Comienza El Niño: qué consecuencias podría tener para nuestro planeta este potente fenómeno climático
Frecuentemente asociado con eventos meteorológicos extremos, la probable formación de El Niño podría hacer que en algunos lugares se rompan los récords de calor registrados.
Un grupo de científicos estadounidenses ha confirmado este jueves lo que advirtieron durante meses: el fenómeno de El Niño ya afecta al planeta.
De acuerdo con los expertos, este evento climático que se desarrolla en el Océano Pacífico aumentará las temperaturas del globo, que en los últimos años han ido creciendo como consecuencia del cambio climático.
Sostienen que su llegada podría impulsar al mundo más allá del hito clave de calentamiento de 1,5C. Se espera que El Niño dure hasta la primavera de 2024 y que convierta al próximo año en el más caliente de la historia.
“Está aumentando ahora, ha habido señales en nuestras predicciones durante varios meses, pero realmente parece que alcanzará su punto máximo a fines de este año en términos de intensidad”, dijo, por su parte, Adam Scaife, jefe de predicciones a largo plazo en el Oficina Meteorológica de Reino Unido.
“Un nuevo récord para la temperatura global el próximo año es definitivamente posible. Depende de qué tan grande resulte ser El Niño. Un El Niño a gran escala para fines de este año da una alta probabilidad de que tengamos un nuevo récord de temperatura global en 2024”, agregó.
Este fenómeno natural es la fluctuación más poderosa en el sistema climático en cualquier parte de la Tierra.
La última vez que se formó El Niño fue en 2016 y sus efectos se dejaron sentir en todo el mundo.
Contribuyó al aumento récord de las temperaturas, a la pérdida de bosques tropicales, al blanqueamiento de corales, a la generación de incendios forestales y al deshielo polar.
En esta nota, que hicimos en abril de este año pero hemos actualizado a propósito de la llegada de este evento, te ofrecemos más detalles sobre sus posibles consecuencias.
Eventos extremos
El Niño es un fenómeno climático natural -no causado por el hombre- del que se tienen referencias, al menos, desde finales del siglo XIX.
“El Niño es básicamente un cambio en la fuerza y dirección de los vientos alisios que soplan de este a oeste en el océano Pacífico, que hace que el agua cálida que se encuentra en la parte occidental del océano Pacífico se mueva hacia la región central y este del Pacífico”, le explica Ángel Adames Corraliza, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Wisconsin, a BBC Mundo.
No se trata de un cambio inocuo.
El experto señala que el movimiento de esas aguas cálidas propicia un aumento significativo de las temperaturas oceánicas del centro y el este del Pacífico.
“Las temperaturas oceánicas altas son más conducentes a aguaceros fuertes y a inundaciones. Y eso tiene consecuencias en el ciclo hidrológico de la costa oeste de América del sur, especialmente en Perú y en Ecuador. Incluso hay unos efectos directos en la circulación atmosférica que causan cambios en las condiciones del tiempo y en el clima en general tanto en Norteamérica como en Sudamérica y en otras partes del mundo también”, señala.
Adames asegura que esto genera preocupación, en especial, porque un El Niño potente -como el que se está pronosticando para este año- suele estar asociado a eventos meteorológicos extremos.
“Estamos hablando de la posibilidad de ver eventos meteorológicos extremos que no tienden a ocurrir comúnmente, porque El Niño básicamente cambia el clima. Así que vemos cosas que no son usuales en la diferentes regiones. Esa es una razón para preocuparse”, señala.
Este fenómeno meteorológico hace, por ejemplo, que en regiones usualmente muy lluviosas como el norte de Australia ocurran sequías y fuegos; mientras que en lugares como la costa oeste de Sudamérica, cuyo clima es seco y que es conocida por sus desiertos, se produzcan fuertes lluvias.
“El primer impacto que se ve es el calentamiento fuera de las costas del Perú. Este año, si no se rompió el récord está casi por hacerlo. Está extremadamente cálido y hemos visto unos aguaceros con una intensidad y fortaleza que no se ven comúnmente, excepto cuando tienes esas temperaturas bien altas, causando tremendas inundaciones, deslizamientos y pérdidas de vidas y de recursos materiales“, afirma Adames.
Explica que el desarrollo de El Niño, en especial si sigue aumentando la temperatura oceánica, suele llevar a una temporada de huracanes más activa en el Pacífico oriental y central.
“Durante los años de El Niño hay mayor riesgo de huracanes para la costa oeste de México y para Hawái. Frecuentemente vemos huracanes o tifones que atraviesan el océano y ocurren huracanes más intensos en la región más al sur del océano Pacífico occidental. En contraste, la actividad de huracanes en el océano Atlántico disminuye”, señala.
Adames indica que, aunque todavía es algo que se está estudiando, hay indicios de que El Niño tiende a causar sequías en el Caribe durante el verano boreal, afectando lugares como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.
En ocasiones, esta sequía puede extenderse a América Central -de Panamá hasta Honduras, en especial-, así como causar ondas de calor en la región amazónica.
“En general, los impactos tienden a ser más de calor y sequía para Latinoamérica, pero los efectos más grandes tienen a ocurrir en la ladera occidental de los Andes y las montañas que predominan en América Latina. Así que estamos hablando de Lima y de todas las ciudades grandes que hay en esa región costera del lado del Pacífico de Suramérica que tienden a recibir impactos bien grandes en términos de aguaceros y calor”, apunta Adames.
Refuerzo del calentamiento global
Aunque El Niño tiene un origen natural no relacionado con el calentamiento global causado por las actividades humanas, sí puede contribuir al aumento de las temperaturas en el planeta.
Este fenómeno climático se caracteriza por una liberación de calor del océano Pacífico hacia la atmósfera, a través de la cual se distribuye.
“Los años cuando ocurre El Niño tienden a ser más calientes de lo normal, así que si este año tenemos un Niño que posiblemente sea récord, o sea extremadamente fuerte, estamos hablando de un calentamiento de la atmósfera significativo que se va a estar sumando al calentamiento global causado por el ser humano“, advierte Adames.
“La segunda mitad de este año -y más probablemente el año que viene- será un periodo extremadamente caluroso y con muchas olas de calor porque estamos hablando de un calentamiento por El Niño además del calentamiento causado por el ser humano. Así que posiblemente el 2024 o el final de este año, será uno de los más cálidos que hemos experimentado desde que se tiene registro“, agregó.
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