas. Está contaminando el océano, nuestros barrios y nuestros cuerpos. No hay lugar en la Tierra que esté libre de contaminación por plástico. Está en el suelo, bajo los polos árticos y en las fosas marinas más profundas. Está en el agua que bebemos, en el aire que respiramos y en los alimentos que consumimos.
Afortunadamente, existe un gran interés por poner fin a la crisis, ya que la comunidad mundial reconoce la necesidad urgente de actuar. Naciones de todo el mundo están de acuerdo en que necesitamos un tratado mundial para frenar la contaminación por plásticos en su origen. Hace un año, 175 países votaron a favor de elaborar un tratado jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos para 2024. La ronda más reciente de conversaciones del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) sobre la Contaminación por Plásticos empezóe mpezará el 29 de mayo en París; hay más programadas para los próximos meses.
En este momento crítico, Estados Unidos carece de una estrategia nacional sobre el plástico, aunque la Administración Biden se está moviendo para abordar esta carencia. Para estar realmente a la altura de sus ideales –y proteger la salud de su población– Estados Unidos debe comprometerse y actuar para reducir la lacra del plástico. El liderazgo mundial de Estados Unidos se medirá por los avances en nuestro propio país.
En estos momentos, la Agencia de Protección Ambiental está recabando comentarios públicos sobre una nueva estrategia nacional para prevenir la contaminación por plástico y los daños que causa. Se dedica acertadamente a reducir la contaminación durante la producción de plástico, a un manejo del plástico una vez producido y a mantener los residuos plásticos fuera del medio ambiente. Sin embargo, tendrá que incluir pasos más ambiciosos hacia la reducción en origen, que incluyan objetivos y plazos para simplificar la composición de los productos de plástico y limitar la gama y el número de aditivos.
California es líder en el país en iniciar acciones urgentes ante la crisis del plástico. El estado dio un gran paso el año pasado al aprobar la ley SB 54, que incluye el mandato de reducir en un 25% los envases de plástico de un solo uso. California también está identificando los niveles de toxicidad de los microplásticos, estableciendo un programa de control del agua potable, modificando el etiquetado y probando métodos para evitar las filtraciones de plástico a corrientes de agua.
Estas políticas no sólo son buenas para las personas y el planeta; también son buenas políticas. Según una encuesta nacional –la primera de este tipo, realizada por Barreto Segura Partners Research para Azul– el 89% de los votantes latinos de todo el país creen en la protección del medio ambiente como medio para proteger a sus comunidades. El 86% afirma que la contaminación por plásticos empeorará a menos que intervenga el gobierno de Estados Unidos.
La semana pasada estuvimos en París para promover un ambicioso tratado mundial sobre los plásticos. Pero la Administración también necesita oír el reclamo de la opinión pública de Estados Unidos para que se tomen medidas más contundentes y con mayor prontitud. Cada uno de nosotros puede hacer un llamado a nuestros líderes para que actúen: La EPA está aceptando comentarios del público hasta el 16 de junio.
La contaminación por plásticos, como un iceberg en el camino de un barco, no puede ignorarse. Con la ciencia como guía, debemos cambiar el rumbo para evitar sus amenazas visibles e invisibles, especialmente las que afectan a las comunidades que viven sobre la superficie y bajo el agua. Podemos dar un mayor impulso a los procesos ya en marcha, en Estados Unidos y en Naciones Unidas, para que el barco cambie de rumbo.
(*) Marce Gutiérrez-Graudiņš es fundadora y directora ejecutiva de Azul, una organización de justicia ambiental que trabaja con comunidades latinas para proteger el océano y las costas. Es observadora con el grupo INC y forma parte de un grupo de defensores de justicia ambiental.
(*) Margaret Spring, Jefa de Conservación y Ciencia del Monterey Bay Aquarium, presidió el Comité NASEM sobre la Contribución de Estados Unidos a los Residuos Plásticos Mundiales. Forma parte de la Comisión Minderoo-Monaco sobre Plásticos y Salud Humana y de la delegación del ISC en las negociaciones del tratado mundial sobre el plástico.